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Especialista en Historia Antigua, Tom Holland (Oxford, 1968) publica en la editorial Ático de los libros, Dominio: una nueva historia del cristianismo, un recorrido por lo que define como “el principal legado de la Antigüedad clásica”.

En el libro estudia como se extendió el cristianismo en el mundo antiguo, sus conexiones con el judaísmo y la filosofía griega, la importancia de las cartas de San Pablo, y el impacto de orden humano, social y cultural que supuso, hasta el punto de configurar el mundo tal como lo conocemos.

«Dominio» (Ático de los libros), 624 págs.

Su trabajo se compone de tres partes de siete capítulos cada una. No parece casual esa división.

-No, no es casual. Es una estructura simbólica para un tema muy amplio y que abarca mucho tiempo. El tres es la Trinidad y el siete, los sacramentos, los pecados capitales. A su vez, cada capítulo está dividido en tres partes. Es un intento de imponer la idea de la cristiandad en el libro, de ver cómo Dios se impone en las estructuras normativas del universo.

En el largo recorrido que constituye el libro hay mucho nombre propio, muchos personajes.

-Es un libro sobre el cristianismo como fenómeno histórico, hecho por seres humanos, no es un libro teológico. No me pregunto si existe Dios o si es el Dios de los cristianos, sino que me centro en los actos de los seres humanos. Pero tampoco pretende ser como Voltaire, criticando las creencias en lo sobrenatural, porque esa creencia es el motor de la cristiandad y hay que tomársela en serio para entender la historia del cristianismo.

Dice usted que la revolución cristiana tuvo lugar dentro de las familias y de la mano de las mujeres.

-El problema con los intelectuales, los historiadores y filósofos, es que tratan de entender la cristiandad a través de los grandes acontecimientos, los papas, las cruzadas… Pero la cristiandad se manifiesta en el hogar, en las mujeres que criaron a los niños, mujeres que están mal representadas en los registros históricos que conservamos.

El cristianismo no se explica sólo por los grandes titulares, sino por la gente analfabeta. De los padres de la Iglesia, me impresiona Orígenes, un filósofo que desafiaba el elitismo y tuvo la brillante idea de apoyarse en la filosofía griega para crear un nuevo universo mental en el que podían participar hasta los menos cultos.

-Orígenes hace compatible la filosofía con el cristianismo.

-La filosofía era una actividad de élites; Orígenes la populariza. Ante un misterio como el del nacimiento de Jesús, que no se puede explicar, se da cuenta de que eso iguala a todos. El genio del cristianismo consiste en combinar una metafísica profunda con historias simples pero a la vez profundas.

El cristianismo es un tejido complejo y diferentes cristianismos las han recontado de modo diferente a lo largo del tiempo. Los padres peregrinos, Mandela, Desmond Tutu… Las historias de Jesús siguen siendo muy poderosas e influyendo en nosotros. Cuando Merkel deja entrar a los inmigrantes en su país está obedeciendo a sus raíces luteranas, ahí está el espíritu del buen samaritano.

Hay que recordar que Nietzsche se burlaba de los socialistas y los comunistas llamándoles cristianos

Entiendo que en la exaltación de los débiles, en los valores de piedad y compasión propios del cristianismo, ve una raíz del moderno Estado del bienestar.

-Sí, no creo que sea coincidencia que el cristianismo devoto haya decaído a la vez que ha surgido el Estado de Bienestar en Europa. Ha decaído más en Europa que en Estados Unidos, donde el Estado de Bienestar es más débil. Y eso es porque el Estado cubre necesidades que antes cubría la Iglesia, como orfanatos, asilos. Hay que recordar que Nietzsche se burlaba de los socialistas y los comunistas llamándoles cristianos.

-Y que la visión relativamente benigna de que disfrutan las dictaduras comunistas con respecto a las fascistas, se debe a la raíz cristiana (la idea del paraíso en la tierra) del comunismo. ¿Es así?

-Sí, la Revolución francesa, la rusa, aunque tenían en su punto de mira a las prácticas del cristianismo, llevaban raíces cristianas, como que los últimos serán los primeros, el día del juicio final. Esas ideas revolucionarias no habrían existido sin una base de teología cristiana. Por su parte, el fascismo fue el primer régimen desde Constantino que tuvo en su punto de mira dos principios fundamentales del cristianismo: que todos los hombres están hechos a imagen de Dios y que los débiles se convertirán en fuertes. El fascismo miraba a la Antigüedad buscando una fusión entre lo antiguo y lo moderno.

En España, se da la paradoja de que Franco, en cierto sentido, es menos heredero del cristianismo que los políticos republicanos. Por otro lado, igual que la implantación del Estado de Bienestar hizo que decayera el ideal cristiano, al acabar la Segunda Guerra Mundial, la gente, para saber lo que era el mal, sólo tenía que mirar al fascismo. La figura más prominente como representación del mal tras la Segunda Guerra Mundial era Hitler.

No hay una sola línea en las cartas de San Pablo que no haya influido en el desarrollo del pensamiento occidental

-Define la evolución del cristianismo como un terremoto, cuyo epicentro sería San Pablo, figura esencial, con réplicas que se han sentido en todo el mundo.

-Mi libro es histórico, no teológico, y como historiador, tengo que buscar en las fuentes más antiguas que son las cartas de Pablo. Jesús subyace a eso, igual que a los Evangelios; Jesús subyace a todo. Las cartas de Pablo me parecen más importantes que cualquier otra obra griega o latina. Y no hay una sola línea en ellas que no haya influido en el desarrollo del pensamiento occidental.

Se suele pensar que el cristianismo es más obra de San Pablo y se cuestiona que Jesús quisiera fundar una religión.

-Iglesia significa asamblea, que es lo que quiso fundar Jesús, pero ni él ni Pablo quisieron fundar una religión, concepto que no existía entonces; igual que Julio César no conquistó Francia, porque tampoco existía.

-En fin, a estas alturas ¿podemos decir lo del emperador Juliano: “Venciste, Galileo”?

-Sí, y ya había vencido entonces, porque Juliano es un emperador que se basa en el cristianismo; el plan que diseña para combatir las enseñanzas cristianas, basado en hacer buenas obras y ayudar a los pobres, es irremediablemente cristiano.

-Su libro trata de la influencia del cristianismo en el mundo, pero, al principio, trata sobre todo de lo que influyó al cristianismo: el judaísmo, la filosofía griega.

-Nada nace de cero. El cristianismo fue algo nuevo, revolucionario, pero emerge de la experiencia de la globalización de ese momento. Tiene raíces judías y griegas, pero también del maniqueísmo y del imperio romano. La gran genialidad fue fusionar esos elementos e integrarlos en el mundo del imperio romano.

 -En esas raíces tuvo especial importancia el judaísmo de la diáspora.

-No nos podemos referir a un judaísmo porque no existía en ese momento, lo que había era como un magma judío. En la época de Jesús había dos polos: los que creían que Dios había creado el mundo y los que pensaban que Dios era el protector de Israel, y de la fusión de ambos surgió el cristianismo.

¿No hay más descripción de una crucifixión que la de los Evangelios?

-No existe otro relato detallado.

La ciencia tiene sus raíces en el cristianismo de la Edad Media

-¿Cuál es la huella del cristianismo en la ciencia?

-En el siglo XII nacen las universidades, en las que la Iglesia quería enseñar el comportamiento humano. Se pensaba que Dios había dictado las normas que rigen el universo, pero también se empezó a estudiar el propio universo, estudios que cobran cuerpo en el siglo XIX. Se tiende a creer que la ciencia siempre ha existido, pero el término específico no se crea hasta el siglo XIX, y eso tiene sus raíces en el cristianismo de la Edad Media.

 -La asociación de Dios a las leyes del universo se ve bien en Newton.

-Newton, Copérnico, Galileo… Ninguno iba en contra de Dios, sino que lo que estudiaban fortalecía la idea de Dios.

-No sé si no podemos ver su libro como una historia cultural o intelectual del cristianismo.

-Creo que el cristianismo es lo más hegemónico, la mayor influencia en nuestro pensamiento en cuanto a la relación del ser humano con el universo. Por eso es la historia más grande jamás contada. Y la reticencia occidental a aceptar esto es parte de esa influencia, el cristianismo se ha canibalizado a sí mismo.

Periodista cultural.