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Un panorama internacional negro (terrorismo, Brexit, huelgas en Francia, tipos de interés negativos…) mezclado con la venta de soluciones «fáciles» (léase imposibles) ante problemas complejos hace que hasta los pensadores como Benigno Pendás se puedan sentir «mareados». Pero hay esperanza, según expuso ayer en un encuentro en la sede de UNIR en Madrid.

La Fundación Ciudadanía y Valores (Funciva), en colaboración con Nueva Revista, dos iniciativas intelectuales ligadas a la Universidad Internacional de La Rioja, convocó a un grupo de jóvenes interesados en política para escuchar a una de las personas que mejor conoce la España actual.

El director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales echó mano de dos símiles para combatir espejismos y la tentación de querer ponerlo todo patas arriba: el de cierta fatiga de materiales en las instituciones y, en este año cervantino, el del bálsamo de Fierabrás.

La fatiga de materiales se arregla con el diagnóstico adecuado y los recambios necesarios, normalmente precisas intervenciones quirúrgicas, no tirando un edificio que ha costado siglos en construir y que alberga grandes bellezas y siempre muchas posibilidades. El bálsamo de Fierabrás no solo no soluciona nada, sino que estuvo a punto de costarle la vida a don Quijote y a Sancho.

Pendás, por lo tanto, opta por la acción prudente. Un reforma constitucional muy medida, una revitalización de la vida parlamentaria (aunque defiende que la democracia representativa es mejor que la directa), un impulso de la división de poderes («aunque funciona ya más de lo que parece»), una opinión pública real («los periódicos están en extinción»), la defensa de la interacción de los «grupos de intereses» («la política siempre ha sido eso»), la advertencia de la necesidad de crear riqueza antes de prometer «derechos» («de qué sirve decir que hay derecho a la vivienda digna si no se pueden proporcionar viviendas dignas»), los mejores al mando (para lo cual hay que retribuir adecuadamente), y las universidades como instituciones excelentes formando a profesionales excelentes.

El también académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas animó a todos a recordar grandes pensadores que han realizado tanto o más por el bien de la sociedad, también de las clases más desfavorecidas, que otros más coreados en determinados ambientes. Citó desde Aristóteles hasta Ludwig von Mises pasando por Friedich HayekKarl Popper y Ortega y Gasset.

Y terminó con una anécdota de Raymon Aron, gran experto en la Guerra Fría e ilustre comentarista francés.  Profetizó poco antes de morir (1983) que no ocurriría nada notable en la URSS en los próximos cincuenta años. En 1989 cayó el muro de Berlín. Meses después se disolvía la Unión Soviética. El ex ministro Alberto Ruiz-Gallardón, presidente de Funciva, añadió y con ello cerró la sesión: George Bernanos contaba que para hacer reír a Dios no hay más que contarle los propios planes personales.

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.