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El pasado verano tuvo lugar en París el encuentro del Papa Juan Pablo II con los jóvenes de todo el mundo, para clausurar las Jomadas Mundiales de la Juventud. Fue un acto multitudinario con la asistencia de cerca de un millón de jóvenes -entre ellos, 100.000 españoles-, que se centró en una misa al aire libre en torno al Papa. La música tuvo una gran importancia en aquella ceremonia, cuyo responsable fue el director coreano Myung-Whun Chung, al frente de la Orquesta y Coro de la Academia de Santa Cecilia de Roma. El tenor Andrea Bocelli actuó como solista invitado.

En aquella ocasión pudieron escucharse obras religiosas de distintas épocas, desde el precioso Gloria de Vivaldi y el Aleluya de El Mesías de Händel, hasta el Sanctus del Requiem de Verdi y otras obras sinfónico-corales de Rossini y Liszt. Este mismo programa ha sido grabado en disco con el título de Un Himno para el Mundo, completándose con otras piezas de música sacra —entre ellas, Panis Angelicus de César Franck, Agnus Dei de Bizet, O Sacrum Convivium, de Oliver Messiaen o Exultate Jubilate, de Mozart, con la participación de Cecilia Bartoli-.

La acertada selección de las distintas partituras y su cuidada interpretación hacen atractivo este nuevo disco para un gran público y, muy especialmente, para aquellos que deseen conservar un buen recuerdo de aquel acto.

El disco se rubrica con la bendición papal, que sirve de colofón a un gran homenaje musical a Juan Pablo II «por su servicio a la Humanidad» y -según Myung Whun Chung- «a todos los compositores que han hecho de este mundo un lugar más bello y armonioso gracias a su servicio a la música».

Profesora de música y periodista