Tiempo de lectura: 3 min.

Tras el retrato del Antonio Fontán político (ensayo de Arturo Moreno) y humanista (obra de Agustín López Kindler), llegó ayer el turno de la presentación de su faceta periodística. Antonio Fontán, un liberal en la Transición. Periodismo, latín y todo lo demás es el tercer libro sobre el que fue el primer presidente del Senado de la democracia. Se sobreentiende: el tercer libro desde que falleció, en 2010. Su autor: Miguel Ángel Gozalo.

Cuando anoche José Vicente de Juan, presidente de la Fundación Madrid, empezaba a glosar la biografía de Gozalo sobre Fontán y a calificarla de “excelente trabajo”, “original”, “personal”, “extraordinariamente bien escrito”, “que invita a leer”, la preciosa sala de columnas del venerable edificio modernista de la calle Larra, 14 (Madrid), con su bóveda acristalada modernista, donde se celebraba el acto, estaba llena a rebosar.

Miguel Ángel Gozalo destacó el papel fundamental de Fontán en la Transición, y lo citó con estas palabras: “Nos pusimos de acuerdo para no pelearnos”. La conclusión de las agradecidas palabras de Gozalo fue: ahora que hay tantas “embestidas” contra la Transición, “si Fontán volviera me integraría en su cuadrilla, como banderillero, por supuesto”.

José María Vázquez García-Peñuela, rector de UNIR, se centró en la importancia de la historia del diario Madrid, el rotativo que dirigió Fontán, para la historia de España. Victoria Prego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, sostuvo que en Antonio Fontán, un liberal en la Transición, “Gozalo acompaña a Fontán sin avasallar”. El relato era un ejercicio de “precisión y de gracia”.  “La presencia discreta de Gozalo” está salpicada con “sus golpes de ingenio”. Prego recordó un reciente programa de televisión sobre el 23-F y lamentó que los jóvenes, jóvenes de 17 años, no supieran nada ni de la Transición ni del 23-F, “por nuestra culpa”. Prego subrayó: el libro de Gozalo es “ameno, ágil, divertidísimo, solvente, serio, ejemplo de lo que debería ser una biografía para conocer un tiempo y un hombre”.

Miguel Ángel Aguilar intervino en quinto lugar e improvisó un discurso chispeante. Lo primero notable de la presentación en la que nos encontrábamos era que “los ponentes se han leído el libro”, cosa rara en unos actos en los que los que discursean normalmente no han visto “ni la solapa del tomo que presentan”. Aguilar defendió el papel de la prensa escrita frente a las prisas de “los que se quedan hipnotizados frente a las pantallas y no se enteran de nada”. El periódico de papel seguía siendo la “agencia calificadora de la realidad”. Es lo que se hacía en el Madrid cuando lo dirigió Fontán. Con una salvedad, por la censura y las faltas de libertades en la época de Franco, en el diario Madrid había que emplear el “antiperiodismo”: las noticias importantes en página par, en cuerpo de letra pequeño y ofreciéndolas a la competencia para que la censura no se fijara demasiado en un medio determinado. Aguilar arrancó las carcajadas del público al relatar cómo un redactor ex combatiente del Madrid (Julio Urrutia) estuvo a punto de que el régimen cerrara el periódico por un artículo en el que escribía sobre la ganadería Carreros, por los equívocos con el almirante Carrero.

Manuel Pimentel, ex ministro de Aznar y ahora propietario y editor de la editorial Almuzara, elogió la unidad de vida de Fontán, es decir, su coherencia, el mostrarse y ser fiel a sus principios humanos y cristianos durante toda su trayectoria vital.

El epílogo lo puso Soledad Becerril, la Defensora del Pueblo, que dijo no entender “eso de la nueva transición”. A Fontán lo describió como “mucho más que un catedrático de Latín, y entonces, no sé ahora, ser catedrático de Latín era mucho”; un “demócrata antes de la democracia” y “un monárquico antes de la monarquía”.

Todos dieron las gracias a UNIR por ser la impulsora de este libro, y por seguir publicando lo que fue el último empeño periodístico de Fontán: Nueva Revista.

En la imagen, Miguel Ángel Gozalo dirigiéndose al público; a su izquierda: José Vicente de Juan, José María Vázquez García-Peñuela, Soledad Becerril, Victoria Prego y Miguel Ángel Aguilar
Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.