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El feminismo tiene un papel crucial en la lucha por los derechos de las mujeres y el objetivo de la igualdad, y no está en contra de la otra mitad de la población, sino que se trata de una causa inclusiva y global. Estas son algunas de las ideas expuestas en un seminario sobre “Los muchos futuros del feminismo”, en el que intervinieron Inés Alberdi, catedrática de Sociología de la Universidad Complutense; María Solanas, directora de programas del Real Instituto Elcano; y Octavio Salazar, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, y especialista en igualdad de género y democracia paritaria.

Octavio Salazar, Inés Alberdi, Emilio Lamo de Espinosa y María Solanas.

La sesión forma parte del ciclo de conferencias Pensar el siglo XXI, organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y dirigido por el catedrático emérito de Sociología, Emilio Lamo de Espinosa.

Este introdujo el seminario subrayando que “una de las  revoluciones de más calado del mundo contemporáneo es la de la mujer”. Citó a Concepción Arenal, que señalaba la fecha histórica del 21 de febrero en 1869, en la que se proclamaba que “la mujer es un ser racional, un ser inteligente, capaz de recibir educación y elevarse a las regiones del pensamiento, y de mejorarse perfeccionándose”.

Inés Alberdi: “Hemos asistido en los últimos siglos a una revolución profunda y original”

Inés Alberdi resaltó la relevancia que ha tenido la batalla por la igualdad de hombres y mujeres: “hemos asistido en los últimos siglos a una revolución profunda y original. Profunda, porque ha producido un cambio histórico de enorme alcance; y original porque se ha producido sin violencia”.

“Apenas ha usado los enfrentamientos ni la fuerza”  explicó, ya que  no ha tenido otras “armas que la razón, la reivindicación, las manifestaciones populares y la tenacidad en las exigencias”.

La catedrática de Sociología añadió que el feminismo se define como “la defensa de los derechos de las mujeres”. En ese sentido “es una ideología y a la vez una acción política”.

Trazó una síntesis histórica del feminismo y sus distintas olas, desde “sus primeras manifestaciones en el siglo XVIII, con Condorcet y Mary Wollstonecraft”, hasta el momento presente, destacando hitos como “la lucha por el sufragio femenino en el siglo XIX y comienzos del XX”, o “las revoluciones de los años 60 en EE.UU., y Europa”, en las que el feminismo “se orientó a cambiar la vida de la mujer”.

En el caso español, subrayó la importancia que tuvo “la Transición a la democracia, con el impacto que en el estatus de la mujer tuvo la igualdad de oportunidades y el trabajo remunerado”.

“Los gobiernos deben ofrecer estrategias efectivas para conciliar familia y trabajo: flexibilidad laboral y de horarios, permisos de maternidad y paternidad, guarderías, centros de mayores”

Actualmente afirmó, parafraseando a Moisés Naim, “a las mujeres les va mejor que nunca pero en demasiados aspectos les va muy mal”. Recordó que millones de mujeres en el mundo siguen careciendo de derechos elementales.

Respecto al futuro del feminismo, señaló Alberdi tres campos decisivos en donde es preciso seguir luchando por los derechos de la mujer. En primer lugar, “el trabajo remunerado de las mujeres y que por el mismo trabajo que los hombres se cobre lo mismo”. En segundo lugar, “que la mujer pueda compaginar familia y trabajo, y para ello los gobiernos deben ofrecer estrategias efectivas: flexibilidad laboral y de horarios, permisos de maternidad y paternidad, guarderías, centros de mayores”. Finalmente, erradicar “la violencia contra la mujer”: hay que acabar “con las muertes, agresiones y los malos tratos”; y también con el estereotipo de “la superioridad del hombre frente a la mujer”, porque esta idea es “el  origen de la violencia”.

María Solanas.

Por su parte, María Solanas coincidió con Alberdi en afirmar que “el feminismo no está en contra de la otra mitad de la población, sino que se trata de una causa inclusiva y global”, en la que también salen ganando los hombres.

Citando datos del Banco Mundial, indicó que ya “hay 144 países (el 76% del total) que tienen leyes contra la violencia de la mujer”. Pero, al mismo tiempo, “una de cada tres niñas sufre la mutilación genital en treinta países; las mujeres carecen de los mismos derechos que los hombres en tres cuartas partes del mundo; sólo doce países tienen paridad jurídica -España entre ellos-; en 86 países se enfrentan a restricciones laborales”; y “la brecha entre los ingresos esperados a lo largo de la vida de hombres y mujeres, a nivel mundial, es de 172 billones de dólares,  casi el doble del PIB anual mundial”.

Respecto a la conciliación de familia y trabajo, “sólo en 118 economías avanzadas cuentan con licencia remunerada para madres” agregó.

OCTAVIO SALAZAR: UN NUEVO PACTO SOCIAL

Finalmente intervino el catedrático Octavio Salazar, que destacó que el feminismo es “un marco intelectual que también interpela a los hombres y propone un modelo alternativo de sociedad y un nuevo pacto social”. En su opinión, “la desigualdad de sexos tiene una dimensión estructural, de relaciones de poder”.

Octavio Salazar.

Afirmó que “la igualdad siempre está por hacer” y que implica “un proyecto de transformación democrático”, una transformación “que no se contente sólo con reformas legales puntuales”. El feminismo puede jugar un papel esencial como “una forma de humanismo”, agregó, citando a Clara Campoamor.