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Tom Holland (Oxford, 1968), doctor en Historia, es un escritor inglés especializado en las edades clásica y medieval. Ha trabajado con la BBC en la creación de documentales y presenta la serie de radio Making History. Un superventas suyo es Dominio. Cómo el cristianismo dio forma a Occidente (Ático de los Libros, 2020).

Avance

Tom Holland confiesa en esta entrevista que creció sin demasiado interés por la religión; le atraían más los griegos y los romanos que la Biblia; más «los malos», Poncio Pilato y los faraones, que otras figuras centrales de las Escrituras. Pero llegó un momento, cuando terminó sus estudios de Historia, en que empezó a inquietarse: «César, que mató a un millón; la explotación sistemática de ciudades griegas… Comencé a preguntarme de dónde proceden mis valores, de dónde mis premisas éticas, y a comprender que, desde luego, provienen del cristianismo. El cristianismo es el gran proceso revolucionario que absolutamente transformó la Antigüedad». A continuación traducimos algunas declaraciones de Tom Holland en una entrevista del pasado febrero en Londres, durante un acto del Instituto «Word on Fire». El diálogo completo lo ofrecemos al final en vídeo, en el original inglés. En él intervino también el obispo estadounidense Robert Barron, prelado de la diócesis de Winona-Rochester y fundador del mencionado «Word on Fire», un nuevo movimiento católico.

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«Mi relación con el catolicismo es muy protestante. La primera vez que fui a Roma y vi a un cardenal supuse que se dirigía a envenenar a una monja. Había leído tanta literatura jacobina… Comprendí que mi ateísmo era muy protestante […]. El ateísmo moderno y el anticatolicismo protestante van muy de la mano, hasta tal punto que considero que el ateísmo tipo Richard Dawkins es simplemente protestantismo sobre el plano donde no se cree en Dios».

«Si todo cambió desde el mundo clásico hasta el día presente, ¿de dónde el proceso del cambio? Desde luego es la llegada del cristianismo la revolución clave, pero había algo distintivo en lo que sucedió en la Europa latina, y fijo el siglo XI como el momento crucial […]: la Iglesia medieval, la Iglesia de Roma de la Alta Edad Media, […] es la institución primordial revolucionaria en la Historia de Occidente».

«La ambición del ateísmo moderno es evangélica: tiene que anunciar buenas noticias. Son esas noticias de este estilo: si se aniquilan los ídolos de la superstición, si se camina por la oscuridad hasta la luz, entonces seremos moralmente mejores personas y viviremos vidas mejores. El lazo de ese razonar con los argumentos de la reforma protestante es muy evidente. Los reformadores protestantes decían exactamente lo mismo: que el mundo estaba inmerso en la oscuridad y en la superstición. Que había ídolos por todas partes, se adoraban imágenes en las iglesias, etc.».

«No hay derechos humanos si eres ateo. ¿De dónde vienen? No existen, de la misma manera que no existen los ángeles si eres ateo. Nuestros [buenos] presupuestos de creencias y de comportamientos derivan claramente del cristianismo, como el de que debemos cuidar a los débiles o a los pobres […]. Son puntos de vista cristianos de los que carecería nuestra sociedad occidental si no fuera por el cristianismo […] Piénsese en el debate sobre cómo tratar a los refugiados o a gente menos afortunada que nosotros. Detrás de todo eso está la parábola evangélica del Buen Samaritano. Es esa parábola la que forma la conciencia de Occidente, no los principios de los partidos políticos o de los filósofos […]. Los relatos de Jesús han tenido el impacto supremo en cómo pensamos, más que todo lo demás».  

«La doctrina de la perfección natural es peligrosa porque si no la consigues puedes pensar que es tu culpa, y eso es peligroso. Mucho mejor es la doctrina del pecado original. El deseo de mejorar el mundo es bueno […]. Pero todos los cristianos, incluso los más santos, saben que son pecadores y que han de ser compasivos con los pecadores. Si alguien no se considera así [y piensa que naturalmente es perfecto, que no necesita ser salvado: tendencia protestante], siente desprecio por los pecadores: `¿Por qué no se han hechos ellos mismos mejores?’ […]. Acontece en muchas áreas culturales hoy día. Ideologías que afirman: sabemos lo que ocurre, nosotros tenemos la luz, etc.».

«Constato simplemente un hecho histórico: el cristianismo ha demostrado ser el intento más exitoso para explicar por qué la humanidad ha llegado donde ha llegado, y por qué hay esperanza en un mundo atenazado por el horror».

«El papel de la Iglesia ha de ser el de defenderse muy claramente del proceso destructivo contra la herencia histórica de la Iglesia».

[Observaciones. Aunque no lo afirma expresamente, de la conversación completa del vídeo se desprende que Tom Holland sigue afiliado al protestantismo, pero que con el tiempo ha ido ganando simpatía por el catolicismo. Causas: que su mujer fuera bautizada católica aunque no practicara, que sus dos hijas cursaran primaria en un colegio católico, y sobre todo que él conociera a dos jesuitas británicos a los que elogia: Damian Howard, ahora provincial en Gran Bretaña, y Thomas J. Hennigan, mientras tanto fallecido].

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.