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Los dioses griegos no fueron nunca representantes de la Verdad, el Bien o la Caridad. Tenían instintos mezquinos, caprichosos y vengativos, más cercanos a las pasiones humanas que al concepto de un Ser Supremo portador de la Bondad absoluta como le considera en la mayor parte de las religiones monoteístas.

La pintura, a través de Tiziano y de Ribera, nos traen a la actualidad a través de sus terribles imágenes, a los grandes castigados en la cultura greco-latina. Son: Tántalo, Sísifo, Ticio e Ixion 

Tomaban partido por un mortal frente a otro, e incluso en las guerras apoyaban a las ciudades de su preferencia.  Así en la Guerra de Troya, Atenea apoyó a Ulises (Grecia), mientras que Venus protegió a Paris (Troya).

Sometían a sufrimientos perpetuos a aquellos que creían haberles perjudicado, o bien impartían justicia inapelable entre los que consideraban dignos de su castigo.

La pintura, a través de Tiziano y de Ribera, nos traen a la actualidad a través de sus terribles imágenes, a los grandes castigados en la cultura greco-latina. Son: Tántalo, Sísifo, Ticio e Ixion.

Haciendo una traslación en el tiempo, podríamos traer a la actualidad con un poco de imaginación y valentía, estos grandes castigos y verlos reflejados en nuestro presente, para que nuestra temeridad de hoy, no siga despreciando aquel temor de entonces hacia esos dioses que ya desgraciadamente habían perdido el respeto de los humanos….

Veremos por tanto el paralelismo entre esas cuatro expiaciones y el Volcán, ese extraño fuego del Averno, que fustiga día a día a nuestra Isla Bonita de la Palma.

Tántalo  

Tántalo. (Desaparecido el original; este es copia de Ribera, El Españoleto). Museo del Prado

Hijo de Júpiter y de una ninfa, no tenía carácter divino, careciendo por tanto del más bien preciado de los dioses, la inmortalidad.

Raptó a Ganímedes y se decía que había revelado el secreto del Olimpo, es decir, el misterio de su culto…Fue atado a un árbol en un paraje idílico, lleno de frutales, por el que corría un río transparente… Sin embargo él no conseguía llegar al agua fresca que fluía a sus pies,  ni a los frutos elevados del árbol inalcanzable. Su suplicio consistía en consecuencia en sufrir hambre y sed por toda la eternidad…

 Los habitantes de la Palma, cuyas casas han sido devoradas por la lava del volcán han perdido el alimento de sus recuerdos, el bienestar de sus vidas y la esperanza de su recuperación. Atados como Tántalo en su impotencia, no pueden recuperar su lugar de confort, ni el alivio de su ilusión porque han perdido su historia y, hallándose atrapados, no pueden acceder a ella….

¿No existe un enorme paralelismo con el suplicio de Tántalo?… ¡Yo creo que sí!…

Sísifo

Sísifo. Tiziano. Museo del Prado.

Su orgullo le hizo compararse con los dioses y estos le situaron en el Infierno, obligándole a subir una gran roca a sus espaldas hasta la cúspide de la montaña y, una vez allí, hacerla rodar, para empezar el ascenso nuevamente, y así durante toda la eternidad…

Los habitantes de las casas que todavía no han sido devoradas por el monstruo del volcán se afanan en recoger día a día, hora a hora, las cenizas que cubren sus hogares inútilmente, repetitivamente, eternamente…. en un acabar para volver a empezar, terrible y angustioso…

¿No se ven representados en Sísifo con su cansancio inútil e interminable?…

Ticio

Ticio, por El Españoleto © Museo del Prado.

Era hijo de la Tierra, e intentó violar a una diosa. Fue muerto a flechazos por Apolo y Diana y enviado al Tártaro el más profundo y terrible de los Infiernos. Allí, un buitre le devoraba el hígado y las entrañas que renacían eternamente.

La desolación, la carencia de futuro , la angustia y el pesimismo de los que han perdido todo, en la loca carrera de la colada sobre sus casas, ¿no es lo mismo que verse devorado por dentro por ese buitre de amargura y de naufragio?

Ixion

Ribera (El Españoleto). Museo del Prado.

Odiado por todos, gozó del apoyo de Júpiter que le sentó a su mesa. Pero Ixion tuvo la osadía de intentar conquistar a Juno esposa del dios a quien ella, ofendida, fue a quejarse.

Zeus – Júpiter le envolvió en una nube fantasmal, semejante a Juno y de esta extraña unión nacieron los centauros, mitad hombres, mitad caballos, que llenaron las historias mitológicas.

Pero después Ixion fue lanzado al Tártaro y allí, atado a una rueda rodeada de serpientes que no cesaba nunca de girar…

La rueda son los ríos de lava que atan las tierras de la Palma. En la oscuridad de la noche, brillan como lenguas de fuego que abrazan la isla aterrorizando a sus habitantes

La rueda son los ríos de lava que atan las tierras de la Palma. En la oscuridad de la noche, brillan como lenguas de fuego que abrazan la isla aterrorizando a sus habitantes. Su carrera es imprevisible y su duración desconocida y atemporal.

Las furias de los dioses han venido a visitarnos, ministros de su venganza, nos persiguen por toda la eternidad… Con su látigo vengador nos recuerdan nuestras torpezas y nos castigan sin piedad…

EL ENCUENTRO ÚLTIMO CON LA BELLEZA

¿Qué más signos necesitamos? Primero la Pandemia, luego Filomena, ahora el Volcán. ¿Para cuándo el temible Apagón del que tanto se habla?…

A tiempo estamos de paralizar estas simbologías, de encontrar un final basado en la tolerancia y el amor.

Será el encuentro último con la Belleza que no muere porque está en el corazón de los grandes, que llegaron a encontrar la Verdad inmortal como premio a su propia limitación temporal…

Escritora y crítico de arte.