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Ver productosEl Dr. Pickus y el Dr. Penprase documentaron ocho universidades globales, revelando las historias inspiradoras de su creación e identificando lecciones esenciales para la innovación
16 de enero de 2025 - 9min.
Noah Pickus. Vicerrector en la Universidad de Duke y decano de estrategia académica e innovación en el aprendizaje en la Universidad Duke Kunshan. Exdirector académico del Proyecto Minerva y exdirector del Instituto Kenan de Ética de Duke. Coautor de The New Global Universities: Reinventing Education in the 21st Century.
Álvaro Sanmartín. Ingeniero eléctrico, emprendedor, fundador y CEO de Minds Studio.
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En el libro The New Global Universities: Reinventing Education in the 21st Century, coescrito con el astrofísico Bryan Penprase, Noah Pickus analiza la filosofía de ocho nuevas universidades, caracterizadas por la creatividad y la exploración de nuevas fronteras educativas. Se trata de la African Leadership University, Minerva University, Yale-NUS College (Singapur), Ashesi University (Ghana), NYU Abu Dhabi, Olin College of Engineering, Fulbright University Vietnam y Ashoka University (India). Los autores las seleccionaron porque todas ellas ofrecían una educación holística e interdisciplinar, combinando las artes liberales y las ciencias; porque tenían perspectiva global y porque el origen y la misión de cada una de ellas proporcionaban una narrativa única y valiosa. El propio Pickus tenía experiencia previa, por formar parte de un innovador proyecto de educación global, la Duke Kunshan University (DKU), empresa conjunta de la Universidad Duke y la Universidad china de Wuhan, de la que es decano de Estrategia Académica e Innovación del Aprendizaje. La DKU hace hincapié en las especializaciones interdisciplinares, formando al estudiante para la resolución de problemas complejos del mundo profesional, más que en la acumulación de contenidos, y dotándoles de herramientas para que puedan asumir retos globales. Sobre la base de estas experiencias, Pickus propone un modelo de «código abierto para la enseñanza superior», de suerte que currículos, metodologías y prácticas institucionales se compartan y se repitan a escala mundial, lo cual estimula la cooperación entre universidades y supera enfoques competitivos. «El modelo pluralista de educación», que fomenta sinergias entre las instituciones para aprender unas de otras, permite sortear el peligro de que la escalabilidad vaya en detrimento de la calidad, ya que —advierte el experto— «se pueden tener grandes escuelas que lleguen a muchos estudiantes con una educación muy deficiente».
El futuro de la educación superior viene marcado, según Pickus, por tres grandes tendencias: modelos desagregados y, a la vez, integrados; ritmo flexible y aprendizaje modular; y alianzas mundiales entre universidades. Ante la creciente demanda de la enseñanza superior, centros y docentes deben combinar los conocimientos pedagógicos con la creatividad, logrando el equilibrio entre la «ciencia» y el «arte» de enseñar. Explorando y adoptando nuevos modelos, fomentando la colaboración y dando prioridad a la calidad, las universidades mundiales están en situación de liderar la respuesta a los retos del siglo XXI.
Reflexionando sobre su carrera profesional, Pickus se describe a sí mismo como un «emprendedor en serie dentro de las universidades». Con bagaje en política pública y un doctorado sobre inmigración y ciudadanía, su trayectoria incluye iniciativas pioneras en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y la Universidad Duke, poniendo en marcha think tanks y dirigiendo programas de ética y educación. Su papel en el Institute for Emerging Issues, por ejemplo, se centró en cómo las universidades pueden modelar el futuro de su región.
«La mayoría vivimos nuestras vidas hacia delante, pero solo tienen sentido cuando las examinamos en retrospectiva», señala. Posteriormente, su carrera se proyectó a nivel internacional, con iniciativas conjuntas como la Universidad Duke Kunshan en China y su puesto como director académico en el Proyecto Minerva. Estas experiencias culminaron en un viaje de innovación en el que exploró nuevos paradigmas educativos, combinando sus conocimientos con colaboraciones globales.
El libro de Pickus, escrito junto a Bryan Penprase, astrofísico y vicepresidente de Investigación Patrocinada y Relaciones Académicas Externas en la Universidad Soka de América, surgió a partir de una curiosidad común. Juntos, trataron de compensar las críticas predominantes a la educación superior en los Estados Unidos con el optimismo pujante hallado en universidades de todo el mundo. «En Estados Unidos hay mucha preocupación sobre la educación», señala Pickus, «pero a nivel internacional reina el entusiasmo».
El Dr. Pickus y el Dr. Penprase documentaron ocho universidades globales, revelando las historias inspiradoras de su creación e identificando lecciones esenciales para la innovación.
Estas son las ocho universidades nuevas (indicadas con su nombre en inglés) que se presentan en el libro: African Leadership University, Minerva University, Yale-NUS College (Singapur), Ashesi University (Ghana), NYU Abu Dhabi, Olin College of Engineering, Fulbright University Vietnam y Ashoka University (India). Estas instituciones, explica Pickus, «demuestran que es infinitamente más difícil fundar una universidad que una empresa». Al compartir estas historias, los autores esperan inspirar tanto acciones de reforma como creatividad en la educación superior.
Las ocho universidades presentadas en el libro se seleccionaron conforme a cuatro criterios fundamentales:
1. Compromiso con las artes liberales y las ciencias: estas instituciones se centran en un conocimiento integrado, enfatizando la educación holística e interdisciplinar.
2. Orientación global: estas universidades representan una perspectiva internacional que va más allá de los debates sobre educación superior centrados exclusivamente en los Estados Unidos.
3. Historias atractivas: el origen y la misión de cada institución ofrecen un relato único y valioso.
4. Limitaciones del editor: aunque los autores querían incluir más ejemplos, su editor les recomendó limitar el alcance a ocho estudios.
La Universidad Duke Kunshan (DKU), una iniciativa conjunta entre la Universidad Duke y la Universidad de Wuhan, es un ejemplo de un audaz experimento en educación global. Ubicada cerca de Shanghái, ofrece un programa de grado en artes liberales y másteres en áreas como Salud Global y Ciencias Ambientales. La DKU hace hincapié en los majors (campos de estudio primarios) interdisciplinares, reflejando la organización del conocimiento en el mundo real en torno a problemas en lugar de disciplinas.
«Cuanto más global sea la universidad, más se debe insistir en una base de conocimiento central», destaca Pickus. El currículo de la DKU incorpora el aprendizaje inmersivo, aplica periodos lectivos más cortos para potenciar la concentración y enfatiza la calidad de la enseñanza. El objetivo es preparar a los estudiantes para afrontar retos globales, promoviendo el desarrollo de líderes capaces de abordar problemas complejos e interdisciplinares.
Un tema clave en el trabajo de Pickus es la idea de un modelo de fuentes abiertas para la educación superior. Trazando paralelismos con la tecnología de código abierto, defiende un sistema en el que el «código fuente» de la educación –currículos, metodologías y prácticas institucionales– se comparta e itere a nivel mundial. Este modelo contrasta con los enfoques coloniales o competitivos que se aprecian con frecuencia en la educación superior.
«Cuando creamos la DKU, no dijimos: «Aquí tenemos el currículo de Duke. ¿Dónde lo ponemos?»», explica Pickus. En cambio, la universidad combinó ideas de Duke e instituciones chinas con las mejores prácticas mundiales para crear algo único y adaptable.
Este enfoque fomenta el aprendizaje mutuo y la mejora continua, creando una «ecología» de innovación dinámica, en lugar de un sistema unidireccional estático.
Al abordar la creciente demanda mundial de educación superior, Pickus destaca la tensión entre escalabilidad y calidad. Aunque la tecnología permite que las instituciones crezcan, advierte del riesgo de priorizar la cantidad frente a una educación significativa. «Puedes tener escuelas enormes que llegan a muchos alumnos con una educación muy pobre», advierte.
La solución, sugiere, se encuentra en un modelo pluralista de la educación, que promueva que las distintas instituciones experimenten y aprendan unas de otras. Por ejemplo:
– La Ashoka University en India ofrece educación de alta calidad por una fracción del coste de estudiar en el extranjero.
– El TEC de Monterrey en México explora métodos innovadores de diseño de asignaturas y docencia, equilibrando calidad y asequibilidad.
Fomentando un ecosistema de experimentación y colaboración, las universidades globales pueden abordar las necesidades regionales al tiempo que desarrollan principios educativos universales.
Pickus está de acuerdo con la idea de la educación como un medio para conectar personas con aspiraciones comunes, lo que Álvaro Sanmartín denomina intellectual villages («aldeas intelectuales»). Sin embargo, advierte del riesgo de crear nichos aislados de disciplinas o grupos. En su lugar, las universidades deben facilitar los intercambios interdisciplinares e interculturales, permitiendo que los alumnos recorran esos espacios intelectual y socialmente diversos.
Como ejemplo, Pickus describe la cultura de fuentes abiertas dentro de las universidades. Durante el desarrollo de la DKU, visitó instituciones de todo el mundo, y muchas de ellas compartieron libremente sus currículos y sus conocimientos. Este espíritu de colaboración, sostiene, es esencial para modelar el futuro de la educación.
Mirando hacia delante, Pickus identifica tendencias que apuntan al futuro de la educación superior.
—Modelos desagrupados pero integrados: instituciones como Inteli en Brasil equilibran la formación especializada con una educación holística de resolución de problemas.
—Ritmo flexible y aprendizaje modular: centros como la Universidad de la Libertad en México ofrecen itinerarios personalizables a los alumnos, reduciendo los costes y manteniendo la calidad.
—Alianzas globales: iniciativas como la Global Alliance for Innovation and Access in Higher Education (Alianza Mundial para la Innovación y el Acceso a la Educación Superior) tratan de conectar a las instituciones emergentes con las ya consolidadas, promoviendo la ampliación de capacidades y el desarrollo comunitario.
Este enfoque pluralista refleja las necesidades dinámicas de la educación superior: un equilibrio entre conservar las tradiciones institucionales y fomentar la innovación. Pickus imagina un mundo donde las nuevas universidades y las ya consolidadas colaboren para crear ecosistemas de apoyo mutuo y aprendizaje compartido.
Para ilustrar esta visión, Pickus señala cuatro instituciones que destacan en áreas específicas:
—Olin College of Engineering: revoluciona la educación en ingeniería con aprendizaje experiencial y práctico y currículos orientados al diseño.
—Ashoka University: promueve un diálogo entre civilizaciones al combinar textos ancestrales con debates modernos en el contexto indio.
—African Leadership University: transmite carácter y resiliencia con su lema «Do hard things» (Haz cosas difíciles) y promueve el éxito impulsado por los alumnos.
—Inteli en Brasil: ofrece itinerarios innovadores para científicos de datos combinando las competencias técnicas con conocimientos sociales y éticos más amplios.
Cada institución ejemplifica un aspecto único de la educación, desde el desarrollo del carácter a la resolución interdisciplinar de problemas.
Ante el aumento de la demanda de educación superior, Pickus aboga por un equilibrio entre la «ciencia» y el «arte» de enseñar. Los grandes educadores, sostiene, combinan el conocimiento pedagógico con la creatividad, creando experiencias de aprendizaje transformadoras.
A través de su trabajo y sus ideas, Noah Pickus ofrece una visión de la educación superior innovadora, inclusiva y de alto impacto. Adoptando nuevos modelos, fomentando la colaboración y priorizando la calidad, las universidades globales pueden marcar el camino para afrontar los retos del siglo XXI.
Este artículo es fruto de las reflexiones que Noah Pickus compartió con Álvaro Sanmartín en una conversación celebrada en noviembre de 2024. En ella, Pickus desarrolla algunos aspectos destacados del libro The New Global Universities: Reinventing Education in the 21st Century, que escribió junto con el astrofísico Bryan Penprase.
Traducción: Tridiom