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«Luchar contra el dolor y la injusticia en el mundo es un impulso genuinamente cristiano. Ahora bien, la idea de que mediante una reforma social se pueda alumbrar un mundo libre de dolor, así como el deseo de conseguirlo aquí y ahora, es una falsa doctrina que supone un profundo desconocimiento del ser que llamamos hombre. En este mundo, el dolor no procede únicamente de la desigualdad de riqueza y poder. Por lo demás, no es solo algo desagradable que el hombre deba remover. Quien quiere hacer tal cosa tiene que huir al mundo meramente aparente de los estupefacientes, para, de ese modo, destruirse por completo a sí mismo y entrar en contradicción con la realidad. Solo a través del sufrimiento y de su capacidad para liberar de la tiranía del egoísmo llega a conocerse el hombre: ahí reside su verdad, su alegría y su felicidad. El hombre será tanto más feliz cuanto más dispuesto esté a cargar con los abismos de la existencia y el esfuerzo que entraña. La medida de la capacidad para la felicidad depende de la cantidad de la prima desembolsada, del grado de disposición para acoger apasionadamente al ser humano. El que se quiera huir de todo ello, el que se nos quiera hacer creer que se puede llegar a ser hombre sin persistir en ser uno mismo, sin la paciencia de la renuncia y el esfuerzo de la abnegación; el que se nos enseñe que no es preciso la dureza que entraña cumplir la tarea encomendada, ni el sufrimiento paciente que supone la tensión entre el deber del hombre y su ser efectivo: todo ello configura esencialmente la crisis de nuestros días. Privado del esfuerzo y recluido en el País de Jauja de los sueños, el hombre pierde lo más genuino de su ser: su propio yo» (Joseph Ratzinger: Cooperadores de la verdad. Rialp, 2021, pp. 83-4. Introducción, traducción y notas de José Luis del Barco. El texto original alemán se encuentra en Joseph Ratzinger: Die Situation der Kirche heute. Hoffnungen und Gefahren. Herausgegeben vom Presseamt des Erzbistums Köln, 1977)»

 

«Lo más importante y decisivo para el hombre, también para su bienestar y felicidad, no es sentirse bien, sino ser bueno» (Joseph Ratzinger: Cooperadores de la verdad. Rialp, 2021, p. 88. Introducción, traducción y notas de José Luis del Barco. El texto original alemán se encuentra en Joseph Ratzinger: Ordinariatskorrespondenz. Herausgegeben von der Pressestelle des Erzbischöflichen Ordinariats, München-Freising).

(Las negritas son nuestras).