María José Fontán

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Profesora de música y periodista

Algunas propuestas para un verano Mozart

Al conmemorarse el bicentenario de la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). las empresas discográficas han volcado todos sus esfuerzos en ofrecer los más atractivos productos en torno a la obra del compositor salzburgués: desde extensas colecciones que abarcan la totalidad o gran parte de su obra, hasta discos antológicos con piezas conocidas y populares, pasando por discos de versiones históricas o con artistas célebres. Este Año Mozart ha servido en bandeja la oportunidad de hacer sonar su música a los cuatro vientos y también la difícil tarea de crear nuevo público aficionado, Si la música de Mozart goza ya de cierta popularidad, habrá que ver al final del año 91 de qué manera ha contribuido a un mejor conocimiento de su música, o si, por el contrario, no ha servido para nada. Lo que hace de Mozart uno de los compositores predilectos por todos los públicos es la enorme comunicatividad de su música; es la más fácil de amar y de escuchar, y su obra abarca una extensa gama de géneros, en la mayoría de los cuales Mozart fue un verdadero maestro. Ningún otro compositor puede presentar nada parecido a esa enorme extensión y perfección. Mozanmanía es un doble compacto que recoge grandes éxitos de Mozart, y viene a ser como una tarjeta de presentación de ta Edición Mozart completa, la más ambiciosa y amplia realización, que contiene la totalidad de la obra mozarliana. obras auténticas y atribuidas, y algunos fragmentos inéditos que han sido reconstruidos y completados para poder incluirlos, en 181 discos repartidos en 45 volúmenes que van a ir editándose a lo largo del año. Un gran nivel de interpretación preside este proyecto, con artistas cuyas versiones de Mozart gozan de la mayor consideración. Otro doble compacto dirigido también al gran público que recoge. siempre en movimientos completos, aquella música más conocida y de mayor popularidad. Al ser fragmentos muy escogidos, los intérpretes también lo son. Se alternan piezas para piano sólo con movimientos de sinfonías, conciertos, oberturas y arias de ópera. Melvyn Tan, nacido en Singapur. se formó musicalmente en Inglaterra, en la escuela Yehudi Menuhin, estudiando piano y clave. Su interés por la música para teclado de los siglos XVII y XVIII le llevó a especializarse en este repertorio y de forma exclusiva en el clave y el pianoforte o fortepiano. Es en este instrumento, conocido también como piano de macillos, antecesor del actual piano, en el que Melvyn Tan interpreta la música de Mozart, es decir, un instrumento similar a los que el compositor conoció. Es sabido que el piano actual, con su sonido más poderoso y envolvente, es capaz de arropar mejor la ejecución de una pieza difícil, mientras que el sonido del pianoforte es más tenue y más desnudo. Ello le añade una especial belleza a la música de Mozart, al tiempo que una mayor dificultad técnica, muy bien salvada por este artista, que controla y domina a la perfección el teclado. En este sentido, resultan muy interesantes las dos Fantasías en Do menor K....

Cuartetos para cuerda

y el control de la calidad de servicios, consiste, precisamente, en el examen de la evolución de la tecnoCuartetos para cuerda Op.59 logía disponible en cada sector, para Rasoumovsky de Beethoven poder distinguir los aspectos en los Intérpretes: Guarnen Quartet que se puedan dar monopolios natuPHILIPS. 432 980. DDD rales que hagan necesaria la regulación administrativa, de aquellos otros en los que es posible la competencia. La existencia en el Reino l Cuarteto Guarneri es en la Unido de agencias especiales indeactualidad uno de los más pendientes para cada servicio privaEveteranos en su género. Fue tizado, dotadas de poderes no siemfundado en 1964 durante el Festipre coincidentes, ha dado lugar a exval de Marlboro, y tres de sus periencias muy distintas cuya contramiembros, John Dalloy, Michael posición resulta de indudable interés. Tree y David Soyer poseían ya exLos amplios poderes de las agencias periencia en este campo, pues proreguladoras hace que uno de los tecedían de distintos cuartetos amerimas de mayor interés sea, precisacanos, mientras que Arnold Steinmente, el relativo al control de sus hardt, el primer violín, era concerdecisiones, sus relaciones con las tino de la Orquesta de Cleveland. empresas objeto de su supervisión, y Desde entonces ha cosechado granla búsqueda de transparencia en los des éxitos, en ocasiones junto al procesos de toma de decisiones. célebre Arthur Rubinstein en la interpretación de Quintetos, de los Cuando en España se está inique existen memorables grabaciociando un proceso de privatización nes. de empresas públicas, del que habría Tocar la integral de cuartetos que esperar mejoras en la calidad de de Beethoven es un gran reto y una los servicios, reducción de precios y apasionante empresa musical. Al aumento de las posibilidades de abordar la obra completa, con un elección por los consumidores, de conocimiento profundo de las disuna manera asistemática, sin un detintas partituras, la interpretación bate suficiente sobre los objetivos úlconsigue ahondar en el proceso timos a alcanzar, resulta de gran inevolutivo de Beethoven, en el lenterés este trabajo que presenta los guaje cada vez más complejo con problemas y la experiencia acumulaque el compositor elaboró sus da en el Reino Unido. • Baudilio cuartetos para cuerda. Tomé. La escritura para cuatro instruasistimos a lo largo de los tres mentos de cuerda ha sido consideCuartetos Op. 59 a una mayor rada en el período clásico como la compenetración entre los distintos forma musical más pura, por tratarmovimientos, a modo de transiciose de las cuatro voces del contranes psicológicas. Pero, además, en punto tradicional, expuestas por lugar de melodías determinadas los instrumentos de similar timbre, con temas son más bien configuraciototal independencia unos de otros e nes temáticas, esbozos rítmicos o igual responsabilidad. La ausencia relaciones armónicas. La estructura de alusiones verbales o extramusiformal se diluye: algunas reexposicales favorece la abstracción en la ciones son algo ambiguas, hay larforma, la rigurosa distribución de gas introducciones y amplias cocaracteres y temas y una elaboradas, manifestaciones de esa rebelción proporcionada y meticulosa día con el molde clásico, que posidel material sonoro....

Una delicia vienesa

Cuando Johann Strauss decidió abordar el género de la opereta ya había sido coronado popularmente como "el rey del vals" y su música se escuchaba y se bailaba en todos los salones vieneses. Aconsejado por Jacques Offenbach, brillante triunfador en este campo, se dispuso a seguir sus pasos. Pero Strauss no era hombre de gran intuición teatral, a juzgar por su indiscriminada elección de los libretos. Tras dos intentos poco afortunados, compuso en 1874 su mejor obra escénica: El Murciélago. Y acertó plenamente, no sólo por el libreto sino por su elaboración y composición. Un vals magistral encabeza toda una serie de vibrantes números musicales llenos de inventiva melódica. Los tres actos se suceden con gran movimiento escénico, como suele ocurrir en las operetas, enriquecido aquí con bellas melodías muy bien elaboradas y un aire de gran espontaneidad. Johann Strauss era un compositor que conocía bien su oficio y cuya superficialidad tanto de su música como de su vida contribuía a acrecentar su fama. Lejos de un tratamiento superficial, consigue dotar a sus personajes de El Murciélago de personalidad musical propia. Esto es, los números musicales no podrían ser intercambiables, pues definen el carácter psicológico de los actores. Este es un aspecto que destaca especialmente en la obra de Strauss que nunca se caracterizó por su profundidad analítica. Aunque su estreno en Viena (en el Theater art der Wien) fue recibido con frialdad y tuvo que ser retirada a los pocos días, hoy en día ha conseguido plena aceptación incluso entre los más ortodoxos aficionados a la gran Opera. Sobre todo después de que grandes voces de la lírica e importantes directores hayan incluido esta obra en su repertorio. La magnífica grabación que nos ocupa, fue realizada en 1971 por Karl Böhm, uno de los mejores directores sinfónicos y operísticos de nuestro siglo y ante todo un sublime intérprete mozartiano. También los solistas como Gundula Janowitz, Wolfgang Windgassen, Waldemar Kmentt y Erich Kunz han sido grandes voces de óperas mozartianas. Y es que, salvando las distancias, El Murciélago podría ser comparada a las Bodas de Figaro de Mozart, por el desarrollo de la trama, la ingeniosidad y riqueza melódica y por la ágil sucesión de números musicales llenos de gracia y encanto. Resulta muy entretenida su audición y más tratándose de una selección suficientemente amplia que suprime los momentos hablados o recitados. Una delicia.

Beethoven y Weber

La obra de Beethoven que mayor popularidad alcanzó en vida de su autor, el Septimino, nunca fue considerada muy en serio por él. Ya desde su estreno en 1800 tuvo una acogida tan calurosa que eclipsó el interés muy superior de otras obras como la Primera Sinfonía que se dio a conocer en aquella misma ocasión. Su fama continuó aumentando tras la publicación y se convirtió pronto en la partitura más celebrada de Beethoven, pero mientras el interés del público aumentaba, disminuía el del compositor. Convertido en el autor del Septimino, según contaba su alumno Karl Czerny, cualquier mención a esa obra le enfurecía y podía soportar aún menos su audición. Para Beethoven era una obra muy tradicional y poco innovadora y no poseía tanto valor artístico como algunos Cuartetos, Sonatas o Conciertos de piano de mayor profundidad y hondura musical. Pero el público no era capaz de entenderlas, mientras que el Septimino, tan ligero, alegre y tan clásico en su forma, resultaba con sus preciosas melodías sencillamente encantador. Diez años separan la composición del Septimino de Beethoven del Quinteto para clarinete Op. 34 de Cari María von Weber, que está concebido para un grupo similar de cuerda y viento. Mientras la obra beethoveniana pertenece a la tradición de la Serenata clásica en varios movimientos, la de Weber ya se enmarca en la estética del romanticismo, con el clarinete en la voz solista y un grupo de cuerda que se limita al papel de acompañante. El Quinteto de Weber fue escrito para su amigo Heinrich Bármann, un virtuoso clarinetista que fue el destinatario de otras obras de Weber. La partitura manifiesta claramente que la intención del compositor era poner de relieve las grandes dotes de su amigo Bärmann como solista, más que componer una obra de estilo concertante en la tradición del Quinteto para clarinete de Mozart. Pero tampoco es una obra de circunstancias escrita a toda prisa, a juzgar por los cuatro años que tardó en componerla. Algo apresurado en el último momento, pues al día siguiente de terminar el Rondó, se estrenó en la Corte de Viena, por cierto, con éxito. Dos deliciosas obras se reúnen en este disco, similares en su instrumentación y proporciones, pero bien distintas en su estilo. A la jovialidad y ligereza del estilo concertante del Septimino, tan agradable de escuchar, se opone el Quinteto de Weber con su aliento romántico y resonancias casi operísticas en las melodías cantabile encomendadas al clarinete. The Academy of Ancient Music con instrumentos de la época, recrea con fidelidad estas preciosas partituras consiguiendo un disco delicioso para el amante de la música de cámara.

Virtuosismo

Se ha dicho que el entonces joven clavecinista Johann Gottlieb Goldberg era discípulo de Bach y a él iba destinada su obra. Pero también Forkel, el autor de una biografía de Bach escrita en 1802, explicaba el origen de las Variaciones de forma más pintoresca. Según él, el Conde Kayserling había encargado una obra de clavecín para que el joven Goldberg, a la sazón a su servicio, la tocara durante sus largas noches de insomnio. Esta biografía que fue publicada más de cincuenta años después de la muerte de Bach, se nutría de las informaciones que le facilitaron los dos hijos mayores del músico, pero, según se ha podido investigar después, muchas de las informaciones son inexactas. El título original de la primera edición de esta obra, publicada en 1742, es Ejercicio de teclado (Klavierübung) compuesto por un aria con diferentes variaciones para el clavecín de dos teclados. Compuesto para los aficionados a la música y para la recreación de su espíritu, y no hace ninguna mención al nombre de Goldberg. De haber recibido el encargo con una intención tan personal, J.S.Bach habría consignado en el título al menos el nombre del Conde, cosa que no sucede. Quizá ocurriera al revés, una vez publicada la obra, el Conde recibiera la partitura y se la hiciera tocar a su clavecinista. Anécdotas aparte, lo cierto es que el nombre de Goldberg está ya indisolublemente unido a la partitura. Es una obra magnífica en todos los sentidos, esto es, en sus proporciones formales y en la esencia musical. N o se trata de unas variaciones en el sentido clásico, pues el tema no es el aria introductoria, sino su base armónica, que permanece inalterada, tan sólo eventualmente metamorfoseada, y sirve de fundamento a los treinta klavieriibungen (ejercicios de teclado). Estos ejercicios vienen a ser un muestrario desarrollado de los diferentes estilos y figuraciones, arpegios, escalas, adornos, etc. del discurso clavecinístico. Autor: Juan Sebastián Bach Obra: Variaciones Goldberg Intérprete: Pierre Hantaí, clavecín Opus 111. OPS 30-84. DDD. De un gran virtuosismo, representa un compendio práctico de la música para teclado tal como la concebía Bach y según las reglas más estrictas del contrapunto. Pero al mismo tiempo una de esas obras que, como el Arte de la Fuga, la Ofrenda musical o el Clave bien Temperado, se inscriben en el camino de la exploración musical, en el terreno de la música especulativa, en contraposición a la música más funcional que debía componer Bach para la Iglesia de Santo Tomás en Leipzig. De gran dificultad técnica y musical, es obra temida y admirada por los intérpretes. El clavecinista francés Pierre Hantaí, alumno de Gustav Leonhardt, ha conseguido diversos premios internacionales con algunas de sus grabaciones anteriores de obras de Scarlatti y virginalistas ingleses. Esta estupenda grabación de las Variaciones Goldberg ha llegado a España con todos los beneplácitos de la crítica francesa, y ha sido seleccionada por varias revistas especializadas en el disco clásico del país vecino. Es un disco precioso que vale la pena escuchar de la...

Anthems de Purcell

La Música para el Funeral de la Reina María (1695) es la menos divulgad a de las obras que Purcell dedicó a su reina. La pompos a marcha fúnebre inicial, que vuelve a sonar tres números más tarde, marca el carácter de la obra. Los Anthems o himnos que se suceden son muy característicos del quehacer compositivo de Purcell. Como cantor y organista de la Capilla Real y en la Abadía de Westminster, compuso a lo largo de su vida más de sesenta anthems para estas instituciones: full-anthems polifónicos para coro con acompañamiento de órgan, verse-anthems con partes corales y voces solistas par a las estrofas, y anthems orquestales, con un conjunto instrumental, mayores proporciones y efectos dramáticos. Algunos de los anthems de esta obra, datan de varios años antes y los aprovechó para la ocasión. Y aunque el tono de los textos es fúnebre, Purcell los trató de una manera muy imaginativa introduciendo numerosos efectos madrigalescos. Los que compuso expresamente para esta obra denota n el apenado estado de ánimo del músico. Purcell era el compositor predilecto de la joven reina María II Estuardo, y para ella había escrito con anterioridad numerosas obras festivas. Cada año le ofrecí a una Oda para celebrar su cumpleaños, siendo la de 1694 la más célebre de las seis. Así en la música que debía honrar la memoria de la reina, Purcell quiso manifestar su dolor, con páginas como la Marcha fúnebre, la Canzona, un adagio instrumental de carácter ciertamente elegiaco, y el coro Thou knowest Lord the secrets of our heart, que son intensamente breves y de gran simplicidad. No imaginaba el músico que estas misma s tres piezas serían ejecutada s de nuevo ocho meses más tarde durante las exequias del propio compositor. La gran aportación de Purcell a la música vocal inglesa fue resolver los problema s de adecuación del ritmo de la lengua inglesa al de la música. Purcell tuvo un firme instinto en la utilización de la voz y supo crea r un arte sutil para vestir la lengua inglesa con bella s melodías que disimularan su dureza rítmica. Muy centrada en el carácter y estilo, esta versión realizada por intérpretes ingleses en su totalidad, asegura algo muy importante en la ejecución de música vocal: una perfecta dicción. Es un gran trabajo de conjunto, muy homogéneo y rico en matices. Resulta interesante por las escasas grabaciones disponibles en el mercado de esta obra.

Payasos

Leoncavallo es de los pocos autores que ocupa un lugar importante en la historia de la música por una sola obra: su ópera Pagliacci (Payasos). El resto de su producción fracasó al poco tiempo de darse a conocer. La obra, de fuerte tensión dramática representa una de las más destacadas obras del verismo italiano, es decir de la corriente realista que caracterizó la ópera y la literatura europea de finales de siglo. Escrita con libreto del propio Leoncavallo, fue estrenada por Toscanini en el Teatro de Verme de Milán el 21 de mayo de 1892. Su éxito fue inmediato. Y es que Leoncavallo acertó plenamente al introducir payasos en la ópera, en un momento en que los circos ambulantes estaban de moda y aunque no era una idea nueva, al presentar el teatro dentro del teatro, con los personajes de la Commedia dell'Arte que estaban igualmente muy en boga. Según se cuenta, el argumento está inspirado en un hecho real: siendo niño el compositor, un empleado doméstico de los Leoncavallo había mantenido relaciones amorosas con la mujer del payaso de una compañía ambulante, hasta que éste mató a puñaladas a su joven esposa. Y con este tema, compuso una pieza teatral perfecta. La música alejada de toda sofisticación posee una gran fuerza, con bellísimas melodías que conmueven por su fondo trágico y su expresividad. En esta reciente grabación de la obra maestra de Leoncavallo destaca especialmente Riccardo Muti que logra una espléndida versión de conjunto. A Pavarotti le cuadra muy bien el personaje de Canio y canta con soltura el famoso recitativo-aria Vesti la giubba, que suele incluir en sus recitales y siempre con éxito. El español Juan Pons hace un Tonio muy convincente. Daniela Dessi, cuya voz no nos gusta demasiado, tiene momentos muy logrados, como la escena de amor del primer acto. Los dos actos discurren con el mismo escenario y casi sin pausa entre ellos, lo que le da a la ópera una continuidad y una creciente tensión acentuada por la música en continuo cambio melódico y armónico. Este aspecto está muy cuidado en la versión que nos ocupa que crece en intensidad expresiva hasta llegar a la pelea final en que Canio da muerte a su mujer y su amante y la música alcanza un fortissimo y rememora la melodía del aria del payaso: ríe payaso por tu amor fracasado, ríe por el dolor que te envenena el corazón. Como rúbrica del drama, la voz de Tonio que anuncia irónicamente al público de ficción que la comedia ha terminado.

Musica ceremonial

La música jugaba un papel muy importante en las festividades litúrgicas de la Basílica de San Marcos de Venecia en los siglos XVI y XVII. Constituía un elemento fundamental para realzar los ritos y ceremonias religiosas del principal centro eclesiástico de la flamante República de Venecia. Las Vísperas de la Anunciación de la Santa Virgen se celebraban en Venecia con gran pompa y solemnidad, pues la tradición decía que la Serenísima República veneciana había sido fundada ese gran día de la Fiesta mariana. Esta era pues una de las ocasiones en que el Doge acudía a San Marcos a presenciar este solemne acto, en el que también se exponía el Pala d'oro, el célebre retablo de oro situado detrás del altar mayor. En la grabación que nos ocupa, Paul Me Creesh ha elaborado un programa para las Vísperas de la Anunciación que podría haberse celebrado el viernes 24 de marzo de 1643, último año de vida de Monteverdi, quien durante treinta años estuvo al servicio musical de este templo. Gran parte de las piezas musicales escogidas son de Monteverdi, y las demás se deben a sus colegas en la Basílica: Grandi, Marini, Rigatti y Cavalli, así como los fragmentos de canto llano pertenecen a los antiguos libros de coro de esta iglesia y algunos otros conservados en bibliotecas venecianas. Las Vísperas en San Marcos eran como una especie de Concierto espiritual, pues en el ceremonial aparecía incluso escrito que si los sacerdotes interrumpían la música serían amonestados y multados. Es decir, la música era la verdadera protagonista del acto. El trabajo musicológico e interpretativo es muy loable y se ha cuidado especialmente la sonoridad de la grabación de modo que sea lo más parecida a la que podría darse en el espacio acústico de la Basílica de San Marcos.

Claudio Arrau

La carrera pianística de Claudio Arrau (1903- 1991) ha sido de las más intensas y dilatadas de este siglo. A lo largo de 77 años de vida profesional, desde sus comienzos como niño prodigio y hasta casi sus últimos días, ha cautivado al público de todo el mundo por su extraordinaria musicalidad y pureza de estilo. Nacido en Chillán, Chile, pronto demostró su precoz talento dando su primer recital a los 5 años. Gracias a una beca del gobierno chileno, viajó dos años más tarde con su familia a Berlín, para estudiar con Martin Krause, uno de los pedagogos del piano de mayor prestigio de la época, que había sido alumno de Liszt. El aprendizaje con Krause hizo que Arrau se sintiera siempre como el depositario de la herencia pianística de Liszt, su larga estancia en Alemania durante aquellos años decisivos de la infancia y primera adolescencia, aunque nunca olvidó su origen chileno, le hizo sentirse más alemán, hasta el punto de confesar que se expresaba mejor hablando en alemán que en español. Pocos han podido contar con un maestro como lo fue Krause para Claudio Arrau. Su magisterio trascendía la mera relación profesor-alumno, pues durante su constante convivencia no sólo le enseñaba a tocar y perfeccionar la técnica pianística, sino que le llevaba a conciertos, a museos, paseaba con él, y hasta se preocupaba por su estado de salud. Una relación muy intensa pero muy breve, pues después de cinco años, murió Krause y se vio tan huérfano que pudo haber abandonado su carrera, de no ser por su talento musical innato que pujaba por salir adelante y la formidable síntesis doctrinal que había recibido de Krause. No quiso tener otros maestros y de forma autodidáctica aquel muchacho de tan sólo 12 años comenzó su andadura ante el público actuando junto a directores como Arthur Nikisch y Karl Muck y la Filarmónica de Berlín. Entre las grandes proezas del joven prodigio destaca el haber ganado el Premio Liszt dos años consecutivos con la edad de 16 y 17 años. En 1923, con veinte años comienza sus giras por todo el mundo actuando por primera vez en Estados Unidos. A partir de entonces comienza una actividad incesante de giras y actuaciones, ganando en 1927 el Concurso Internacional de Ginebra cuando formaban parte del jurado Alfred Cortot y Arthur Rubinstein. Antes de que estuvieran tan de moda como en nuestros días las series de recitales con la obra integral de un solo autor, ofreció en 1935 toda la obra para teclado de Bach y, más tarde, la totalidad de las Sonatas de Mozart, así como las obras de Schubert y Weber. Su repertorio era amplísimo aunque ha merecido siempre un mayor reconocimiento con los autores románticos, desde Schubert a Liszt, pasando por Schumann, Chopin y Brahms. Su magnífica técnica y asombrosa agilidad estaban siempre al servicio del resultado más puro y musical. Profundizaba en las partituras para extraer de ellas la esencia, sorteando apenas sin dificultad las mayores complicaciones técnicas. En este último disco del sello discográfico...

Sonatas de Scarlatti

Ivo Pogorelich es uno de los fenómenos del piano de la última mitad de siglo: de un extremado virtuosismo y de una musicalidad sorprendente sus interpretaciones causan verdadera sensación y exacerbadas críticas. El hecho de que Pogorelich aborde las Sonatas de Scarlatti hará despertar mucho interés pero también inquietud. Estas partituras del XVIII escritas para el clavecín de doble teclado, son endiabladamente difíciles si se tocan en un piano moderno, pues exigen a veces constantes entrecruzamientos de manos y una agilidad fuera de lo común. Esa dura prueba queda a priori salvada con las manos de Pogorelich. Dedos largos, manos grandes y vigorosas, y entrenamiento técnico muy perfeccionado, capaz de sortear cualquier dificultad técnica que se le presente. Otro capítulo merece la interpretación. Pogorelich huye del tópico y sus versiones son muy personales. Puede decirse que aplica a esta música del barroco un estilo romántico. Fundamentalmente en los tempo, que maneja a su aire. No apreciamos aquí el pulso constante de la música barroca, pues son muy frecuentes los ritardandi, accelerandi e incluso rubatos al término de cada frase musical. Pero no se trata de abusos desajustados del ritmo, pues en general hay una gran coherencia interna, ya que Pogorelich pone el tempo al servicio del sentido de la música. Y es que no abandona el espíritu scarlattiano de estas partituras. La música de Scarlatti posee un carácter muy popular, tanto de su origen italiano como español, pues no hay que olvidar que fué aquí donde transcurrió la mayor parte de su vida profesional y donde compuso estas Sonatas para su alumna Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI. Pogorelich canta las melodías de Scarlatti, pero también las dice y las medita. Sabe poner de relieve la esencia de cada una de ellas. Si el clave con los registros puede variar los timbres, el piano moderno ha de servirse de su facultad de matización. Es éste otro aspecto que queremos destacar en la interpretación del pianista yugoslavo. La riqueza de matices es tan asombrosa que nos hace redescubrir la música de Scarlatti. A lo largo de estas quince Sonatas permanece la claridad y frescura del auténtico Scarlatti. Pogorelich no hace sino poner las posibilidades del piano a disposición de esta preciosa música, y lo lleva a cabo con una brillantez y maestría difícilmente igualables.

La proyección romántica de un músico actual

Repaso a la obra musical de Krzystof Penderecki, último Premio Príncipe de Asturias de las Artes, compositor polaco más internacional y uno de los músicos más relevantes de nuestro tiempo.

Novedades discográficas.

Entre las últimas reediciones de discos clásicos, hay una colección — Great Recordings of the Century — que presenta una selección de grabaciones de ópera íntegras, de verdadero interés historiográfico.

Iannis Xenakis 1922-2001, una música fuera del tiempo

El pasado 4 de febrero moría en París Iannis Xenakis. Griego de nacimiento y francés de nacionalidad, el alcance de su obra creadora ha sobrepasado ampliamente las fronteras de su país de adopción. De él puede decirse que ha sido el iniciador de la mayor parte de las técnicas compositivas que ha utilizado la música de vanguardia a partir de 1945. María José Fontán traza el perfil de quien puede, con justicia, ser considerado como uno de los más destacados compositores del siglo XX.

Selección discográfica: Iannis Xenakis

El pasado 4 de febrero moría en París lannis Xenakis. Griego de nacimiento y francés de nacionalidad, el alcance de su obra creadora ha sobrepasado ampliamente las fronteras de su país de adopción. De él puede decirse que ha sido el iniciador de la mayor parte de las técnicas compositivas que ha utilizado la música de vanguardia a partir de 1945. María José Fontán traza el perfil de quien puede, con justicia, ser considerado como uno de los más destacados compositores del siglo XX.

The Klemperer Legacy

Heredero de la tradición de grandes directores de orquesta alemanes del s.XIX, Otto Klemperer se convirtió en uno de los más destacados del s.XX, junto a Furtwängler, Scherchen, Böhm, Toscanini, Walter o Karajan. Coinciden todos en una etapa de gran desarrollo sinfónico que marcó el devenir musical en Europa, con la creación de importantes orquestas y de ciclos y festivales de música, junto al afianzamiento de los grupos ya existentes y de los actos musicales de mayor arraigo.

Música

Beethoven: Sonata nº 9 en La Mayor «Kreutzer»Franck: Sonata en La Mayor Itzhak Perlman , violín Martha Argerich , piano Grabación en vivo.

Alfredo Kraus in memoriam

Se nos ha ido una de las más importantes voces del siglo. El pasado 10 de septiembre moría Alfredo Kraus a los 71 años. Muy pocos cantantes han podido alcanzar esta edad en plenas facultades como él.

Sensemaya

Nos habla acerca del compositor mexicano Silvestre Ruedas y de su obra musical Sensemaya.

Música de cámara francesa

Nos cuenta del disco de Debussy, Ravel, Ibert, Jolivet y Francaix; "Música de cámara francesa".

Simply Baroque

Nos habla de la colección de Cantatas de J.S. Bach.