Pilar de Cecilia Fernández

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Literatura light

En una fecha no precisada del mes de julio de 1956, Stevens, el formidable mayordomo de Darlington Hall, en Oxfordshire, emprende un viaje hacia el Oeste de Inglaterra, en dirección a Cornualles. Según él mismo explica, su patrón, un rico norteamericano que compró la mansión, a la muerte de su anterior propietario, servicio incluido, le ha concedido unas breves vacaciones, permitiéndole usar su coche y pagando también la gasolina. Stevens, nada habituado al turismo, decide aprovechar la ocasión para tratar de localizar a la antigua ama de llaves de Darlington Hall y proponerle que regrese a su antiguo empleo si, como parece, su matrimonio ha entrado en quiebra. Tras estas explicaciones iniciales, la obra se desarrolla siguiendo el transcurso del viaje del protagonista, quien, en los seis días que dura su recorrido, evoca los largos años, unos treinta, que dedicó a servir a su antiguo señor. Era éste un tipo aristócrata a la vieja usanza que gustaba de implicarse en la política exterior de su país, hasta acabar acusado de colaboración con Hitler, por haber defendido con entusiasmo el entendimiento angloalemán en los conflictivos años del auge nacionalsocialista. La historia del mayordomo como elemento reflejo de la mansión donde servía y del carácter de su señor configura esta

La novela de un economista

Durante muchos años, las teorías económicas de John Kenneth Galbraith, favorables a la intervención del Estado en la economía privada, siguiendo la estela del británico John Maynard Keynes, disfrutaron de gran popularidad en lodo el mundo, y no sólo entre los expertos en la materia, ya que fueron aceptadas por amplios sectores de las sociedades occidentales. Pero la economía intervencionista, en mayor o menor grado, según los países y circunstancias, trajo consecuencias muy negativas para garantizar el crecimiento económico exigido por las naciones más desarrolladas. A John K. Galbraith le sustituyeron nuevas figuras de economistas liberales, defensores de la economía privada y partidarios de reducir la intervención del Estado al mínimo indispensable. Naturalmente, Galbraith — que pasa ya de los ochenta años— no ha renunciado a sus ideas anteriores y se muestra contrario al liberalismo económico representado por los espectaculares logros de la política implantada por el ex-presidente Ronald Reagan. Galbraith ha buscado en esta ocasión la sátira irónica en un relato novelado en el que el fondo puramente económico priva sobre cualquier otra pretensión literaria, aunque justo es reconocer que el veterano profesor utiliza con dignidad los recursos lingüísticos propios de una persona que, a lo largo de su vida, ha escrito gran número de estudios, ensayos y artículos en revistas especializadas. Nos cuenta el autor los brillantes resultados obtenidos por un profesor de la Universidad de Harvard, que decide simultanear la actividad docente con su participación en el negocio bursátil, aplicando un sistema de su invención, que practica auxiliado por un ordenador capaz de relacionar los datos que le suministra. La clave fundamental del método es canalizar la actividad bursátil en el sentido contrario a las tendencias a la baja o alza, con lo cual el inteligente profesor consigue amasar una considerable fortuna. Logra John K. Galbraith describir con detalle el complejo funcionamiento de) sistema de Bolsa americano, señalando los fallos desde unos planteamientos contrarios a la economía capitalista entendida en sentido liberal. El protagonista demuestra el comportamiento irracional de las operaciones bursátiles, al mismo tiempo que se burla de los «expertos» y apunta críticas a las instituciones y leyes encargadas de regular su funcionamiento. El estilo empleado por el autor y lo complicado de una trama que sólo captarán los entendidos convierte su novela en un episodio reservado para un público de élite, capaz de comprender las sutilezas intelectuales de Galbraith y los mecanismos que mueven los mercados de valores bursátiles. El propósito irónico del autor se cumple a través de este relato, en el que desarrolla una tesis propia de cualquiera de sus ensayos, recubierta del lenguaje literario, que le da una mayor facilidad de difusión entre los aficionados al género novelístico. Da la impresión de que Galbraith se ha divertido escribiendo su obra, dejando en ella constancia de cierto sentido del humor capaz de suavizar el pesimismo predominante en otros estudios de teoría económica publicados con anterioridad.

Puerto de los aromas

El enclave británico de Hong- Kong se convierte en el marco ambiental donde transcurre la acción de este magistral relato que abarca la historia de la ex colonia desde mediados de los años treinta, hasta finales de los noventa, en el pasado siglo XX.

Reunión de bachilleres

En el transcurso de una cena de antiguos compañeros de colegio, surgen, entre broma y veras, recuerdos de una época juvenil teñida por luces y sombras.