Adolfo Torrecilla

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Adolfo Torrecilla (Madrid, 1960) es profesor y crítico literario. Dirige la sección de literatura de la agencia Aceprensa y colabora en diferentes revistas y medios de comunicación. Entre otras publicaciones, es autor de "Dos gardenias para ti y otros relatos".

Diez clásicos reeditados de la literatura norteamericana

Añadimos a la selección de autores contemporáneos, que hemos ofrecido otros diez autores norteamericanos del siglo XX a los que podemos ya calificar de clásicos.

Autores norteamericanos inéditos

En los últimos años se han publicado muchas obras de autores norteamericanos. Entre ellas, cabe destacar dos grupos. De un lado, y debido al buen trabajo de un conjunto de editoriales, en su mayoría de dimensiones pequeñas, se ha dado a recuperarla obra literaria de autores apenas conocidos entre nosotros.

Varlam Shalámov, testigo del horror

La editorial Minúscula continúa la publicación de la edición íntegra, inédita en castellano, de Relatos de Kolimá, del escritor ruso Varlam Shalámov (1907-1982), formado por seis volúmenes. Éste es el tercero de ellos y, como en los dos primeros, vuelve a sobresalir el impresionante testimonio literario y humano que se desprende de estos libros, escritos para contar la experiencia personal del autor en los Gulag.

Antídotos contra la cultura oficial

Reseña bibliográficos de varios libros sobre la Rusia soviética y el comunismo, recomendaciones para el verano. En la Rusia soviética, el manicomio es el único lugar donde puede vivir una persona normal», escribieron los famosos escritores rusos Ilf & Petrov en una de sus mejores novelas, El becerro de oro.

José Saramago, un ensayista que no escribe ensayos

El éxito internacional de El hombre duplicado, su última novela, ha vuelto a provocar una catarata de intervenciones públicas del escritor portugués. Desde hace años, pero especialmente desde que en 1998 obtuviese el Premio Nobel de Literatura, Saramago ha multiplicado su presencia activa en los medios de comunicación (en unos más que en otros), recuperando la figura del escritor comprometido —confusa etiqueta ideológica que siempre apunta en la misma dirección, ya que sólo se puede ser comprometido si se es de izquierdas—. Y Saramago lo es, sin fisuras: «Soy comunista y no encuentro ningún motivo para dejar de serlo». «ME SIENTO VERDADERAMENTE MAL EN ESTE MUNDO» En las entrevistas, ruedas de prensa y presentaciones de libros, Saramago suele hablar un poco de literatura —lo justo— y mucho de política. Disfruta cuando le piden su opinión sobre todo tipo de cuestiones sociales, políticas y económicas, pues ello le permite, dice él, subrayar su compromiso ético como ciudadano. Eso sí, su inamovible comunismo, nada alegórico, traspasa todos los comentarios. Por lo general, en sus intervenciones le sale una perseverante faceta visionaria y apocalíptica que, además, consolida su imagen de escritor pesimista, lo que le viene muy bien para destacar literariamente su filiación kafkiana. «Hemos llegado al fin de una civilización», ha comentado lacrimógenamente en más de una ocasión. Sobre su visión del mundo, suele responder: « ¿Que cómo es la percepción que tengo del mundo? La peor que cada uno de ustedes tenga del mundo siempre será mejor que la mía». Este cansancio vital tiene, en su caso, unas concretas raíces políticas: «La democracia es una falacia», dice; «Los Gobiernos son los comisarios políticos del poder económico», «La explotación ha alcanzado una exquisitez diabólica», «El neoliberalismo es un nuevo totalitarismo, disfrazado de democracia», «La globalización económica es incompatible con los derechos humanos» —así ha expresado algunas de sus convicciones políticas—. Su alternativa política tiene nombres y apellidos: Fidel Castro y el movimiento antiglobalización. «En Cuba se mantiene la esperanza en el ser humano», sostiene. Delante de un micrófono, no tiene reparo en opinar de todo. En su visita a Palestina, comparó la política de Israel con los campos de exterminio de Auschwitz y Buchenwald. A la pregunta sobre los libros de Harry Potter, se despachó diciendo que el éxito se debe a «una necesidad de relacionarse con lo sobrenatural, algo que también se nota en la multiplicación de sectas religiosas». También son conocidas sus reiteradas opiniones contra la Iglesia católica y su identificación con una visión del mundo radicalmente atea: «Dios, definitivamente, no existe. Y si existe, es rematadamente imbécil. Porque sólo un imbécil de ese calibre se habría dispuesto a crear la especia humana como ésta ha sido, es y será». Esta imagen pública, combativa y conflictiva, ha contaminado su faceta como escritor, a pesar de que Saramago, en su literatura, se aleja bastante de los presupuestos del realismo socialista. «No recuerdo haber escrito una sola palabra que estuviera en contradicción con mis convicciones políticas, pero eso no significa que alguna vez haya puesto la...

Elogio de la rendición

Novedades en lectura. Reseña bibliográfica de "Carta de una desconocida" de Stefan Zweig". Reseña biográfica de Sándor Márai "Divorcio en Buda" y otras novelas de escritores europeos.