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“No hay nadie en el puente de mando de la humanidad: porque EE.UU. se ha ido y China no ha llegado” ha afirmado el catedrático emérito de Sociología y académico de Ciencias Morales, Emilio Lamo de Espinosa, en el seminario de reflexión académica Pensar el siglo XXI. 

La pérdida gradual del poder de Occidente, el ascenso de China para disputar la hegemonía a Estados Unidos y el papel de la Unión Europea han centrado, entre otras cuestiones, la primera sesión del seminario, dirigido por el propio Lamo de Espinosa, y organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que preside el exministro Jordi Sevilla, con la colaboración de Nueva Revista.

La sesión contó con una ponencia de Lamo de Espinosa, titulada La era post-occidental: el retorno de Asia, y con las intervenciones de José Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Política de UNED, y Ana Palacio, exministra de Asuntos Exteriores y abogada especialista en Derecho Europeo, en un debate moderado por Rafael Puyol, presidente de UNIR. 

El profesor Lamo de Espinosa comenzó citando la frase de Ortega y Gasset “No sabemos lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa” para señalar que nos encontramos en “un punto de inflexión histórico e incluso civilizacional”.

Explicó que el mundo del siglo XXI está viviendo “la tercera gran transformación de la humanidad -después de las revoluciones agrícola e industrial-”, pero con la particularidad de que esta es “más extensa -afecta a la totalidad del planeta-; más profunda -la población urbana ha superado por primera vez a la rural-; y más rápida -los ritmos de crecimiento de los países emergentes se han acelerado-”. 

«La gran recensión de 2008 y la pandemia han reforzado la asimetría del crecimiento»

Este crecimiento ha sido asimétrico, y la gran recensión de 2008 y la pandemia han reforzado esa asimetría. En este contexto, China “está recuperando terreno y su economía está superando a la de Occidente”. En realidad -explica Lamo de Espinosa- más que un ascenso se trata de un retorno, ya que China e India  han representado durante siglos el 50% del PIB del mundo; cayó con la Revolución Industrial en favor de Occidente, hasta representar tan solo el 5% en 1970; pero ha vuelto a crecer en las últimas décadas. 

El relevo en la hegemonía mundial quedó plasmado en una portada del Financial Times de 2014, que daba “la noticia del siglo” subrayó el ponente: “Si en 1872, la economía norteamericana había sobrepasado a la del Imperio Británico y daba comienzo a su hegemonía; en 2014, era China la que comenzaba la suya”.

Entre las causas, el catedrático de Sociología ha destacado la demografía del gigante asiático, que cuenta con casi 1.400 millones de habitantes. El empuje demográfico de Asia es uno de los factores que explica que, según las previsiones, la población mundial  vaya a pasar de los 3.000 millones de habitantes en 1950 a 9.500 millones en 2050.

Esta divergencia demográfica entre el Este (creciente) y el Oeste (declinante) se ha acoplado con una convergencia tecnológica (los países de Oriente se benefician de los avances de Occidente y copian las innovaciones). Esto ha contribuido al incremento de la productividad de China e India.  En ese sentido, constata el sociólogo que “las potencias demográficas terminan transformándose en potencias económicas; éstas en potencias políticas; y posteriormente en potencias militares». 

WASHINGTON, PEKÍN Y LA TRAMPA DE TUCÍDIDES

Por eso, en el mundo del siglo XXI China y la India están ganando poder geoestratégico, en tanto que EE.UU. y la UE lo están perdiendo. Tenemos “una superpotencia declinante (EE.UU.), una potencia ascendente alternativa (China); una potencia sobrevalorada (Rusia) y una potencia ascendente infravalorada (India)” apunta Lamo de Espinosa.

Washington y Pekín mantienen una rivalidad estratégica, en la que «el primero puede caer en la tentación de hacerle la guerra a la potencia ascendente, como le ocurrió a Esparta frente a Atenas» -lo que el politólogo Graham Allison ha llamado la trampa de Tucídides-. 

«Tenemos un mundo de   hombres fuertes (Trump, Bolsonaro, Putin) e instituciones débiles»

En esta era post-occidental, «el mundo adolece de una falta de gobernanza global”. En lugar de eso lo que  tenemos -afirma el sociólogo- es  “una multipolaridad asimétrica, en un mundo neo-westfaliano, de hombres fuertes (Trump, Bolsonaro, Putin) e instituciones débiles”. 

La Unión Europea no está en ese juego de poder global; es “herbívora” no “carnívora”. Y “su poder es económico y regulador, pero no político ni menos militar”. En este sentido, el ponente ha citado la frase del vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell “la  UE tiene que aprender a hablar el lenguaje del poder” 

«¿Seremos capaces los europeos de  escribir nuestra propia historia o vamos a dejar que la escriban otros?»

Lamo de Espinosa terminó su intervención preguntando si en el futuro los europeos “seremos capaces de escribir nuestra propia historia o vamos a dejar que la escriban otros”. Ya que durante trescientos años la historia del mundo se ha escrito en Occidente; pero “ya no es así después de las las dos guerras mundiales que fueron guerras civiles de Occidente, y del retorno de Asia”. 

En el coloquio posterior, moderado por Rafael Puyol intervinieron el profesor de Ciencia Política de la UNED José Ignacio Torreblanca, y la exministra Ana Palacio.

José Ignacio Torreblanca.
José Ignacio Torreblanca.

Torreblanca sostiene que “la única pregunta relevante para saber cómo va a acabar el siglo XXI es preguntarse por la cuestión de China”. El gigante asiático ha salido de un siglo de humillaciones y “toda la problemática de Asia gira en torno a la cuestión de China”, de manera análoga que la problemática de Europa «ha gravitado sobre la cuestión de Alemania  durante todo el siglo XX».

 Torreblanca: “Los europeos no sabemos qué opción elegir: arrimar el hombro con EE.UU., hacer un tercer polo o ponernos de perfil”

En China se frustró la posibilidad de una liberalización con la represión de Tiannamen. “Hablamos de la caída del Muro, en el 89, pero hay otro 89, el 4 de junio de ese mismo año” señala Torreblanca. Explica que se dio un golpe de Estado contra el primer ministro Zhao Ziyang, líder del proceso de democratización desde dentro del Partido Comunista, como él mismo cuenta en su libro Prisionero del Estado. Tiannamen supuso “el derrocamiento del Gorbachov chino”, que fue apartado antes de que pudiera poner en marcha el proceso democratizador. Desde entonces «se reforzó el autoritarismo, se rompió la rotación del liderazgo interno del Partido Comunista, y se cerró la posibilidad de cambio». 

Respecto a la pregunta “¿qué significa Europa en el mundo bipolar del siglo XXI?”, señaló que la clave está en “la  transición de poder entre EEUU y China”. Y añadió que la pregunta es difícil de responder porque “sabemos lo que quiere China, sabemos lo que quiere EEUU, pero no sabemos lo que queremos nosotros”. No sabemos cuál de estas tres opciones elegir: “arrimar el hombro con EEUU en esa pugna, hacer un tercer polo o ponernos de perfil y esperar a que escampe”. 

Ana Palacio: “Si queremos entender el mundo del siglo XXI tenemos que dejar el eurocentrismo con el que lo analizamos todo”

Por su parte, Ana Palacio afirmó  que “si queremos entender el mundo del siglo XXI tenemos que dejar el eurocentrismo con el que lo analizamos todo”. Con perspectiva histórica, el dominio de Occidente desde la Revolución Industrial hasta ahora, periodo en el que hemos hecho las reglas y las hemos diseminado, “ha sido un accidente”.  Añadió que ahora es preciso mirar a “la emergencia del Indo-Pacífico” y a China, que tiene “cosas que decir y principios que aportar en la arquitectura multilateral del mundo, como por ejemplo la armonía”. 

Ana Palacio.
Ana Palacio.

“No podemos cuestionar los principios de la civilización (individuo, derechos humanos, racionalidad crítica, democracia)” sostiene  la exministra, pero añade que en “la defensa de las reglas” es necesario “hacer adaptaciones para llegar a una intersección” con potencias como China. 

LA UNIÓN EUROPEA, POTENCIA REGULATORIA

Aunque EE.UU. tiene “un grave problema de quiebra interna”, Palacio se ha mostrado optimista ante la importancia que está dando la administración Biden a los aliados y considera que “EE.UU. está entendiendo que es líder de Occidente, y sería bienvenido su liderazgo”. 

 Y respecto al discutido papel de la Unión Europea, ha recordado que sigue siendo “una potencia regulatoria: hasta China ha copiado la normativa sobre plásticos. Y eso es poder”. Pero añade que “necesitamos seguridad, hard-power, y un presupuesto común para abordar cuestiones estratégicas  que nos interesan a todos”. 

PRÓXIMOS SEMINARIOS 

El seminario Pensar el siglo XXI se ocupará en próximas sesiones de La geopolítica de la energía (del petróleo a las renovables); La globalización, antes y después de la pandemia; El cambio climático y la sostenibilidad; y contará con la participación de destacados expertos que analizarán y debatirán estas cuestiones. 

Doctor en Comunicación, periodista y escritor.