Eugenio d'Ors

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escritor, ensayista, periodista, filósofo y crítico de arte

Crónicas de la Ermita, 1946

BIELO Y LAS GACELAS (viernes 30 de agosto). Cuentan hoy los papeles que, allá, en los Estados Unidos y en su parte selvática y salvaje -porque la hay, pese a quienes se figuran que todo, en aquellas tierras, es Quinta Avenida-, ha  sido encontrado  por  unos  cazadores un muchacho alalo, que, desnudo y con el cuerpo cubierto de pelo, vivía en común con las gacelas ... Monstruo marino, de los de la ayer consabida tradición periodística  estival, no será esta vez. Porque  de un setenario a esta parte, en punto a noticiones y en punto a monstruos, la realidad viene dándole quince y raya, en verano como en invierno, a la más abracadabrante fantasía.Sin embargo, el detalle de que ese Mowgli o Tarzán de nuevo cuño "corre lo mismo que las gacelas", Bieló, el malicioso amigo de la Ermita, no se lo acaba de tragar. No sé en virtud de qué linaje de zoométrica, asegura que, si le hubiesen dicho que corría como un caballo, bueno. Pero que el imaginarle veloz como una gacela ha de ser tan bola como el figurarse que es raudo como una perdiz.Probablemente, un docto en la morfología animal dijera lo mismo, desde el punto de vista de la estructura de las extremidades. Pero Bieló no se funda en razones anatómicas, sino en las psicológicas. Más que negar que el hombre pueda correr tanto, lo que a él le parece imposible es que el hombre pueda tener tantas ganas de correr. Desde la posición de su pereza inveterada, tanta diligencia se le antoja contra natura. Para esforzarse así, piensa Bieló, ha de estarse en ambiente deportivo, y con público, y con operadores de film, y con Prensa, y con copas para premio del vencedor. Si no, ¿con qué objeto?... Bieló sabe que el mundo es redondo y que, aunque sea para huir, si se huye mucho, mucho, la fija es el volver a darse de bruces con el peligro de que se huyó.El mundo, para Bieló, está hecho a imagen de un tío-vivo. Dios le libre, a Bieló, de montarse en un  tío-vivo.  "¿Para -reflexiona- dar tantas  vueltas,  y  marearse,  y  quedarse,  al  fin,  con  dos  reales  menos en el mismo  sitio de donde  se salía?"Quiere decir que la celeridad de las gacelas no le interesa. Ni las facultades del monstruo encontrado en los Estados Unidos.De las primeras, lo único que preguntó, cuando le hablaron por primera vez de su existencia, es si se podían comer. Y apostaría algo a que, sobre el segundo, ha estado a pique de preguntar lo mismo.ANGELOFANÍA (sábado 31 de agosto). Que cada cual tome de mi palabra lo que quiera. O lo que pueda. Yo, con ser creído y entendido por tres o cuatro limpios de corazón, tan contento.He sentido anoche la presencia corpórea del Angel de la Guarda. Corpórea, física, digo. Y no, por apariencia visual. No, por alucinación auditiva. No, por ilusión táctil. Ni he debido tampoco deducirla por sus efectos, según me digo que hay...