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Inevitable, implacable, ineludible. Prueben a escribir o, tan siquiera, pensar algo relativo a los tiempos más o menos venideros sin mencionar la palabra crisis. El panorama libresco de 2009 tan mal querido por casi todos viene teñido por esas omnipresentes seis letras, que dominan las estrategias de los editores y se infiltran en la inspiración de los autores.

La primera circunstancia se refleja en la apuesta por los valores seguros, nombres sólidos aptos para capear el temporal sin mayores experimentos, y los libros de bolsillo, al alcance de unos lectores poco propensos a los lujos.

Entre los primeros destacan nombres como Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez Reverte o Álvaro Pombo en español, y las traducciones de Philip Roth, Shalman Rushdie, Patrick Mediano o John Le Carré.

El libro de bolsillo, por su parte, apura su mercado superando la barrera del habitual best seller puro y duro para presentar a un precio asequible autores conocidos pero con una notable exigencia literaria. Así, el sello De Bolsillo acaba de sacar a la venta una buena hornada: el maravilloso suceso Vida y destino, de Vasili Grossman; La carretera, de Cormack McCarthy, autor de culto al que el cultivo de Ophra en EEUUy la película de los hermanos Cohen han elevado hasta el infinito financiero, y Un mal año, de Coetzee; además, en primavera arranca la Biblioteca Juan Benet. Y más allá (o más acá, si la cuestión es la cercanía), hasta el mismísimo Jorge Herralde ha consentido que los cien mayores éxitos de su elegante editorial Anagrama lleguen a los quioscos.

Mientras los editores se las ingenian para sortear la ubicua crisis, los autores se sumergen en ella con armas y bagajes. Empecemos por el principio, el origen de este acabose: Juan Velarde, todo un seguro de rigor en estos temas, presenta unos relevadores 100 años de economía en España (Encuentro), y, más apocalíptico, el estadounidense Paul Krugman, último Nobel de Economía, aprovecha para reeditar El retorno de la economía de la depresión (Crítica).

Vicente Verdú se apunta a esta especie de catastrofismo triunfal, valga la paradoja, en El capitalismo funeral (Anagrama), mientras que el sociólogo Joaquín Sempere aboga por la sobriedad, ese exótico concepto que a lo mejor se pone de moda, en Mejor con menos. Necesidades, explosión consumista y crisis ecológica (Crítica).

A todo esto, José Luis Sampedro, catedrático de Economía oculto tras la foresta de su muy vendible ficción, aprovecha la coyuntura para juntar los artículos que le encargó el rector de la Complutense en el libro Economía humanista (Debate).

Aunque la economía es la (triste) reina, siguen en el candelero otros temas en crisis permanente, como la lucha de Jon Juaristi, que persevera en Nación y nacionalisimo (Encuentro), o con un futuro inquietante, como el que plantea Bioética. El hombre contra el hombre(Rialp), de J. F. Poisson. Por no hablar del más turbio presente, que recoge Conexión Madrid (Debate), un análisis sobre el 11M de los periodistas Ignacio Orovio y Justin Webster.

Los oscuros nubarrones traspasan, además, la siempre porosa frontera entre la realidad y la ficción. Una tendencia que se aprecia más claramente en EEUU, quizá por hallarse en un estadio posterior al nuestro, que en esto de la crisis también han sido pioneros. Si Paul Auster describía la angustia de la encrucijada americana con la muy evidente metáfora de El hombre en la oscuridad (Anagrama), su mujer, Siri Hustvedt, se incorpora este año con Elegía por un americano, que propone una especie de psicoanálisis colectivo desde la novela. Philip Roth, un habitual del pesimismo, va directo al grano con Indignación (Mondadori), y hasta John Le Carré se apunta a la crítica de la política exterior de Bush hijo con El hombre más buscado (Plaza y Janés).

Y para concluir con el (todavía) gigante americano, tres ejemplos de funambulismo literario fruto del malestar general: Ediciones B traducirá un curioso híbrido, The ruin of the Roman Empire, de James J. O’Donell, que comienza su ensayo histórico sobre la decadencia de Roma con la estampa de un soldado de la guerra de Irak; Harold Bloom explorará las raíces espirituales de su país en La religión americana (Taurus) y el bicentenario del nacimiento de Abraham Lincoln traerá un alud de paralelismos, inevitable resaca del exceso de Obama de 2008, con biografías como Lincoln (Planeta), del inagotable César Vidal, o estudios sobre la filia estadounidense con el magnicidio como La caza del asesino (Paidós), de James L.Swanson.

GUERRAS PASADAS, PRESENTE GUERRERO

Horizonte sombrío que no ayuda a iluminar otro de los grandes imanes literarios del año: los setenta años del comienzo de la II Guerra Mundial nos recuerdan otras guerras con aniversarios demasiado recientes, de días, de horas, minutos y segundos de sangre.

La editorial Crítica se vuelca con el conflicto que partió el siglo XX: si el muy esperado El día D: la batalla de Normandía, de Anthony Beevor, relata el episodio más espectacular, el A puerta cerrada, de Lawrence Rees, analiza otro tan o más decisivo, las reuniones de Yalta y Postdam que marcaron la senda que hoy transita nuestro maltrecho mundo, y Meter Fritzsche cambia el punto de vista para describir en Vida y muerte en el Tercer Reich la vida cotidiana de la época a partir de miles de cartas y diarios personales.

Cerrando el plano aún más, Anagrama publica el Diario de Hélène Berr, una estudiante de La Sorbona que murió en Auschwitz; y el también francés Patrick Modiano y el argelino Boualem Sansal novelan el horror en Dora Bruder (Anagrama) y La aldea del alemán o el diario de los hermanos (El Aleph), respectivamente.

De vuelta al presente, setenta años después los hijos de Israel vuelven a estar en el epicentro de la guerra. España espera para este año la traducción de Lumen de Until de end of the land, la última y desgarradora novela de David Grossman; el israelí, que ha sonado últimamente para el Nobel, vuelca en ella su dolor por la muerte de un hijo en el ejército israelí en la guerra del Líbano de 2006. Y desde el otro lado de la trinchera llega Una tumba en Gaza, de Matt Beynon Rees, un periodista inglés que se juega el tipo escribiendo novelas policíacas en las que quedan al descubierto los métodos mafiosos de Hamas y otros «mártires».

Mientras la ficción intenta desbrozar una senda para entender el enmarañado infierno de Oriente Medio, los teóricos siguen intentando explicarlo. Ahmed Rashid, autor del brillante Los talibanes, vuelve a analizar en Península las claves de la zona de Pakistán y Afganistán, para muchos el siguiente gran escenario de la lucha antiterrorista. Y en Encuentro publica Samir Khalil, autor de la exitosa Cien preguntas sobre el islam y paladín de la moderación musulmana, publica Islam, de la apostasía a la violencia. Además, otro título de la misma editorial puede provocar polémica en este sentido: Magdi Allan, subdirector del Corriere della Sera, relata en Gracias, Jesús su conversión al cristianismo desde el islam.

Otras editoriales prefieren alejar el punto de mira. Edhasa, por ejemplo, espera como agua de mayo lo último de su best-seller histórico Bernard Cornwell, que prepara una suculenta novela sobre la Guerra de los Cien Años. Táctica que comparte el atribulado Salman Rushdie: en La encantadora de Florencia (Mondadori), viaja al siglo XVI, en el esplendor del imperio mongol en el siglo XVI y el nacimiento de la India, para contar una de princesas y fantasmas.

Será uno de los grandes nombres de importación de 2009. Aunque el que más expectación despierta quizá sea Stieg Larsson, que cerrará con La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino), la trilogía Millenium, un auténtico fenómeno de ventas el año pasado.

EXPECTATIVAS FRANCESAS Y VALORES SEGUROS

Contra lo que viene siendo habitual en los últimos tiempos, parece que se avecina una buena hornada francesa. Destacan con fuerza ¿A dónde vamos,papá? (Destino), la peculiar road-movie de Jean-Louis Fournier con su hijo discapacitado psíquico que ganó el premio Fémina 2008 y quedó finalista del Goncourt; y el ganador de este último premio, el franco-afgano Atiq Rahimi, con Syngué Sabour, que publica en España Siruela.

Además, Anagrama publica nuevas entregas de Amélie Nothomb (Ni de Eva ni de Adán); Irvine Welsh (Si te gustó la escuela, te encantará el trabajo), Hanif Kureishi (Algo que contarte) y Nick Hornby (Todo por una chica).

Seix Barral hará lo propio con Lorrie Moore, que vuelve a la novela tras catorce años con Una puerta en las escaleras, y el joven best-seller italiano Paolo Giordano, que ha vendido 900.000 ejemplares de La soledad de los números primos en su país; además, reedita los libros que ha descubierto en su fondo del premio Nobel 2008, Jean-Marie Gustave Le Clézio, lucrativa sorpresa que comparte con Tusquets, editorial que tiene los derechos de su última novela, Ritournelle de la fair.

Entre las novedades en la lengua de Cervantes destaca un nombre propio. Si nada se tuerce, Mario Vargas Llosa debe publicar este año su biografía novelada de Roger Casement, el aventurero que denunció los crímenes durante el mandato belga del Congo. El peruano ha viajado al país africano para documentarse y, según cuentan, el material promete un regreso al Vargas Llosa épico de La guerra del fin del mundo o La fiesta del chivo. Curiosamente, el Congo es también escenario de la nueva novela de Bernardo Atxaga, Siete casas en Francia (Alfaguara), de estilo e intención muy diferente: el autor vasco ha optado por el humor negro.

Arturo Pérez -Reverte, otro de los valores seguros de nuestras letras, cruza el charco después de un 2008 rebosante de fragor peninsular. En Ojos azules (Seix Barral), narra los sucesos de la «noche triste» del 30 de junio de 1520, en la que los guerreros aztecas expulsaron a Hernán Cortés de Tenochtitlán.

Menos dado a la épica, Álvaro Pombo hace doblete. Viaja en Virginia o el interior del mundo (Planeta) a la psicología femenina con el palacio de la Magdalena de aristocrático fondo, y se pasea por el cuento con La previa muerte del lugarteniente Aloof y otros relatos (Anagrama). En esta última editorial publican Vicente Molina Foix (Con tal de no morir) y Alfredo Bryce Echenique (La esposa del rey de las curvas).

Alfaguara, por su parte, vuelve a desplegar sus bazas latinoamericanas con Tomás Eloy Martínez, que pone en el punto de mira la dictadura argentina en Purgatorio; Santiago Roncagliolo, que recuerda en Memorias de una dama sus años de inmigrante peruano en España, y el nicaragüense Sergio Ramírez, que se pasa al género negro con El cielo llora por mí.

Finalmente, la mediática Maruja Torres tira de premio Nadal con Esperadme en el cielo (Destino), nostálgico homenaje a la bohemia barcelonesa con especial protagonismo de los fallecidos Manuel Váquez Montalbán y Terenci Moix.

Mientras, más cercanos a la inmortalidad y menos a la mercadotecnia (ni falta que les hace), los clásicos esperan, prietas las filas, su turno para salvar a la humanidad de la crisis. Y no sólo la económica.

CLÁSICOS AL RESCATE

Cátedra culmina este año su espléndida serie Mil Letras, con la que celebró en 2008 su 35 aniversario y los mil títulos de sus dos colecciones emblemáticas. Tras los Baudelaire, Baroja, Calderón, Dostoievski y compañía, llegan ahora dos nuevas entregas con lo mejor de Lope de Vega, Goethe, Unamuno, Kafka, Sábato, Lorca, Shakespeare, Rulfo… Todo en tapa dura, con los estudios críticos, tipografía de buen tamaño y otros lujos de la casa a sólo 12,5 euros.

En otro orden de cosas, Alfaguara homenajea a un clásico en vida con la publicación de Mario Benedetti, un mito discretísimo, biografía de Hortensia Campanella, y varias de las obras del uruguayo. Destino hará lo propio con otro que se niega a morir del todo, Camilo José Cela, del que sale por fin a la luz Correspondencia con el exilio, el epistolario con Alberti, Jorge Guillén, León Felipe, Cernuda, Zambrano… Y Anagrama se sumará a la fiesta con una curiosa resurrección: tras los tiras y aflojas con los herederos, verá la luz The Original of Laura, la novela en la que trabajaba Nabokov cuando murió.

Dentro de la inevitable ola de aniversarios, Encuentro afronta el año Darwin con la publicación de un trabajo del entonces aún cardenal Ratzinger sobre el autor de El origen de las especies. Y es digno de mención el esfuerzo de la joven editorial Augur, que edita los Cuentos completos de Edgar Allan Poe coincidiendo con el segundo centenario de su nacimiento el 19 de marzo.

Con los clásicos de guardia, seguro que 2009 no será para tanto. Por si acaso, para reforzar la vigilancia terminamos con un poco de poesía, árnica para el alma. Aunque no estén los tiempos para la lírica, siempre hay un margen para la resistencia. Bartleby Editores propone Aún no, de Francisco Brines, y las Muescas de un tiempo oscuro, de Antonio Martínez Carrión, mientras que Ediciones B publica La puerta, de la galardonada con el Príncipe de Asturias Margaret Atwod. Lumen, por su parte, saca la Poesía completa de José Agustín Goytisolo, y Galaxia Gutenberg, la primera edición del poema original escrito por Salvador Dalí sobre su cuadro Las metamorfosis de Narciso y Locus Amoenus, una interesante antología de la poesía lírica en las ocho lenguas que convivieron durante siete siglos en la Hispania de la Edad Media.

Y de propina, una receta para tiempos oscuros. Rialp propone entre sus principales títulos Amor y autoestima, de Michel Esparza, un análisis de la relación entre el amor de Dios y el amor a los demás, entre la calidad del amor y lo que el autor llama «humilde autoestima». Porque al final nada es para tanto, hombre.

Periodista y crítico literario