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Los que no conocen esta casa pensarán que aquí, en el Tribunal Constitucional (TC), los miércoles presentamos libros, y no hay nada más ajeno a esa realidad”, afirmó ayer Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho y magistrado del TC, con su buen humor habitual, hablando de su último libro: Religión, racionalidad y política.

En realidad, como él mismo explicó, se trataba de un hecho inédito. “En el TC, algunos de mis compañeros tienen la teoría un poco funeraria de que, en todo caso, hay que presentar libros de quien se haya muerto”, sostuvo el magistrado. Afortunadamente, “el presidente ha sido magnánimo y ha permitido esta celebración del  libro sin morirme primero”.

Ollero aprovechó para agradecer a Pascual Sala, presidente del TC, y ponente también anteanoche, “no solo porque este acto se celebre en esta casa, que ya les digo que es una novedad”, sino también por “lo muchísimo que he aprendido de él desde que llegué aquí, desde el punto de vista jurídico y desde el punto de vista humano”.

Encarnación Roca, como Ollero catedrática y magistrada del TC, recomendó a los juristas españoles que tengan más en cuenta el derecho comparado. Recordó en su intervención la jurisprudencia estadounidense. En concreto, apuntó al ensayo American Constitutional Law (1978), de Laurence Henry Tribe, de donde mencionó los casos Abington School District contra Schempp, de 1963, el de Zorach contra Clauson, de 1952, y el de McCollum contra Board of Education, de 1948. Su cierta discrepancia con Ollero se manifestó en frases como esta: “La doctrina de estos casos lleva al tribunal a decir que cuando el gobierno permite a una religión formar parte o utilizar las instalaciones de una escuela en las horas lectivas, ello implica en realidad la promoción oficial de esta religión”. Y en esta otra: “Las algunas veces vehementes opiniones del autor proporcionan un amplio marco de debate que pienso que es lo que él pretende al presentarnos sus ideas”.

Pero lo anterior no fue obstáculo para que Roca terminara su intervención citando a Montaigne y alabando a Ollero: “Cuesta más interpretar las interpretaciones que interpretar las cosas. Hay más libros sobre libros que sobre ningún tema. Nos comentamos entre nosotros. Hay un hormigueo de comentaristas y una escasez de autores. Yo paro aquí porque no quiero encontrarme entre las hormigas, pero sí creo que Ollero se encuentra entre los autores“.

Rafael Navarro Valls, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad  Complutense, destacó “el buen humor, la brillantez y la flexibilidad de Ollero”. El buen humor es “la típica nota de la tolerancia”, algo “muy importante sobre todo si se combina con su gran intelecto”. Navarro Valls mismo hizo gala de su propio buen humor, y, hablando de la flexibilidad, se quejó de los que “quieren hacer la voluntad de Dios, lo quiera Dios o no lo quiera”. Después, trajo a colación una anécdota de Mahatma Gandhi. Un colaborador suyo le dijo que un determinado político no hacía nada sin antes consultar a Dios. Ghandi respondío: “¿Y por qué cree usted que Dios le aconseja tan mal por sistema?”

Para Navarro Valls, la brillantez de Ollero es fruto de un trabajo de muchos años, y su libro Religión, racionalidad y política no se olvidará “nada más ser presentado”, como ocurre con tantos otros.

El profesor Pedro Serna Bermúdez, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de La Coruña, que tiene a su cargo la colección en la que el libro de Ollero ha visto la luz, lo elogió sobre todo como “un universitario, en el más hondo sentido de la expresión, con una gran producción también durante los diecisiete años que fue diputado”. Ollero, subrayó, es “un gran pensador, que ha ido más allá del derecho y de la ciencia del derecho, si es que la ciencia del derecho existe”, y se ha adentrado en “la búsqueda de respuestas que solo la filosofía puede dar”.

Finalmente, el presidente del TC, Pascual Sala, sostuvo que le había gustado mucho el que Ollero se decantara por la racionalidad, no por el racionalismo, por la laicidad, y no por el laicismo, porque a él le convencen “los aspectos más objetivos, las situaciones objetivas, no los subjetivismos”.


Andrés Ollero: Religión, racionalidad y política. Editorial Comares, 2013.

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.