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Darío Villanueva, director de la Real Academia Española de 2014 a 2018 y catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela, ha inaugurado esta mañana en UNIR el Seminario Rubén Darío Defensa de la educación. Lo ha hecho acompañado de Sergio Ramírez, novelista de éxito, ensayista, periodista, abogado y ex político de Nicaragua, y de Francisca Noguerol Jiménez, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca.

Villanueva, en su introducción, ha recordado que el gran escritor nicaragüense quiso hacerse ciudadano de todas las Américas y de España. Su herencia en el siglo XXI nos empuja a contribuir al entendimiento de etnias y pueblos hispanoamericanos. Hablando más en detalle de la educación, ha recordado las tres misiones de la Universidad mencionadas por Ortega y Gasset (transmisión de la cultura, enseñanza de las profesiones e investigación). Pero al ex director de la RAE le sorprende que hoy la misión primordial del maestro, la transmisión de la cultura, desaparezca a favor de la transferencia de conocimiento y tecnología. «La inclusión de esta última función está más que justificada y nadie se opondría hoy a ella. Sería una triste paradoja que en la sociedad del conocimiento en la que ya estamos instalados, las universidades, que son auténticas ‘factorías de conocimiento’, quedasen al margen, ensimismadas, sin transmitirlo a la sociedad para enriquecerla (no solo materialmente)».

«Su herencia en el siglo XXI nos empuja a contribuir al entendimiento de etnias y pueblos hispanoamericanos» (Darío Villanueva»)

«Rubén Darío quería una orquesta completa» (Sergio Ramírez)

«Es un ejemplo de liberalidad de criterio y de grandeza de alma» (Francisca Noguerol)

Sergio Ramírez ha repasado con mucha precisión el gran papel promotor de la cultura que en su país tuvo Rubén Darío. En Nicaragua, ha dicho, ha habido buenos «solistas sin orquesta». Pero de lo que se trata es de construir la orquesta puesto que a muchos que aún están «en el campo» con «machetes» nunca se les ha dado la oportunidad de convertirse en médicos, ingenieros, arquitectos, etc. «Rubén Darío quería una orquesta completa». En Nicaragua, y en todas partes, «hay que tener una orquesta completa». Ramírez ha apuntado que las recetas para ese cambio que propugnaba Rubén Darío siguen siendo válidas: el pensamiento crítico y la calidad. A sus compatriotas no les aconsejaba que fueran poetas, sino que se instruyeran, y que fuera vate quien tuviera vocación para ello. La modernidad por la que luchó es perfectamente actual.

La profesora Noguerol ha insistido en el empeño de Rubén Darío por hacerse oír, su trabajo de (magnífico) periodista. Él era un gran liberal, en el sentido etimológico de esa palabra (ser libre de las esclavitudes para sacar la mejor versión de uno mismo), y lo ponía de manifiesto en excelentes crónicas, como una a principios de siglo XIX en Barcelona, en la que denuncia el aplastamiento de la revuelta obrera con «caballos y sables». Miguel de Unamuno
ensalzó de Rubén su «liberalidad de criterio y su grandeza de alma».

Darío Villanueva ha terminado la sesión anunciando las próximas conferencias de este ciclo En defensa de la educación.

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.