Tiempo de lectura: 4 min.

Un asunto que se puso de manifiesto durante las / discusiones sobre el nuevo nombre del Estado, no sólo en la prensa sino también en la Asamblea Federal y los Consejos Nacionales. Casi todos estaban de acuerdo en que la denominación de «República Socialista Checoslovaca» no reflejaba la nueva situación, y en general se esperaba, sobre todo en la República Checa (Bohemia y Moravia), el retorno al nombre que tuvo el Estado desde 1918 a 1938.

Sin embargo, los representantes eslovacos, tanto de derechas como de izquierdas, se opusieron a esa denominación al tiempo que pidieron que se expresara el carácter federal del Estado. Del mismo modo, rechazaron la propuesta del presidente Václav Havel sobre la denominación de «Checoslovaquia» o de «República Checoslovaca Federativa». Exigieron guion entre «checo» y «eslovaco»: «Checo-Eslovaquia». o «República Checo-Eslovaquia», versando las discusiones sobre si el guion divide o une. La denominación «Checoslovaquia» era inaceptable para los checos, ya que aludía al período de desintegración de la región eslava (octubre de 1938 a marzo de 1939). Se llegó a una solución de compromiso con el complicado nombre de «República Checa y Eslovaca Federativa». Esta polémica no hace sino apuntar el problema del nacionalismo que empaña la actual situación política del país.

La libertad nacional de los pueblos checo y eslovaco no fue conquistada hasta el final de la 1 Guerra Mundial. Sin embargo, el nuevo Estado que se formaba entonces proclamó la idea de una sola nación checoslovaca, que en la práctica significaba la superioridad de la nación checa, más numerosa y desarrollada. Las exigencias de autonomía de los eslovacos no fueron atendidas, lo que llevó, con la ayuda de la Alemania hitleriana, a la formación de un Estado independiente. Durante la sublevación de 1944, los eslovacos demócratas lucharon por la restauración de un Estado formado por dos naciones, la checa y la eslovaca. iguales en derechos, Pero una vez más la idea de la federación no se llevó a cabo, siendo aprobado un sistema simétrico, con unos órganos nacionales eslovacos limitados en sus competencias en favor de los órganos centrales. La formación de la Federación en 1968, compuesta por dos repúblicas nacionales, volvía a limitar los derechos de los órganos nacionales. En todo caso, bajo el régimen comunista, el poder real no se lo disputaban los órganos estatales, sino los propios del Partido Comunista.

Se puede demostrar documentalmente la preferencia de las autoridades del régimen anterior hacia Eslovaquia, pero muchos eslovacos lo niegan y hablan de su predominio bohemio y moravio en toda La historia checoslovaca, así como del centralismo de Praga.

Entre dos elecciones

En 1990 los checoslovacos han debido participar en dos elecciones, A primeros de junio tuvieron lugar las del Parlamento (Asamblea Federal, Consejos Nacionales Checo y Eslovaco), A finales de noviembre se celebraron las municipales.

Las últimas elecciones democráticas tuvieron lugar en 1946 en Bohemia y Moravia, concurriendo 4 partidos: comunista, nacionalsocialista, popular (cristiano) y socialdemócrata. En Eslovaquia, dos partidos, el demócrata y el comunista. Los comunistas triunfaron con casi el 40% de los votos. Las ambiciones personales dentro de los partidos demócratas hicieron posible el triunfo comunista y el consiguiente golpe de Estado de febrero de 1948.

La revolución de noviembre de 1989 y la presión del pueblo checoslovaco provocaron la salida de los comunistas de los órganos del Estado. Por entonces, el entusiasmo por la caída del régimen totalitario, la euforia general y la esperanza en rápidos cambios predominaban en todas las esferas de la sociedad, junto a un fuerte sentimiento anticomunista.

A la cabeza de este movimiento social se encontraba en Bohemia y Moravia el Foro Cívico y el Público contra la Violencia, dos movimientos ciudadanos que colaboraban entre ellos, cuyos representantes antes de las elecciones ocupaban cargos públicos. Al mismo tiempo, partidos ya existentes, como e) Nacional Socialista, Popular, Socialdemócrata y Demócrata se reactivaron; se formaron nuevos partidos, como los Verdes, Republicanos, Nacional eslovaco, etcétera.

En las elecciones de junio participaron 22 partidos y movimientos políticos. Tras una campaña a menudo violenta, triunfó el Foro Cívico en la República Checa y el Público contra la Violencia en Eslovaquia, con el 50% y el 33% de los votos, respectivamente, Lo que sorprendió realmente fue el 14% de los votos conseguidos por los comunistas, a los que las encuestas sólo daban un 7%. También destacó el éxito de nuevos partidos nacionales o acentuados en los temas regionales como el Partido Nacional Eslovaco y la Sociedad para Moravia y Silesia.

Durante los meses de verano y de otoño se vio muy claro que construir es mucho más difícil que destruir. Las campañas contra las posiciones de los comunistas, sobre todo en la esfera económica, siguen teniendo todavía apoyo popular, pero muchas de las medidas económicas y sociales aceptadas por el gobierno checoslovaco y el Parlamento provocan descontento, entre otras razones porque el nivel de muchos diputados y ministros no es profesional.

La devaluación de la corona checoslovaca ha hecho empeorar el poder adquisitivo de los checos en comparación con los extranjeros, que se sorprenden de Jos bajos precios deí país. Esto contrasta con los sueldos de los diputados y ministros, que son cuatro veces el salario medio.

La situación social y política en Checoslovaquia en el otoño de 1990 no tiene nada que ver con la de la primera mitad del año.

Hay desunión en el pueblo checoslovaco y debilidad en los representantes por la desconfianza hacia el Gobierno, así como en la capacidad de sus políticos para dirigir el Estado.

El Foro Cívico y el Público contra la Violencia tienen serios problemas con grupos orientados hacia la izquierda o la derecha, mientras que los partidos tradicionales (Nacional Socialista, Socialdemócrata, Popular), tras su fracaso electoral, se debilitan aún más por las luchas internas.

El Partido Comunista, a pesar de negar su pasado estalinista y llevar a cabo un programa de orientación reformista, no es aceptado por la mayor parte del pueblo checoslovaco.

La ola de patriotismo eslovaco con tintes nacionalistas está haciendo aumentar la popularidad del Partido Nacional Eslovaco, así como (a excesiva dedicación a respetar las especificaciones de Moravia y Silesia por parte del Foro Cívico.