Pilar del Castillo

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Nueva Revista

Educación, Investigación e Innovación: el valor añadido de la Unión Europea

Desde hace tres años, las instituciones europeas y los gobiernos nacionales están ideando soluciones para superar esta situación de crisis económica. En Bruselas, los acuerdos parecen empezar a emerger: la salida de la crisis requiere crear instrumentos capaces de exigir requisitos y pautas de actuación común en ámbitos tan cruciales como el financiero, pero igualmente en asuntos que tengan un impacto directo sobre la capacidad competitiva de la economía.
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Elecciones 91. Continuidades y cambios en el mercado laboral

El concepto de mercado ha sido desarrollado por el profesor Sani en uno de los trabajos más sugerentes que se han llevado a cabo en la sociología electoral de ¡os últimos años. De acuerdo con este enfoque, y simplificando ahora el argumento, la competitividad de ese singular mercado viene determinada esencialmente por la existencia de un número suficiente de votantes susceptibles de ser atraídos por las dos ofertas principales y capaz de inclinar la balanza a favor de una de ellas. Según esta condición, se puede afirmar que el mercado electoral español se ha caracterizado a partir de las elecciones generales de 1982 por un nivel muy bajo de competitividad interpartidista. Las elecciones autonómicas y municipales del pasado 26 de mayo tienen importantes elementos de continuidad, pero, por vez primera, se han producido cambios que favorecen una mayor movilidad en el mercado electoral. Desde 1982 las cuotas de mercado ocupadas por los grandes partidos nacionales se reproducían, con poca variación, en las sucesivas consultas electorales. La potencial transformación de esa situación dependía fundamentalmente de la reestructuración de una alternativa de centro derecha que presentara una oferta competitiva, frente a la presentada por el PSOE, reequilibrando la situación creada Por Pilar del Castillo tras las elecciones de 1982 con la desaparición de UCD. En el transcurso de la década de los ochenta era razonable pensar que el nuevo provecto de centro-derecha se podría desarrollar de acuerdo con una de las dos siguientes hipótesis: bajo el liderazgo de! CDS, o que Alianza Popular, con una renovación en su mensaje y, por consiguiente, de su imagen, se convirtiera en el eje de esa alternativa. La primera de las posibilidades no se intentó aun cuando dispuso de condiciones favorables inmediatamente después de las elecciones de 1986, momento de mayor dificultad para la Alianza Popular desde 1982 y en el que además fracasaba abiertamente ¡a opción del Partido Reformista. El CDS acabó por mantener a duras penas su cuota de voto en las siguientes elecciones limitando sus aspiraciones estratégicas a las de partido bisagra. La segunda de las hipótesis tampoco tuvo mejor fortuna. Alianza Popular no logró transmitir una imagen nueva. De forma sistemática, las encuestas de opinión reflejaban un rechazo o «preferencia negativa» de este partido (expresado habitualmente según el indicador «el partido al que no votaría nunca») muy elevado. AP. como bien reflejaban los resultados de las sucesivas elecciones, era incapaz siquiera de penetrar en la cuota de mercado del CDS, su grupo más próximo en el continuo izquierda-derecha. Este aislamiento se alejaba de igual forma de los partidos nacionalistas que nunca contemplaron et supuesto de participar en la construcción de una nueva alternativa de centro derecha a cuyo frente se pudiera encontrar Alianza Popular. La continuidad El resultado obtenido por el PSOE en las pasadas elecciones del 26 de mayo constituye el elemento fundamental de continuidad. En su expresión porcentual y absoluta los socialistas conservan con pocas variaciones la cuota de voto que lograron en las elecciones de 1987. La distribución territorial y socioeconómica de...

Elecciones al Parlamento europeo

El próximo 12 de junio van a tener lugar las cuartas elecciones, terceras para los españoles, al Parlamento Europeo. Con la elección directa de esa Institución, prevista ya en el Tratado de Roma pero celebrada por primera vez en 1979, se pretendía aliviar el denominado déficit democrático que arrastraba el proceso de integración confiriéndole por tanto una mayor legitimidad. Pero además existía la presunción de que la implicación de los electores tendría otros efectos positivos sobre el desarrollo de la integración comunitaria. Así, por un lado, permitiría desarrollar un sentimiento de ciudadanía europea, lo que iba a constituir un estímulo para el proceso de integración y, de otra parte, ese mismo sentimiento facilitaría superar los problemas que el largo y difícil camino hacia una mayor integración inevitablemente iba a generar. Transcurridos quince años desde aquellas primeras elecciones, ¿qué balance se puede hacer?, ¿para qué han servido realmente las elecciones al Parlamento Europeo? Elecciones y legitimidad democrática En las democracias, las elecciones constituyen el procedimiento por el que se hace efectivo el principio democrático de legitimidad del poder. En los regímenes parlamentarios las elecciones cumplen, muy brevemente desarrolladas, las siguientes funciones: a) la representación de los intereses de individuos y grupos (se podría decir que los electores intervienen así en el input del proceso de decisión política); b) la designación y control de los parlamentarios, e indirectamente del Gobierno, cuya actuación es evaluada de manera periódica (lo que significa el pronunciamiento del electorado sobre los outputs del proceso político) y ; c) legitimar, en suma el poder y las políticas de quienes deciden. Para que las elecciones cumplan esas funciones efectivamente es necesaria una serie de prerequisitos que van más allá de garantizar un procedimiento electoral democrático. Primero, es preciso que el Parlamento tenga capacidad legislativa y de control sobre el Gobierno. Segundo, es preciso que los electores posean una información suficiente sobre las posiciones de las distintas candidaturas entre las que pueden elegir, así como de la actividad que esos grupos han desarrollado previamente en el ámbito específico de su actuación. De ello se deriva que la amplitud, contenido y estructura de la comunicación política es esencial para que la elecciones desempeñen el papel que se acaba de apuntar. La existencia, en suma, de una opinión pública es crucial para que las elecciones constituyan de manera efectiva el desarrollo del principio democrático de legitimidad. Las precondiciones anteriores se encuentran presentes, con mayores o menores deficiencias, en los sistemas políticos nacionales, pero totalmente ausentes del sistema político europeo. Por un lado, el Parlamento Europeo carece de las competencias legislativas y de control del ejecutivo que tienen (en los sistemas parlamentarios) los parlamentos nacionales. Hoy, los rasgos de la arquitectura política comunitaria responden en realidad a una organización de tipo intergubernamental, si bien con algunas características casigubernamentales. Recientemente Dahrendorf describía al Parlamento Europeo como un bello gesto simbólico pero engañoso y, de hecho, un insulto al concepto de responsabilidad democrática. Y así es, el Parlamento tiene un carácter ornamental con una muy escasa incidencia en...

Lo normal y democrático es la alternativa, entrevista a J.Mª Aznar

Mantuve esta larga conversación con José Mª Aznar en su despacho de la calle Génova, una tarde de este caluroso octubre. El lector podrá comprobar que hablamos por extenso de los más diversos temas.