Antonio Garrigues Walker
Ahora bien, ahora mal
Cuando los líderes renuncian a sus ideales los públicos no tienen razones para el respeto.
(En escena, al fondo, en fila, dando cara al público, quizá sentados, quietos pero no inmóviles, tres personajes (Al, A2 Y A3) vestidos de forma aparatosa y deformante cuya personalidad o simbolismo se explica luego. Aparece, de entre los espectadores, el presentador (P), mezcla de presentador de circo, de cabaret y de televisión, con movimientos y palabra rápidos, generando, desde el primer momento, un ritmo vertiginoso, sin el cual esta obra perdería sentido y significado).
P. ¡Qué bien! ¡y cuanto de bien! ¡y qué requetebien!. Bendito sea el destino que nos permite encontrarnos todos ¡untos en estos graves y terribles momentos de la gran crisis universal, en esta gran madre de todas las crisis, en esta gran madre de todas las dudas y de todas las inseguridades, en este comienzo deslizante, grasiento y polvoriento con el que se anuncia ¡al fin! el fin de la historia. Y bendito sea, asimismo, el destino que en un rapto de generosidad, en un revuelo de gracia y de misterio, en un hervor de necesidades y deseos, nos ofrece lo oportunidad de recibir en nuestros corazones, debidamente maniatada y vencida, a la gran solución, a la solución única, a la solución absoluta, y dicho sea con todo respeto y con sumo cuidado histórico, a la solución final. Les voy a explicar el cómo, el cuándo y el porqué.
Es para mí un orgullo y asimismo un placer y desde luego un privilegio, tener la oportunidad de anunciarles que, en el día de hoy, se inician con carácter de estreno para todo el mundo las sesiones de teatro participativo integral, T.P.I., modalidad de representación dramática en la que es el público y sólo el público quien decide por el sistema de democracia, en parte directa y en parte representativa, lo que debe suceder y lo que no debe suceder. En esta noche, que yo intuyo que va a ser única, pródiga y mágica, son Vds. los que escriben, ensayan y representan su propia obra de teatro. Son Vds. los que triunfan o los que fracasan. Son Vds. los que sufren o los que gozan, según su voluntad, y son Vds., finalmente, los que se viven o los que se desviven. ¡Bendita libertad! ¡Bendita liberación de imposiciones e imaginaciones ajenas! ¡Se acabaron para siempre aquellas obras de teatro rígidas, pretenciosas, subliminales, crueles, ofensivas, inútiles, necias y sobre todo inexorables e inevitables. Ha llegado el gran momento de la creación colectiva, de la improvisación solidaria, de la afirmación de la soberanía pública. Reciban Vds. mi más sincera enhorabuena y mi más sincero aplauso. (Aplaude con exquisita vehemencia controlada.) Y ahora, mis queridos amigos, empecemos sin tardanza a diseñar la función de esta noche. Permítanme, por de pronto, que les haga mi presentación. Yo simbolizo la unión de todas sus conciencias y sensibilidades. Yo represento el zumo sin azúcar ni colorantes, de todos sus cerebros exprimidos, el ectoplasma de sus muchas vanidades, el resumen de...