José A. Martín Aguado

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Del plomo al ordenador

El lector roza con un dedo la pantalla de su ordenador personal y obtiene una primera página electrónica. Luego toca el título de una de las informaciones y aparece el texto completo. Al mismo tiempo puede pedir la secuencia de un telediario, que verá en una esquina de la pantalla. Se trata del diario electrónico universal, una conquista más de las muchas que se consiguen en la ardua y diaria batalla por las innovaciones tecnológicas. En este caso, han sido tos investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT), de Boston los que han logrado integrar diversas tecnologías de punta —edición asistida por ordenador, pantalla táctil, digitalización de imagen y sonido, etc.—, cuyo resultado final es un diario electrónico a la carta, auténtica revolución que modifica, de forma sustancial, tanto los hábitos del lector de diarios como los métodos de elaboración de los mismos. Han sido, precisamente, la electrónica y las telecomunicaciones los dos factores clave que, junto a la nueva concepción gráfica del diario, han contribuido a que la prensa escrita vuelva a ser un producto rentable, superando, de este modo, la profunda crisis a que se vio sometida entre 1975 y 1985. Concretamente en España, de los 85 diarios privados existentes en 1979, sólo 15 eran rentables; 20 cubrían gastos y los 50 restantes resultaban deficitarios. Ocho años después, en 1987. sólo tres del más del centenar de diarios españoles registraron pérdidas. Esta bonanza económica, calificada como «edad de oro de la prensa española» por Pedro Crespo de Lara, secretario general de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) ha sido el motivo de la aparición, en los dos últimos años, de 12 nuevos diarios, entre ellos El Mundo, El Independiente, Las Noticias y El Sol, y del anuncio de la próxima salida de otros 12. Sin embargo, pueden ser esas propias tecnologías, que han proporcionado nueva savia a la prensa, las que pongan de nuevo en peligro al diario en un futuro inmediato. Si la radio y la televisión plantearon, en la década de los setenta, la batalla al periódico en campos tan concretos como el informativo, el educativo, el recreativo y el de servicios a pequeñas comunidades, en la década de los noventa pueden ser los nuevos medios telemáticos —videotex y teletexto, entre otros— tos que limiten el ámbito de difusión de la prensa. A la competencia de la tadio y de la televisión, los editores de prensa respondieron con la transformación del viejo periódico en un producto moderno, con impresión y diseño avanzados. La respuesta al reto de los nuevos medios no parece, sin embargo, que haya de basarse en las espectaculares campañas de bingos y de loterías, como se está haciendo actualmente, sino en una auténtica reorientación de producto que satisfaga a los modernos lectores. Escasa difusión en España El periódico, tal como aparece hoy en los quioscos, es una creación moderna. Arranca de los inicios de la sociedad burguesa y se consolida con la aparición de la sociedad industrial. Los periódicos de principios del siglo XIX...