“La Unión Europea puede y debe seguir aspirando a desarrollar una autonomía estratégica; pero no puede ni debe desacoplarse de los EE.UU. ni de la OTAN” afirmó Charles Powell, director del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, en una sesión sobre la Brújula Estratégica para la Seguridad y la Defensa, del ciclo Pensar el siglo XXI, celebrada en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
El experto respondía así a Emilio Lamo de Espinosa, vicepresidente de UNIR y director del ciclo, que planteó si “Europa puede aspirar a la autonomía estratégica, tras el conflicto de Ucrania, que ha puesto de manifiesto nuestra dependencia de Estados Unidos y la OTAN”.
Participaron en el debate, como panelistas, Belén Becerril, profesora de Derecho de la UE de la Universidad CEU San Pablo, y subdirectora del Real Instituto Universitario de Estudios Europeos; y Pol Morillas, director de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) y máster en Relaciones Internacionales por la London School of Economics.
Emilio Lamo introdujo la sesión recordando que la Brújula Estratégica para la Seguridad y la Defensa fue aprobada en marzo de 2022, para dotar a la Unión Europea de un plan de acción en seguridad y defensa hasta 2030. Contiene 60 propuestas concretas; se fija plazos específicos y ha sido adoptada por los 27 ministros de Exteriores y Defensa de la UE.
“El valor principal de la Brújula Estratégica es su capacidad de diagnóstico del entorno internacional”
Charles Powell señaló que “la autonomía estratégica es un proceso gradual no un suceso”; y su utilidad está referida no sólo a la defensa sino a “otros ámbitos estratégicos como el energético o el sanitario. La pandemia ha demostrado que Europa es dependiente de estados que no comparten nuestros valores ni intereses”. Powell añadió que más que de autonomía prefiere hablar de “responsabilidad estratégica”.
El valor principal de la Brújula Estratégica es su capacidad de “diagnóstico del entorno internacional: inestable, marcado por la competencia entre estados, muy dominado por la rivalidad entre EEUU y China… También de las amenazas a las que nos enfrentamos los europeos, que van desde el cambio climático al terrorismo yihadista”.
Pero no queda salvada la contradicción de que “proporciona seguridad, sin proporcionar defensa. Esta última seguirá siendo tarea fundamental de la OTAN” añadió el director del Real Instituto Elcano. La UE prevé que para 2025 esté operativa la llamada “Capacidad de Despliegue Rápido, que tendrá 5.000 efectivos, para la gestión de crisis en el vecindario inmediato”; aunque advirtió que “no se trata del embrión de un futuro ejército europeo”.
El conflicto de Ucrania ha puesto de relieve la necesidad de que la UE actúe de forma coordinada. “Los 27 países miembros gastamos mucho en defensa: 218.000 millones de euros, pero lo hacemos mal y no de forma coordinada».
Ventajas de la UE
“La ventaja, frente a la Alianza Atlántica” indicó el experto, es que “solo la UE tiene fondos, procedimientos e instituciones para hacer posible un gasto en defensa más eficaz y compartido”. Recordó que la UE dispone de un fondo de 8.000 millones de euros y que la Comisión Europea es el tercer comprador más grande de armas, después de Alemania y Francia.
Matízó que “el gasto militar no lo es todo”; y “el valor añadido que aporta la UE es seguridad: seguridad marítima, del espacio exterior, contra las amenazas híbridas, las cibernéticas y contra la desinformación”.
Powell señaló que “la OTAN y la UE son complementarias”, de ahí la necesidad de que en el futuro “se coordinen mucho más y mejor, con una división de tareas más realistas”.
Por su parte, Belén Becerril puso de manifiesto cómo ha evolucionado la actitud de los europeos ante la seguridad y defensa. “El 77% de los europeos, según el Eurobarómetro, se manifiesta a favor de un mayor papel de la UE en Seguridad y Defensa. Y el 57% de los europeos se posiciona a favor de la ampliación”.
Añadió que, en cualquier caso, “la complementariedad de la UE y la Alianza Atlántica es la solución».
Belén Becerril: “El 77% de los europeos, según el último Eurobarómetro, se manifiesta a favor de un mayor papel de la UE en Seguridad y Defensa”
Pol Morillas afirmó, en su intervención, que “las amenazas al orden internacional son cambiantes y se suceden de forma rápida: Covid, Ucrania, el Sahel etc.” Y subrayó que “Europa debe responsabilizarse en mayor medida de la seguridad internacional”. Por un lado, “es muy buena en dos componentes de la estrategia de la seguridad internacional: la identificación de los retos y de las amenazas que se derivan de estos retos”; pero, por otro lado, suele ser “muy mala en definir los intereses que defiende y las capacidades necesarias para lograrlo”.
La guerra de Ucrania ha supuesto “un cambio fundamental en el concepto de cultura estratégica, una manera más compartida de entender la seguridad internacional y las amenazas a las que se enfrenta”.
Morillas: “Europa es muy mala en definir los intereses que defiende y las capacidades necesarias para lograrlo”
Respecto al peligro de una escalada nuclear del conflicto, Charles Powell cree que “ni siquiera Putin se atrevería a usar armas tácticas nucleares en entornos urbanos”, y quizá se lo plantearía “en un escenario de inferioridad de condiciones, en el campo de batalla, aunque en este caso serían poco eficaces y contraproducentes”.
Y China ve el conflicto con cierto distanciamiento, “a pesar del acuerdo permanente firmado con Rusia en febrero de 2022. A Estados Unidos no le interesa Ucrania, pero a China tampoco, porque no degrada a EE.UU”.
Disuasión en un mundo multipolar
Finalmente, Powell y Morillas, destacaron “la dificultad de la disuasión para garantizar la seguridad internacional en un mundo multipolar, con once países con armas nucleares”, a diferencia de la Guerra Fría con solo dos superpotencias. De suerte, que la mejor receta para preservar la paz -apostilló Morillas- ya no es la de la Guerra Fría sino “la cooperación y el establecer reglas compartidas para las instituciones multilaterales”.