Timothy Snyder se hace un lío con la libertad

En su último ensayo, el historiador demoniza al mercado, defiende la masiva intervención del Estado en los servicios públicos y viene a equiparar el comunismo y el capitalismo

Timothy Snyder. Foto: CC Wikimedia Commons
Carlos Rodríguez Braun

Carlos Rodríguez Braun. Catedrático de Historia del Pensamiento Económico de la Universidad Complutense. Ha traducido a relevantes figuras del pensamiento económico, como Adam Smith, Stuart Mill, Hayek y Keynes. Autor entre otros ensayos de Estado contra mercado, Grandes economistas y Diez ensayos liberales.

 

Avance

Timothy Snyder es un prestigioso historiador estadounidense, profesor de la Universidad de Yale, especialista en Europa central y oriental, y autor de importantes ensayos como Tierras de sangre: Europa entre Hitler y Stalin, Tierra negra y Sobre la tiranía. Su último trabajo, que toma el título de Stuart Mill, es Sobre la libertad. Según Carlos Rodríguez Braun, parte del contenido es «excelente», sobre todo las páginas autobiográficas a propósito de la Europa Central, que conoce bien; pero, en esencia, es «deficiente al atacar la libertad negativa, es decir, la libertad frente a los obstáculos del poder».

Snyder concluye demonizando a la derecha, el mercado y las empresas multinacionales, aplaudiendo a la izquierda y defendiendo la masiva intervención del Estado en los servicios públicos y la subida de impuestos. Al cabo, afirma Rodríguez Braun, «repite el bulo de que en realidad el comunismo y el capitalismo son iguales».

Artículo

El destacado historiador de la Universidad de Yale Timothy Snyder fue invitado este año a importantes foros en España, siendo entrevistado y saludado por nuestros principales medios de comunicación.

Dirá usted: es lógico. Después de todo, se trata del autor de Tierras de sangre: Europa entre Hitler y Stalin, que revisa los crímenes brutales cometidos por los comunistas y los nacionalsocialistas antes y durante la Segunda Guerra Mundial en los territorios que controlaron y sometieron. Pues, no. Es por su último libro, traducido también por Galaxia Gutenberg, y cuyo título repite el del clásico de John Stuart Mill de 1859, Sobre la libertad, y ha hecho las delicias de la consabida corrección política. Porque Snyder se ha hecho un lío con la libertad.

Timothy Snyder. «Sobre la libertad». Galaxia Gutenberg, 2025

Hay que reconocer de inmediato que no es el primero. Dos ilustres predecesores son Isaiah Berlin y el propio Mill, uno por su aritméticamente engañosa distinción entre libertad negativa y positiva, o libertad de y libertad para; y el otro por el análogamente confuso other regarding principle (principio centrado en uno mismo), o la idea de que debemos ser libres salvo que nuestra conducta pueda perjudicar los intereses de otro.

En otros aspectos, el libro del profesor Snyder es excelente, en especial por sus páginas autobiográficas a propósito de la Europa Central, que conoce bien, y por su acerada crítica al comunismo y sus buenos análisis de la cultura liberal y de grandes personajes liberales, desde Havel hasta los rockeros que desafiaron las dictaduras del llamado socialismo real.

Tópicos

Pero, en esencia, el volumen es deficiente porque Snyder se centra en atacar la libertad negativa, es decir, la libertad frente a los obstáculos del poder. En realidad, no pasa de la condena al comunismo a la celebración del capitalismo, sino a la fascinación por la socialdemocracia y todos sus tópicos. Como «la verdadera libertad no es tanto la libertad de como la libertad para», entonces concluye demonizando a la derecha, el mercado y las empresas multinacionales, aplaudiendo a la izquierda y defendiendo la masiva intervención del Estado en los servicios públicos y la subida de impuestos sobre los infames ricos; culpa de las crisis al mercado y apunta que la solución es aumentar el tipo marginal del IRPF al 75 % —esto ya se hizo antes; como le gusta la música le recomiendo Taxman, de The Beatles, el famoso tema de George Harrison—.

Como es natural, el autodenominado progresismo lo secunda con entusiasmo en su relativización de la propiedad privada, su recelo frente a la prensa y las redes sociales, su asimilación de todo lo que no sea de izquierdas con el fascismo y su cálida fantasía sobre la gratuidad de los bienes esenciales, porque «logramos ser libres no rechazando el Estado, sino propiciando la libertad como guía de un Estado bueno».

Presenta cinco formas de la libertad y, como subrayó Edwin van de Haar en Law & Liberty, «las define con tal amplitud que pueden incluir toda la agenda socialista en favor de las interferencias de un Estado creciente».

El lío crece por momentos en una espiral en la que, como el mercado no existe, entonces la libertad negativa queda asociada con Marx y con Hitler, en serio, mientras que en Estados Unidos el adorable Franklin D. Roosevelt y el cariñoso Lyndon Johnson dejaron paso al pérfido Reagan en un infierno sin esperanza.

Arrebatado en los tópicos antiliberales, repite el bulo de que en realidad el comunismo y el capitalismo son iguales. Porque, como es sabido, los cubanos que buscan la libertad emigran en igual número de La Habana a Miami que en sentido contrario.


Este artículo de Carlos Rodríguez Braun apareció publicado en Expansión el 21 de agosto de 2025. Lo reproducimos en Nueva Revista con la autorización del autor y del diario.

Imagen de cabecera: Timothy Snyder, dictando una conferencia en la Universidad de Jena, en 2016. CC Wikimedia Commons / Frauemacht. El archivo se puede consultar aquí.