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Los desajustes entre los medios puestos en el proceso educativo y los resultados obtenidos, la rebaja del nivel de exigencia promovida por las leyes educativas o el papel medular del profesor fueron algunos de los temas analizados en una sesión del Seminario Rubén Darío Defensa de la educación, celebrada en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y dirigida por Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua, entre 2014 y 2018, y catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela.

Intervinieron el catedrático Ricardo Moreno Castillo, licenciado en Matemáticas, doctor en Filosofía y especialista en Historia de la Ciencia; y la catedrática Inger Enkvist, especialista en Literatura española, y miembro del consejo sueco de educación superior.

Introdujo la sesión el profesor Villanueva con una cita de la propia Inger Enkvist, “hoy tenemos escuelas para todos, con un equipamiento increíble, pero no nos atrevemos a exigir que se estudie”, aludiendo a la “sensación de pesimismo y desmotivación” extendida entre el profesorado al percibir que “la infraestructura educativa no consigue los resultados que se pretende”. 

Darío Villanueva.

Detecta Villanueva la influencia de “un espíritu de época, en lo que llamo la nueva pedagogía, del pensamiento posmoderno»; y mencionó a este respecto el ensayo de Miguel García de Juan Enseñanzas y aprendizaje posmodernos en España: La educación secundaria,

Darío Villanueva: Todos estos rasgos (de la sociedad líquida) “no dejan de injerir en la actual educación, en contra de la interpretación ilustrada del mundo y la humanidad”

“Se habla -añadió Villanueva- de la superación de los principios humanistas; de una sociedad líquida, regida por el llamado pensamiento débil, que ha abandonado los grandes relatos legitimadores -filosóficos y políticos- que han articulado el mundo desde la Ilustración”. Todos estos rasgos “no dejan de injerir en la actual educación, en contra de la interpretación ilustrada del mundo y la humanidad”.

En este sentido, el catedrático señaló que la LOMLOE (Ley Orgánica de la Modificación de la LOE) ha generado, entre otros debates, un Manifiesto en defensa de la enseñanza como bien público, suscrito por docentes e intelectuales. Se subraya en el mismo “conceptos nucleares de la educación” -apuntó-, como “la importancia del esfuerzo; que la evaluación debe ser por contenidos concretos de asignaturas y no por competencias, pues la evaluación por competencias diluye los conocimientos concretos; o que deben permanecer las notas numéricas y menciones de honor, para medir el grado de éxito del alumno”. 

Por su parte, Ricardo Moreno indicó que “no se ha estado consciente de la importancia de los límites en el campo de la educación”, e ilustró la necesidad de los mismos, con la conocida parábola de Kant sobre la paloma: “El aire que limita su vuelo es el mismo que lo posibilita”. 

Ricardo Moreno.

La educación implica “dar espacios de libertad cada vez mayores” afirmó, lo cual genera, a su vez, desigualdad que “o la aceptamos o nos cargamos la educación”.

Ricardo Moreno: “El papel de la inteligencia está por encima de la cultura de los padres del estudiante, o del origen familiar o social”

Añadió que en el proceso educativo entran en juego “diversas variables”, como “la cultura de los padres, la capacidad de estos para inculcar hábitos de trabajo, e incluso el atractivo personal del estudiante o su capacidad para hacer amigos”. Destacó que “el papel de la inteligencia está por encima de la cultura de los padres, o del origen familiar o social del estudiante”. Recordó, en este sentido, los casos de “Newton, hijo de labradores; o de Copérnico, hijo de panaderos”

Moreno propone “una enseñanza básica común hasta los doce años, y después un bachillerato de 6 años y para quien no lo quiera, Formación Profesional”. Argumentó que a los doce años se tiene suficiente madurez para decidir si quiere hacer bachiller o FP: “Hay que aceptar ese límite, si al estudiante no se le deja decidir sobre su futuro, y se le obliga a hacer bachiller no solo no aprende sino que no deja aprender a los demás”.

Respecto al papel de la memoria, actualmente menospreciado, destacó su carácter medular en el proceso educativo, acompañado de la inteligencia. “O la memoria y la inteligencia van justas o se pierden” apostilló. 

Ricardo Moreno considera fundamental “el conocimiento memorístico, repetitivo y transmisible”, puesto ahora en cuestión por leyes como la LOMLOE. No tiene sentido, agregó, decir que “no es tan necesario estudiar contenidos porque ya está internet”. Y mencionó a Voltaire, que ya en el siglo XVIII, señalaba que “la Enciclopedia es una gran cosa, si eres una persona instruida y sabes manejarla”.

Finalmente Inger Enkvist subrayó que son “los adultos, no los niños, los que deben cambiar” para mejorar el sistema educativo. Este presenta una fortaleza: “el consenso de que la educación es algo importante para la sociedad (no hay Estado que no tenga presupuesto educación)”.

Inger Enkvist.

Las debilidades -prosiguió- atañen en primer lugar “a las autoridades, que pueden sucumbir a la tentación del facilismo, de exigir poco, porque eso es impopular, de no aceptar que el profesor tenga autoridad, y de entregársela al alumno”. También pueden darse en los docentes, “cuando carecen del nivel cultural suficiente”. Y finalmente en “los padres, cuando no ofrecen buenos modelos en su comportamiento, y esperan milagros de la escuela”. 

Respecto a las oportunidades, la catedrática sostiene que ya tenemos un marco,“el sistema educativo”, y ahora “se trata de dirigir esas fuerzas hacia un cambio de mentalidad”. Comenzando por “la educación primaria: sin la cual, el resto del edificio educativo se tambalea”. Para ello, “se debe convertir a los alumnos en lectores, antes de los 12 años; deben saber redactar, de forma clara y coherente y correcta; y deben adquirir cultura general”. 

Inger Enkvist: «Gracias al esfuerzo en educación, Estonia es actualmente el de mejores resultados de la UE en las pruebas PISA» 

Inger Enkvist puso tres ejemplos de cómo se puede mejorar el sistema educativo sin cambiar el marco exterior. El primero lo toma del estudio hecho por el economista Thomas Sowell en su libro Charter Schools and Their Enemies (Las escuelas concertadas y sus enemigos) -2020-. Sowell analiza las escuelas públicas y concertadas de Nueva York, donde los alumnos son en primer lugar afroamericanos e hispanohablantes, con similar nivel económico y social, y que incluso suelen estudiar en los mismos edificios. Hay, sin embargo, una notable diferencia: que el nivel de exigencia para los alumnos y el nivel de respeto a los profesores es mayor en los centros concertados. Lo cual se traduce en mejores resultados en lengua y matemáticas. 

El segundo ejemplo es el caso de Estonia, un país pequeño que se independizó de la URSS en 1991, y que gracias al esfuerzo que puso en la educación, es actualmente el de mejores resultados de la UE en las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), invirtiendo menos dinero que otros países europeos. Su apuesta por la libertad -con cierto grado de control estatal- ha sido decisiva, subraya Enkvist: “los directores de colegios pueden decidir qué profesores quieren; y los padres tienen libertad para elegir escuela para sus hijos”. 

LOS PROFESORES, PILARES DE LA SOCIEDAD

El tercero se refiere a la apuesta por la calidad de los profesores, que contribuye a aumentar el rendimiento de los escolares, como ha demostrado el economista Eric Hanushek. Comprobó al analizar el PIAAC (Programme for the International Assessment of Adult Competencies), conocido como el PISA para adultos, que los países que tenían el nivel más alto en lengua y matemáticas entre los profesores eran Finlandia y Japón, precisamente, países con un alto rendimiento en PISA entre los alumnos. De ahí concluyó que es más importante la selección de futuros profesores que la formación en pedagogía.

Un caso emblemático -concluyó Enkvist– es del “Singapur, que recluta a los mejores profesores, y los retiene -mediante un buen nivel salarial-, tratándolos como lo que son, pilares de la sociedad”. 

El ciclo de seminarios Rubén Darío se inició en UNIR el pasado mes de mayo con una conferencia de Darío Villanueva sobre la Defensa de la educación, a la que siguió una sesión sobre la figura de Ruben Darío en la que, además del exdirector de la RAE, participaron el escritor y expolítico nicaragüense Sergio Ramírez, y la catedrática de Literatura Francisca Noguerol.

Doctor en Comunicación, periodista y escritor.