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La muestra, que fue inaugurada por su majestad el Rey, rescata y contribuye a la puesta en valor de dos objetivos fundamentales de su reinado: la política exterior y la aportación científico-cultural, incidiendo en el papel jugado por la Corona en promover el avance del conocimiento.

Carlos III se propuso recuperar el prestigio de España en Europa. Para ello emprendió una activa política internacional que dejaba atrás la neutralidad vigilante de su hermano, Fernando VI, y que asumió el reto de desafiar a las potencias competidoras, tanto en la diplomacia como en el campo científico y cultural, siguiendo las ideas innovadoras de la Ilustración.

Carlos III se propuso recuperar el prestigio de España en Europa

Continuando la estela reformista de sus predecesores, en los casi treinta años de su reinado en España tuvo la posibilidad de diseñar y ejecutar una profunda y progresiva transformación a todos los niveles en los territorios de la Monarquía Hispánica. Una de las razones de su éxito fue la capacidad y habilidad para disponer de los recursos humanos y materiales necesarios para cada una de las empresas que acometió, que tuvieron como norte el afianzar su idea de España. Los resultados fueron desiguales, pero considerándolos globalmente supusieron avances que no se detuvieron con su fallecimiento en 1788 y que fueron modelo a seguir por sus sucesores1.

La exposición fue estructurada en cuatro grandes áreas temáticas: España e Italia. Relaciones e intereses internacionales (1716-1759); El trono de España y los reinos ultramarinos; La proyección internacional de la Monarquía. España en el sistema internacional; y Un mundo por conocer. Cultura y exploraciones científicas. El primero de los espacios presentaba al rey en su entorno familiar y le situaba en su etapa italiana, hasta 1759. Fue en Italia donde se formó como gran gobernante y donde se fraguó su curiosidad por el conocimiento y su interés por abrir las relaciones de sus reinos con el mundo a través de la política y la ciencia.

El recorrido, en su tercer ámbito, destacaba la proyección internacional de España y su intervención en los grandes acontecimientos bélicos de la época. Analizando algunas de las claves de la política exterior de Carlos III como el acercamiento a Francia, las interesantes relaciones con el norte de África, los acuerdos con Portugal, la participación en la Guerra de los Siete Años y el apoyo a la independencia de los Estados Unidos.La segunda parada de la muestra se adentraba en su llegada al trono español, poniendo en valor las reformas ilustradas que emprendería en casi tres décadas de reinado para sentar las bases de un Estado moderno. Prestando además atención a las posesiones ultramarinas de América y el Pacífico (islas Filipinas y Marianas), que fueron para Carlos III el pilar estratégico y económico de la Monarquía.

La exposición finalizaba explicando la atención preferente que el rey concedió a la cultura y la ciencia, que se concretó, entre otras actuaciones, en la organización de numerosísimas expediciones a Ultramar que, además de unos innegables objetivos político-estratégicos, aportaron conocimiento sobre territorios, poblaciones, flora o fauna.

La exposición finalizaba explicando la atención preferente que el rey concedió a la cultura y la ciencia

La muestra acogió más de un centenar de piezas de excepción pertenecientes a casi cuarenta instituciones españolas y extranjeras (Italia y Reino Unido), algunas de ellas poco conocidas, prestadas por primera vez y en algunos casos restauradas para la ocasión. Obras de los grandes pintores del siglo XVIII que actuaron a modo de cronistas de esta fascinante época, como Jean Ranc, Jacopo Amigoni, Giuseppe Bonito, Anton Rafael Mengs o Francisco de Goya, compartieron espacio con importantes materiales arqueológicos mediterráneos y americanos, así como con magníficas piezas de la cartografía del periodo, instrumentos científicos, o los originales de algunos de los documentos nodales de la historia de la Europa dieciochesca.

Memoria y posteridad de un rey

El proyecto ha sido completado con la publicación de un catálogo que incluye las colaboraciones de María del Carmen Alonso Rodríguez, Alfredo Alvar Ezquerra, Sylvia L. Hilton, Javier Jordán de Urríes y de la Colina, Miguel Luque Talaván, Carlos Martínez Shaw, José Luis Peset Reig, Carmen Sanz Ayán y María Jesús Viguera Molins. Así como por un ciclo de conferencias desarrollado los días 16 y 23 de febrero y 2, 9 y 16 de marzo de 2017 en el salón de actos del Museo Arqueológico Nacional.

En 1788 Gaspar Melchor de Jovellanos leía en una sesión de la Real Sociedad Matritense de Amigos del País el Elogio de Carlos III, reconocimiento público a un soberano que había dado a España Ciencias útiles, principios económicos, espíritu general de ilustración. Jovellanos sentenciaba a modo de epitafio: «Ved aquí lo que España deberá al reinado de Carlos III». Estos elogios fúnebres que se compusieron para ser leídos en las múltiples exequias reales organizadas a su muerte por todos los territorios de la Monarquía Hispánica, y que fueron compilados y estudiados por Francisco Aguilar Piñal, son un magnífico termómetro de lo que estaba por venir2.

Giuseppe Bonito, Don Carlos de Borbón, rey de las Dos Sicilias,1745. Óleo sobre lienzo.

El conde de Fernán Núñez, coetáneo del monarca y autor de Vida de Carlos III, es reputado como su primer biógrafo. Desde entonces la historia tradicional y las nuevas corrientes han atendido de manera constante, y desde las más distintas aproximaciones, al estudio de su vida y de su reinado4. A modo de ejemplo se puede mencionar la Historia del reinado de Carlos III en España, de Antonio Ferrer del Río, editada en Madrid en 1856, y que fue patrocinada por el rey consorte Francisco de Asís de Borbón, esposo de Isabel II y bisnieto del monarca5.

Carlos III ha quedado en la memoria como un monarca activo que modernizó el aparato del Estado, introdujo reformas económicas y sociales, potenció instituciones y enseñanzas, auspició la entrada de ideas ilustradas y buscó situar a España en primera línea entre las grandes potencias6. El cultivo de su memoria partió de su entorno más cercano y desde entonces, sin solución de continuidad, su reinado poliédrico ha sido tratado desde la historia, la historia del arte o la historia de la ciencia, entre otras disciplinas.

Carlos III ha quedado en la memoria como un monarca activo que modernizó el aparato del Estado

Ya sus descendientes se preocuparon por mantener viva su memoria. Carlos IV encargó a Mariano Ramón Sánchez y a Antonio Carnicero Mancio la serie pictórica de las vistas de los puertos españoles que ha dejado constancia visual de la labor de su padre en la acometida de obras de construcción, reforma o mejora del sistema portuario de una nación con vocación, proyección y presencia marítima internacional7. Confiando además, en 1790, a Francisco Álvarez la realización de una magnífica estatua ecuestre de su padre, que sin embargo no pudo llegar a fundirse en la época8.

Su nieto, Fernando VII, encomendó a Vicente López, su pintor de cámara, que decorara con una Alegoría de la institución de la Orden de Carlos III el techo de su vestidor en el Palacio Real de Madrid, instalado en las que fueran habitaciones privadas de su abuelo. Se trataba de un recinto de gran significado donde el monarca recibía a los altos funcionarios y a los representantes extranjeros acreditados ante la corte. También, y en esta misma línea, encontramos el boceto del cuadro original perdido que perteneció a Fernando VII, y que fue pintado por José Aparicio e Inglada con el título Rescate de cautivos en tiempos de Carlos III… (ca. 1813). Una tela que, presente en la exposición —como la mencionada obra de López—, rememora el rescate de más de mil cuatrocientos cautivos españoles en Argel, ordenado por Carlos III en 1768 y donde intervinieron como mediadores los trinitarios y los mercedarios10.

Sobre su impacto a nivel local puede mencionarse que, aun en vida, se le erigió además un monumento conmemorativo. Nos referimos a la estatua inaugurada en 1783 en la ciudad de Burgos a instancias de Antonio Tomé, vecino y cónsul de la ciudad, y obra de Alfonso Bergaz. En su base, una inscripción a su recuerdo, dice: «A Carlos III. / Padre de la Patria / Restaurador de las Artes // D. Antonio Tomé / Vecino, y Cónsul de Burgos / el primero / entre sus Compatriotas / que ofrece a la Posteridad / esta memoria / de su Augusto Bienhechor // Año de 1783» 11.

Referir por último que por Real Cédula de 19 de septiembre de 1771 Carlos III instituía la Real y Distinguida Orden de Carlos III, una condecoración que han llevado desde entonces los reyes de España y que hasta la actualidad premia a quienes se han distinguido por sus altos servicios al país. Sin duda, una prueba de la permanencia del legado del monarca protagonista de la exposición. Desde su creación y hasta la actualidad, todos los reyes de España se han retratado bien como grandes maestres de la orden, bien portando sus insignias, contribuyendo así a revivir en el tiempo el lema latino de la misma: «Virtuti et merito».

Un acercamiento al tratamiento expositivo de Carlos III

En los últimos años otras, igualmente destacadas por su aportación científica, se han centrado en la dimensión artística del reinado carolino, pudiendo mencionar Itinerario italiano de un monarca español. 1731-1759. Carlos III en Italia (1989), El Quijote de Carlos III. Los tapices de la Real Fábrica de Nápoles (2005) y Carlos III. Entre Nápoles y España (2010)13. Mientras que otras han abordado diferentes aspectos monográficos de su reinado como, por ejemplo, La América española en la época de Carlos III (1985), Bajo la cólera del Vesubio… (2004), o Corona y arqueología en el Siglo de las Luces (2010)14.Por su relevancia, Carlos III ha sido objeto en las últimas décadas de varias muestras que merecen ser recordadas. En 1988, el bicentenario de su muerte y bajo el título Carlos III y la Ilustración, Carmen Iglesias Cano, actual directora de la Real Academia de la Historia, comisarió una gran exposición destinada a presentar al rey en su contexto de una manera amplia, rigurosa y profunda, y que supuso un hito en la organización de exposiciones históricas12.

Las exposiciones son esfuerzos colectivos e interdisciplinarios de recuperación de la memoria de acontecimientos y actores, a través de los cuales es posible reconstruir espacios y tiempos históricos

En 2016, de cara a la conmemoración del tercer centenario del nacimiento de Carlos III, de manera coordinada y bajo un prisma de complementariedad, se preparó un amplio programa de actividades que ha incluido exposiciones, reuniones científicas, ciclos de conferencias o conciertos. Un programa que ha continuado en los primeros meses de 2017. Refiriéndonos solo a las exposiciones organizadas en España citaremos las promovidas por el Ayuntamiento de Madrid, Carlos III y el Madrid de las Luces; la Comunidad de Madrid, Una corte para el rey. Carlos III y los Sitios Reales; el Museo Casa de la Moneda, Virtuti et Merito. La Real y Distinguida Orden española de Carlos III; el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Una colección, un criollo erudito y un rey. Un gabinete para una monarquía ilustrada; Patrimonio Nacional, Carlos III. Majestad y ornato en los escenarios del Rey Ilustrado15, y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Carlos III y la difusión de la Antigüedad. Específicamente Acción Cultural Española – AC/E ha organizado la muestra Carlos III: proyección exterior y científica de un reinado ilustrado que aquí se comenta.

A estas iniciativas hay que sumar, entre otras, las desarrolladas por la Real Academia de la Historia, la Casa de América o el Museo Nacional del Prado. Todas animadas por un propósito común: abrir a la sociedad una ventana a la historia de un reinado que supuso un esfuerzo de apertura, modernización y progreso de la España peninsular y ultramarina.

No resulta complicado tender un puente entre lo que ha significado para la historia de España el reinado de Carlos III y el sentido que Felipe VI pretende dar a la Corona en la España del siglo XXI. Estabilidad, orden institucional, articulación, conciliación, justicia social… son lemas de un rey contemporáneo, que en su despacho de trabajo del Palacio de la Zarzuela tiene como referente y punto de mira a Carlos III, presente en un conocido retrato pintado por Anton Rafael Mengs.

El Mensaje de Su Majestad el Rey en su Proclamación ante las Cortes Generales, de 19 de junio de 2014, señala la hoja de ruta de su reinado, de alguna manera una reformulación, adaptada al tiempo presente, de principios que consideramos actualizan en nuestros días algunos de los del reinado de Carlos III:

«Trabajemos todos juntos […], cada uno con su propia personalidad y enriqueciendo la colectiva; hagámoslo con lealtad, en torno a los nuevos objetivos comunes que nos plantea el siglo XXI. Porque una nación no es solo su historia, es también un proyecto integrador, sentido y compartido por todos, que mire hacia el futuro«.16

NOTAS

1 Luque Talaván, Miguel (dirección científica), Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado. Palabras preliminares de S. M. el Rey don Felipe VI, y del ministro de Educación, Cultura y Deporte, don Íñigo Méndez de Vigo y Montojo. Madrid: Acción Cultural Exterior AC/E Palacios y Museos, 2016.

2 Aguilar Piñal, Francisco, Carlos III en el recuerdo (honras fúnebres en memoria del rey difunto). Madrid: Artes Gráficas Municipales, 1989.

3 Fernán Núñez, conde de (Carlos José Gutiérrez de los Ríos), Vida de Carlos III. Edición de Alfred Morel-Fatio y Antonio Paz y Meliá; prólogo de Juan Valera. Madrid: Fundación Universitaria Española, 1988.

4 A modo de ejemplo puede verse: Aguilar Piñal, Francisco, Bibliografía de estudios sobre Carlos III y su época. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1988.

5 Ferrer del Río, Antonio, Historia del reinado de Carlos III en España. [Madrid]: [s.n.], 1856, 4 volúmenes. Ferrer del Río en el prólogo de esta obra da noticia de otros autores que desde 1789 también trataron acerca del reinado carolino (ibídem, pp. XIII y ss.).

6 Aunque no podemos dejar de hacer mención a algunas de las decisiones políticas más polémicas y que tuvieron importantes consecuencias como fue la de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767.

7 Acerca de la misma pueden verse las contribuciones de: Mano, José Manuel de la, «Mariano Sánchez y las colecciones de “Vistas de puertos” en la España de finales del siglo XVIII», en vv.aa. I Congreso Internacional de Pintura Española del Siglo XVIII. [S.l.]: Museo del Grabado Español Contemporáneo, 1998, pp. 351-368.

8 El modelo se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y, siguiéndolo, se fundió en 1994 la estatua ecuestre del monarca que hoy está colocada en la madrileña Puerta del Sol.

9 Boceto para la Alegoría de la institución de la Orden de Carlos III. Vicente López Portaña. 1827-1828. Óleo sobre lienzo. Museo Nacional del Prado (Madrid). Número de catálogo: P03804.

10 Museo Nacional del Prado (Madrid). Número de catálogo: P07944.

11 Manuel Salvador Carmona dibujó y grabó una estampa del monumento burgalés en 1784 (Museo Nacional del Prado. Número de catálogo: G02485).

12 Iglesias Cano, Mª Carmen (condesa de Gisbert), Carlos III y la Ilustración. [Palacio de Velázquez. Madrid. Noviembre 1988-enero 1989. Palacio de Pedralbes. Barcelona. Febrero-abril 1989]. Madrid: Ministerio de Cultura, Comisión Nacional Organizadora del Bicentenario Carlos III y la Ilustración (1788-1988), 1988, 2 tomos.

13 Urrea, Jesús (preparación, estudio preliminar y catálogo), Itinerario italiano de un monarca español. 1731-1759. Carlos III en Italia. [Febrero / Abril 1989]. Madrid: Museo del Prado, 1989; El Quijote de Carlos III. Los tapices de la Real Fábrica de Nápoles. [Catálogo de exposición]. Madrid: Instituto Cervantes, 2005; Spinosa, Nicola (comisario científico), Carlos III. Entre Nápoles y España. [Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, del 29 de octubre de 2009 al 10 de enero de 2010]. Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2009.

14 VV.AA., La América española en la época de Carlos III. Archivo General de Indias 1785-1985. [Sevilla. Diciembre 1985-marzo 1986]. Madrid: Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, [1985]. Rodrigo Zarzosa, Carmen; José Luis Jiménez Salvador (dirección científica del catálogo), Bajo la cólera del Vesubio. Testimonios de Pompeya y Herculano en la época de Carlos III. [Museo de Bellas Artes de Valencia, del 14 de mayo al 12 de septiembre de 2004]. Valencia: Generalitat Valenciana, 2004. vv.aa., Corona y arqueología en el Siglo de las Luces. [Exposición celebrada en el Palacio Real (Madrid), abril-julio de 2010. Comisarios: Martín Almagro-Gorbea y Jorge Maier Allende]. Madrid: Patrimonio Nacional, 2010.

15 Con gran acierto, Patrimonio Nacional ha habilitado además un espacio dentro del recorrido del Palacio Real, la Sala de la Corona, donde pueden verse algunos de los símbolos nacionales: el trono de Carlos III, la corona real y el cetro de las proclamaciones, el collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro que fue concedido por Isabel II a la imagen de la madrileña Virgen de Atocha, y los discursos de abdicación de su majestad el Rey don Juan Carlos (2 de junio de 2014) y el Mensaje de Su Majestad el Rey en su Proclamación ante las Cortes Generales (19 de junio de 2014).

16http://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle. aspx?data=5359.

Miguel Luque Talaván (Madrid, 1973) es doctor en Geografía e Historia por la Universidad complutense de Madrid. Universidad de la que es director del Departamento de Historia de América. Ha sido el comisario de la exposición "Carlos III: proyección exterior y científica de un reinado ilustrado"