Manuel Pérez Mateos

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Rector de la Univeridad de Burgos. Presidente de la Comisión Sectorial CRUE Sostenibilidad.

Universidades sostenibles, las buenas prácticas

UNIVERSIDAD 2022 / En 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la resolución 70.1 para transformar nuestro mundo a través de la Agenda 2030. Se trata, afirma el autor, de la mejor guía para conducir las economías del planeta en la lucha contra la pobreza, el desarrollo social y la preservación del medioambiente. En ese contexto, la universidad juega un decisivo rol a través de la responsabilidad social, dada su función de generación y transferencia del conocimiento y como puente con la empresa y la sociedad.

Oblómov, diagnostico de una patologia estamental

Fue Dostoievski quien acuñó la expresión «literatura de terratenientes» para referirse a un fenómeno de creación específicamente ruso. Se trataba de una familia de héroes surgidos de la imaginación de Pushkin y desarrollados luego por Lérmontov, Gógol, Turguénev y Tolstói, entre otros. Sus personajes no eran quimeras; no obstante su idealidad, los héroes de la primera hora literaria rusa encarnaban rasgos característicos de la clase de la aristocracia. Era la misma nobleza que había auxiliado al Zar en la administración del Imperio, que poseía tierras y siervos, que se había educado en Europa y que permanecía fundamentalmente ociosa: cazaba o escribía relatos. A la altura de 1866, cuando Dostoyevski se disponía a publicar Crimen y castigo, era imperioso que la literatura se abriese a preocupaciones vitales de otras clases, acaso todavía emergentes, pero de las que dependía críticamente el futuro del país euroasiático. Raskólnikov era estudiante, su hermana daba clases privadas y el íntimo amigo de los dos soñaba con editar una revista. Sonia era la hija de un funcionario de ínfima categoría y representaba a la clase popular tanto como aquel inocente gogoliano que adquirió un gabán y enloqueció. La literatura tenía que abordar también la mente y las aspiraciones políticas de un nuevo tipo de individuo, nacido en Europa pero criado en Rusia: el socialista. Y llevar asimismo hasta el extremo las íntimas conexiones entre ociosidad terrateniente, depravación sexual y crueldad que, como extrañas virtudes, adornaban el carácter de terratenientes de viejo cuño, como lo era el padre de los Karamázov. Hito fundamental en esa historia novelada de la clase terrateniente del XIX ruso es la obra de Goncharov, Oblómov (1959), que Ágata Orzeszek comenta en este ensayo.