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Alejandro Tiana es tan consciente de los problemas de la educación en España como los más avezados. Pero su receta es optimista. Ayer, en una reunión con expertos en la sede de UNIR en Madrid, apeló a «recuperar la confianza en la escuela» como punto de partida para mejorarla. Con lamentos no se conseguiría nada.

Tiana, catedrático de Teoría e Historia de la Educación, rector de la UNED, ex secretario general de Educación en el Ministerio de Educación y Ciencia (2004-2008), disertó sobre Situación y retos de la educación en España, invitado por la Fundación Ciudadanía y Valores (Funciva).

Recordó que la educación en España, según los parámetros de la OCDE, está en la media, con lo cual los que afirman que «es un desastre» sencillamente se equivocan. Otra cosa es que sea mejorable, como todo, añadió. Citó a Julio Carabaña en estos términos: «Las escuelas españolas están a la altura de las escuelas de los países más desarrollados y cultos del mundo, quizás en términos de resultados educativos, muy probablemente en términos de procesos, muy seguramente en términos de resultados académicos».

El rector de la UNED repasó en qué han consistido esos logros, en algunos casos remontándose hasta la Ley Moyano (1857),  pero sobre todo a partir de la Ley General de Educación (1970). Concluyó: «Si bien es cierto que ya en el período tecnocrático del franquismo se dieron pasos hacia la modernización y apertura del sistema educativo, el despegue tendría lugar realmente a finales de los años 70 y durante los 80, cuando las condiciones políticas permitieron afrontar una nueva etapa.»

En siete puntos resumió los retos de la educación:

1) Reducir el fracaso escolar, por medio de una reforma de la titulación final de la ESO, por la mejora de la Formación Profesional, y evitando las repeticiones de curso, entre otras medidas.

2) Identificar los saberes necesarios para el futuro. Subrayó que estábamos aún con un currículo del siglo XX, un currículo además muy sobrecargado. «Parece claro que el canon formativo del siglo XX necesita ser revisado y redefinido, pero estamos todavía lejos de haber encontrado acuerdo acerca del cuál deba ser el nuevo».

3) Mejorar el rendimiento educativo. Los resultados españoles son ligeramente inferiores a la media de la OCDE pero manifiestamente superiores a la media internacional, y bastantes comunidades autónomas han obtenido en PISA unos resultados claramente por encima de la media de la OCDE, por lo que el asunto no era tanto de cambios de leyes, sino de buscar sendas de avance.

4) Aumentar la equidad. Antes estábamos bien aquí, pero ese indicador había ido empeorando en los últimos años. Había que darle una vuelta a las medidas de concesión de becas y a los mecanismos de gratuidad.

5) Mejorar el funcionamiento de las instituciones educativas. Es decir, el liderazgo pedagógico, la coordinación pedagógica y curricular entre los profesores y las etapas, la implicación familiar, altas expectativas del rendimiento del alumnado y refuerzo positivo de aprendizaje. Tiana es un claro enemigo de la jornada continua en las escuelas. «No se puede exigir máxima intensidad de estudio y rendimiento a chicos de 16 años desde las ocho de la mañana a las tres, casi sin descansos». Había que cambiar calendarios y horarios escolares.

6) Dar forma a la profesión docente. Con implicaciones como la formación inicial del profesorado, el desarrollo profesional continuo, la estabilidad, incentivos para mejorar el trabajo y evaluar el modo en que desarrollan la tarea.

7) Finalmente, lograr el consenso en materia de educación.

En el vídeo de arriba se puede seguir la sesión completa.

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.