El ozono es un estado alotrópico del oxígeno. Por el término alotropía se entiende la propiedad, que presentan ciertos elementos, de poder existir en más de una forma, debido a diferentes disposiciones de los átomos o de las moléculas. Así, una molécula de oxígeno contiene dos átomos, mientras que una molécula de ozono contiene tres. El ozono es un gas azul claro, que resulta tóxico para la vida humana, incluso en pequeñas concentraciones. Pero, en la estratosfera, produce una acción que resulta esencial para la vida en la Tierra. Pues protege la superficie de nuestro planeta de la radiación ultravioleta producida por el Sol, que podría de otra forma barrer la vida de la mayor parte de nuestro mundo.
El agujero en el cielo fue observado por primera vez por un equipo de investigadores británicos que trabajaban en la Antártida en 1982. Más tarde, se observó que no se trataba de un fenómeno aislado, lo que se vio por la disminución del ozono, en los últimos años, sobre el Hemisferio Sur. O sea que la integridad de la capa de ozono se encuentra seriamente amenazada por determinados productos (de forma particular, por los que contienen cloro) cuya presencia en la alta atmósfera ha aumentado , en los últimos tiempos, de forma espectacular. Y es, a través del agujero del cielo, donde pasa, con mayor facilidad la radiación ultravioleta. En la primera parte de este libro, escrito de forma clara y con una abundantísima documentación, su autor John Gribbin, nos describe los hechos, para pasar, posteriormente, a exponer las posibles vías para remediar esta situación.
Nuevas medidas
A ello dedica el último capítulo, que lleva el título de: estrategias para la acción. En este sentido, resulta particularmente importante la conferencia de Montreal, que dio lugar a un tratado internacional dirigido a proteger el medio ambiente. Se garantizan, y aquí puede residir lo más importante de esta reunión, revisiones periódicas a la luz de la nueva evidencia científica. De todos modos, continúan siendo vertidos en el aire productos que atacan al ozono. Aunque sólo consideremos el agujero de la Antártida, los biólogos se encuentran preocupados por la amenaza, que pesa sobre el fitoplancton, que supone el que cada vez más radiación ultravioleta alcance la superficie del océano en la región. Se ha demostrado que desciende, de forma notable, la actividad del fitoplancton, que es la base de la cadena alimenticia de la que dependen el pescado, los moluscos y los crustáceos. El autor concluye afirmando que «la historia del agujero en el cielo y sus implicaciones para la humanidad están muy lejos de haber pasado». Una serie de razonamientos y de declaraciones de los principales científicos implicado s e n esta problemática, como Joe Earman, que descubrió el agujero, o Sherry Rowland, nos llevan a la conclusión de que el daño «que ya hemos hecho a la capa de ozono estará con nosotros y con nuestros hijos y nietos a lo largo de los siglos XXI y XXII».
La edición, en español, de este libro aparece en un momento particularmente interesante. Crece, por todas partes, y nuestro país no es una excepción, la preocupación por los problemas relacionado con el medio ambiente. Desde que el alemán Ernst Haeckel, acuñara en el siglo pasado el término Ecología, como la ciencia que se ocupa de las relaciones e interdependencias entre los seres vivos y su medio ambiente, han sucedido muchas cosas. Y de la Ecología, como ciencia, se ha pasad o al ecologismo, que consiste en una actitud moral ante la Naturaleza. Surgen, así, los partidos y los movimientos ecológicos. que tienen, cada vez, más presencia en el Viejo Continente. De ahí la oportunidad de este libro.