El pasado 14 de enero fallecía en Madrid Antonio Fontán, fundador y presidente de Nueva Revista. Se han escrito muchas reseñas sobre él, redactadas desde el cariño y la admiración de los discípulos y amigos que ha dejado atrás. Con todo, es difícil resumir en unas páginas, por extensas que sean, una actividad tan rica y una humanidad tan profunda como la de Antonio Fontán.
Todos los que colaboramos con Nueva Revista y muy especialmente los miembros de su consejo editorial hemos estado a su lado hasta el último momento. No me resulta fácil expresar, siendo además uno de sus familiares más cercanos, el hondo sentimiento que hemos experimentado compartiendo con él la serenidad y confianza con que ha soportado la creciente debilidad que poco a poco ha ido apagando su ya debilitado corazón. Era consciente de que aquí poco cabía ya serle exigido y que estaba a punto de rendir cuentas al Creador.
Nueva Revista fue la última de sus criaturas editoriales. Una publicación que recogió una parte esencial de su planteamiento vital y que cristalizó en dos corrientes complementarias que surgieron de su deseo de poner al servicio de España su acervo intelectual, su liderazgo personal y el rico patrimonio de amigos y colaboradores que había cosechado a lo largo de su vida.
Estas dos corrientes eran, por una parte, la creación de un entorno reducido, pero muy potente, de españoles cultos y comprometidos en la defensa de un ideario compartido muy concreto y, por otro, la adecuada proyección de este ideario mediante la labor creadora de los intelectuales más idóneos. Se trataba de generar un flujo continuo de ideas, reflexiones y propuestas que partiendo de la realidad histórica que se llama España y que hunde sus raíces en siglos de acervo común, hicieran del nuestro, un país más abierto, más culto, en definitiva, más libre. Todo ello sin renunciar a la revisión sistemática y objetiva de los retos de nuestro tiempo, tanto políticos como sociales, científicos o de creación cultural.
El papel del consejo editorial en este periodo ha sido el de reforzar estos objetivos, contribuyendo a identificar, debatir y enfocar las cuestiones que por su interés o actualidad había que abordar en las páginas de la revista para luego redactar los artículos correspondientes, bien personalmente, bien contribuyendo a seleccionar a los autores y expertos más idóneos para ello. Un objetivo adicional y complementario era el de tratar de ampliar la difusión de estos contenidos en otros ámbitos, en otros medios, incluso tratando de influir en la acción política.
Nueva Revista tiene ya veinte años. Antonio Fontán era plenamente consciente de que tenía que abordar una transformación. Una transformación que le permitiera engranarla en las nuevas tecnologías que de manera creciente se han ido convirtiendo en los canales de referencia para difundir ideas, confrontar propuestas, difundir contenidos. Y ello a su vez, requería un nuevo planteamiento empresarial que le permitiera mantenerse a la prudente distancia de la gestión diaria de un negocio editorial que su edad merecía.
Por ello, un pequeño grupo de consejeros abordamos esta necesaria y ambiciosa transformación. Los primeros pasos fueron dados en vida suya y con su plena aprobación.
Así, buscamos un grupo, que garantizara la viabilidad económica de la revista, que sintonizara plenamente con los objetivos de su fundador y del consejo editorial y que además dominara la utilización de las nuevas plataformas digitales.
Este grupo es la Universidad Internacional de la Rioja. Una joven iniciativa, orientada a la formación on-line, con un potente y ambicioso programa docente y un excelente cuadro de profesores. Su experiencia en el manejo de la información a través de las nuevas plataformas de difusión digital garantiza la difusión de los contenidos de la Nueva Revista de una manera adecuada a los tiempos que corren.
En la nueva etapa el consejo editorial, en su actual composición, mantendrá su papel dentro de Nueva Revista, identificando aquellos temas de interés que deben ser examinados, orientando sus enfoques y realizando sus aportaciones y recomendaciones sobre todos aquellos asuntos relacionados con la publicación, tanto en papel como digital.
Nueva Revista afronta una nueva década de su existencia. Es nuestro propósito conservar su espíritu y sus planteamientos editoriales tal y como fueron establecidos por su fundador, Antonio Fontán, mejorando en todo lo que sea posible su calidad y difusión para amplificar y proyectar el mensaje que todos, la empresa editorial y el consejo nos hemos comprometido a mantener.
Eugenio Fontán Oñate