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Merritt Roe Smith y Leo Marx (editores)
Historia y determinismo tecnológico
Alianza Editorial
Madrid, 1996, 295 págs.

Los dos editores, Merritt Roe  Smith y Leo Marx, son dos catedráticos  del Massachusetts Institute  of Technology (MIT), el primero de Historia de la Tecnología y el segundo  de Historia de la Cultura Americana.  Ambos han reunido en esta  obra trece artículos de distintas personalidades  relacionadas con la Historia  de la Ciencia y de la Tecnología y preocupadas  por el impacto que las tecnologías  tienen y van a tener en nuestra  vida cotidiana.

Ante la pregunta de cuál es el motor  de la Historia, se han dado numerosas  y distintas respuestas. Para unos  es la lucha por la libertad; para otros lo  es la economía; para algunos, el azar, y  así sucesivamente. Sin embargo, son  muchos los que opinan que el desarrollo  tecnológico es lo que mueve la Historia  de la humanidad. Ortega, con  una visión lúdica, pensaba que la causa  profunda de los cambios que se producían  en la Historia eran los cambios de  sensibilidad. El hombre se cansaba y,  por lo tanto, mudaba, cambiaba.

Marx escribe que «el molino manual  trae la sociedad feudal; el molino  de vapor, la sociedad capitalista industrial».  En 1993, la televisión norteamericana  emitió una serie con el título de  The Machine That Changed the World,  refiriéndose al ordenador. De todos los  autores que aparecen en este libro es  Robert Heilbroner, historiador económico,  quien más defiende el determinismo  tecnológico. Pero lo defiende  con muchas reservas. No olvidemos  que los defensores de esta postura oscilan  entre aquéllos para los cuales los  avances tecnológicos llevan a una situación  de inevitable necesidad (los deterministas  «duros») y aquéllos para los  cuales el desarrollo tecnológico es el resultado  de numerosas y libres decisiones  y la realización del sueño del progreso.  Estos últimos nos recuerdan que  «la historia de la tecnología es una historia  de las acciones del hombre. Para  comprender el origen de un determinado  tipo de poder tecnológico debemos  conocer primero a los actores».

Cuestiones como quiénes eran o en  qué circunstancias se encontraban esos  actores del progreso tecnológico son  preguntas que debemos responder y  que nos llevan, inexorablemente, a otro  tipo de preguntas, como: ¿por qué fueron  estas personas y no otras las que hicieron  la innovación? ¿por qué fue posible  en este momento y en este lugar y  no en otro? Estos «deterministas blandos»  sitúan el progreso tecnológico en  un contexto económico, político, social  y cultural variado y complejo.

«La gente parece sumamente dispuesta  a creer que las innovaciones tecnológicas  plasman el futuro elegido  por la humanidad. El dilema que estos  ensayos pretenden elucidar es si esa  elección es una expresión de libertad o  una expresión de necesidad». Por todo  ello, este libro parece particularmente  interesante en un momento, como el  actual, en el que vivimos una profunda  transformación tecnológica y en el que  todo lo que pasa, para bien o para mal,  se achaca a la tecnología. Como ejemplo,  el paro: es el ordenador el culpable  de esta lacra social. Ésta es una idea  que se encuentra en la calle, pero a la  que se podrían oponer multitud de objeciones.  No olvidemos a los ingenuos  luddites, que destruían, en la Inglaterra  del siglo pasado, telares mecánicos porque  éstos les quitaban el puesto de trabajo.

Alberto Miguel Arruti (1932-2011) licenciado en Ciencias Físicas, periodista y escritor; trabajó muchos años en RTVE, donde llegó a ser Director de los Servicios Informativos de TVE y RNE. También fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Comunicación Científica. Impartió docencia en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, así como en las Universidades Europea de Madrid, CEU San Pablo y Universidad Internacional de Andalucía.