Tiempo de lectura: 3 min.

Con ocasión del fallecimiento de Benedicto XVI, el semanario alemán Der Spiegel ha tratado su figura en dos artículos. Ha preferido evitarlo en la portada, y apostar por otro tema de actualidad. Extractamos a continuación las ideas de Der Spiegel «sobre el primer papa alemán enterrado después de 482 años».

Felix Bohr (Der Spiegel 2/7.1.2023 p. 6):

«Benedicto XVI no poseía la proximidad al pueblo de su predecesor».

«Benedicto XVI es la cara de la crisis de una época. Durante su pontificado, se dieron a conocer numerosos casos de asaltos sexuales a niños y jóvenes. Y tras su pontificado la Iglesia ha seguido desgastándose».

«A la revolución sexual del movimiento de 1968 la hizo corresponsable del abuso de los clérigos a los niños».

 

Benedicto XVI
Benedicto XVI, en «Der Spiegel» 2/2023, p. 4. El pie de foto dice: «Benedicto XVI. El primer papa alemán desde hace unos 500 años deja también una herencia oscura».

Walter Mayr (Der Spiegel 2/7.1.2023, pp. 36-38):

«En obispo de Múnich y Freising, lo mismo que en prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, era algo en que el teólogo estrella no quería convertirse. Y mucho menos en papa. A la edad de 64 años, Ratzinger le dijo a su futuro biógrafo Peter Seewald que estaba quemado. Unos buenos diez años después, le pidió repetidamente a Juan Pablo II su liberación, para que finalmente pudiera dedicarse a su verdadera pasión: escribir libros “en paz”».

«Él mismo vio su tarea en defender los principios centrales de la Iglesia con reivindicaciones científicas, sin excluir la renovación. La obra completa del erudito, prolífico escritor y pensador, llena estanterías y actualmente se calcula en 15.806 páginas. El hecho de que durante su pontificado redactó una obra en tres volúmenes sobre Jesucristo, en el tercer piso del Palacio Apostólico, habla tanto de una disciplina de hierro como de una falta de comprensión de los desafíos del oficio papal».

«Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Ratzinger defendió con vehemencia el celibato y se pronunció contra el reconocimiento de las comunidades homosexuales. En las cuestiones de la anticoncepción artificial, el aborto, la eutanasia y la prohibición de la comunión a los divorciados vueltos a casar, se puso de parte de los compañeros fieles a Juan Pablo II».

«Ratzinger, por otro lado, tomó medidas más decisivas que sus predecesores contra el abuso sexual, según admiten incluso los críticos. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se aseguró de que el tema del abuso pasara de la Congregación del Clero, a la que consideraba demasiado laxa, a él mismo [Dicasterio para la Doctrina de la Fe]. Incluso como Papa, pidió repetidamente que los delitos sexuales se investigaran con extrema diligencia. E hizo que el abuso fuera castigado no solo como una violación del celibato, sino como un delito penal por derecho propio».

«De Benedicto XVI quedan recuerdos de un hombre que repetidamente parecía ser víctima de las circunstancias dentro de los muros del Vaticano. Que quedó atrapado entre frentes e, inclinado sobre sus escritos, perdió todo sentido de lo que sucedía a sus espaldas».

«[Tras su jubilación como papa], objeciones teológicas que no facilitaban la vida de su sucesor, Francisco, se hicieron públicas repetidamente, algunas supuestamente sin su intervención».


Traducción del alemán: José Manuel Grau Navarro