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Federico Mayor Zaragoza ha sido recientemente reelegido director general de la Unesco, cargo que venía desempeñando desde hace justamente seis años. Traemos hoy a esta sección medioambiental de Nueva Revista unas palabras suyas sobre la necesidad de implicar educación, ciencia y cultura con las cuestiones de Medio Ambiente (objetivos que dan nombre a la Organización), escritas con motivo de la publicación por el Centre Unesco de Cataluña, también recientemente iniciada, de unos Cuadernos de Educación Ambiental que, al difundir las ideas más avanzadas sobre la cuestión, y al hacerlo desde una perspectiva a la par mesurada y atrevida es decir, científica y cultural en la mayor dimensión de ambos términos, aspiran a inducir cambios en las actitudes de sus lectores, es decir, a educar.

«En efecto, la importancia creciente de los problemas ecológicos del planeta pide una actuación mancomunada de todos los sectores y agentes sociales lúcidos y sensibles, pero especialmente de aquellos que, como la UNESCO, tienen la responsabilidad moral de hacerlo y el explícito mandato de ocuparse de ello.

Educar para cambiar. Educar para contribuir a la formulación del nuevo modelo socioeconómico que el mundo precisa con urgencia. Los serios problemas ambientales que lo amenazan no son, desde luego, fruto, del azar, ni de la mala suerte. La crisis demográfica y el cambio global con que nos enfrentamos son consecuencia de muchos años de uso abusivo del entorno, a causa del egoísmo, de la ignorancia, o de ambas cosas a la vez, pero proceden sobre todo de muchas décadas de economía occidental reducida al libro de caja. Quien más sabe y quien más posee, más responsabilidades administra. Por eso los países más desarrollados concentran los mayores niveles de responsabilidad histórica en relación con la crisis ambiental, como corresponde a quienes ostentan el liderazgo del planeta. El primer mundo, pues, debe admitir la necesidad del cambio o debe propiciarlo, aún a costa de verse obligado a considerables sacrificios y de ver frustradas algunas expectativas exageradas, concebidas en momentos de ofuscación expansionista.

El nuevo modelo obligará a todo el mundo, porque todos nos veremos afectados y todos hemos formulado o aceptado planteamientos socioeconómicos ambientalmente objetables. Por eso todos debemos cambiar, por eso todos debemos reflexionar» (Cuadernos Ambientales na 1, Centre Unesco de Cataluña).

Programas y actividades

El primer número de los Cuadernos se centra en la biodiversidad, uno de los puntos más candentes y actuales en el plano de la Conservación de la Naturaleza, con una breve descripción, a cargo de Otto T. Solbrig, Universidad de Harvard, de lo que es y de los peligros que la amenazan, más una serie de consejos para preservarla. Como es sabido, en la Conferencia de Río, celebrada el año pasado, se llegó a un Acuerdo Internacional sobre Diversidad Biológica, que firmaron 156 países y la Comunidad Europea (aunque hasta el momento no se ha conseguido el número de ratificaciones necesario para su validez). Entre las actividades de la Unesco relacionadas con la biodiversidad, destacan el Programa Diversitas, las Reservas de la Biosfera y las Actividades de Cooperación.

El programa Diversitas

Diversitas es un programa científico que tiene como objetivo perfeccionar los conocimientos científicos sobre la diversidad biológica y en concreto el papel que desempeña la biodiversidad en el funcionamiento de los ecosistemas, así como los orígenes, la dinámica y el mantenimiento de la biodiversidad. El programa consiste en una combinación de síntesis de descubrimientos en la investigación, inventarios y controles sobre el terreno, formación y preparación de material informativo para diferentes grupos de personas. Se subrayan no sólo los ecosistemas terrestres sino también la biodiversidad marítima y los microorganismos. Diversitas ha sido iniciado conjuntamente por la UNESCO y dos organizaciones no gubernamentales, la International Union of Biological Sciences y el Scientific Committee on Problems of the Environment.

La red internacional de reservas de la biosfera

Se ha establecido una red de zonas protegidas (311 en 81 países) para la protección de la biodiversidad sobre el terreno, en combinación con otras actividades, como la investigación científica en el campo de la utilización de recursos biológicos sostenibles, educación sobre el medio ambiente y formación de especialistas. Las reservas de la biosfera están al servicio de los intereses de desarrollo de las personas que viven en éstas o en su entorno. La red internacional proporciona un marco para la comparación, cooperación e intercambio de información. Las reservas de la biosfera constituyen una parte importante del programa de la UNESCO Man and the Biosphere (MAB) iniciado en el año 1971.

Comunidades locales y diversidad cultural

Existen una serie de actividades de cooperación en el seno de la UNESCO que reúnen y perfeccionan los conocimientos tradicionales sobre la biodiversidad, como la utilización de plantas y animales en medicina, alimentación, materiales de construcción, etcétera, así como el papel que desempeñan las plantas en determinadas culturas y religiones.