Tiempo de lectura: 3 min.

Ofrecemos a continuación una entrevista con Carmen Iglesias, que había disertado sobre ‘La monarquía hispánica. Globalización e historial global’, en la clausura del I Congreso Internacional Hispanoamericano.

[Transcritas, y ligeramente editadas, las respuestas de Carmen Iglesias son las siguientes]:

La historia de España y la historia de América no se pueden comprender por separado, sino en la interrelación entre una y otra. Han formado uno los conglomerados más importantes que ha habido porque cambió el mundo; es decir, no se puede conocer la historia del mundo sin conocer la historia de España. Y la historia de España está unida a la historia de América.


La memoria histórica no tiene nada que ver con la historia (Carmen Iglesias)


[En la Real Academia de la Historia] hemos escrito montañas de artículos diciendo que la memoria histórica no tiene nada que ver con la historia. Es otra cosa: la memoria es individual; y los académicos hemos insistido en ello. Igual que hemos hecho las alegaciones respecto a la última Ley de Educación, diciendo que no estábamos de acuerdo en todo; unas alegaciones de casi 30 páginas que las tenemos colgadas en internet. Hicimos esas alegaciones con lealtad institucional, pero no hemos recibido nunca ninguna contestación. Pero por nosotros que no quede.

El español es, desde luego, el primer imperio global, porque los otros imperios que hubo antes del descubrimiento de América no eran globales, todavía no se conocía el globo. La primera globalización es la de la monarquía hispánica, que se hizo uniendo las partes del mundo: Europa, América, Asia, África y hasta Oceanía.


En la monarquía hispánica tanto los españoles americanos como los españoles peninsulares son súbditos del rey de España en igualdad de condiciones (Carmen Iglesias)


La característica de este imperio que se llama la monarquía hispánica, que no tiene nada que ver con la imperialista, es que tanto los españoles americanos como los españoles peninsulares son súbditos del rey de España en igualdad de condiciones. No hay ninguna diferencia entre ellos.

Con la independencia, la América hispana simplemente dejó de existir; y lamentablemente hubo una división, una fragmentación que perjudicó mucho a aquel territorio. Trabajaron intensamente los agentes británicos, y otros, para que fueran naciones fragmentadas, dieciséis provincias de lo que había sido una gran unidad. Y con un empréstito, con una deuda con los ingleses concretamente, que no se pudo acabar de pagar, debido a los grandes intereses, hasta mediados del siglo XX, hasta los años 50.


Con la independencia, los máximos perjudicados fueron los indios, porque se hizo una desamortización de las tierras comunales y se quedaron sin protección (Carmen Iglesias)


Los máximos perjudicados fueron los indios, porque se hizo una desamortización de las tierras comunales y se quedaron sin protección. Además, hubo una gran concentración de tierras, unos latifundios que antes no existían.  [La independencia] favoreció fundamentalmente a los criollos que luchaban por ciertas capas sociales, y que lo que querían era tener el poder.

 


[Carmen Iglesias es catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas en la Universidad Complutense y en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, directora de la Real Academia de la Historia, y miembro de la Real Academia Español. Ha sido directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, consejera del Consejo de Estado y presidenta institucional de Unidad Editorial.

Especialista en historia moderna europea y española y en otros temas de historia y filosofía política de distintas épocas, tiene en su haber más de 200 publicaciones. Pueden destacarse: El pensamiento de Montesquieu: política y ciencia natural (1984); Razón, sentimiento y utopía (2006); No siempre lo peor es cierto. Estudios de historia de España (2009), y Pandemias en la Historia: la fuerza de la vida (2021).

Está en posesión del Premio Montesquieu (1985), la Ordre des Palmes Académiques del Gobierno de Francia (1992), la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio (1995), el Premio Nacional de Historia de España (2000) y el Premio Sophia a la Excelencia (Nueva York, 2020), entre otras distinciones]