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Voy a hacer referencia a una serie de informaciones que tienen que ver con el contexto general económico-político y con el análisis electoral de resultados, externo e interno. El interno se refiere a la volatilidad, la contingencia y la transferencia del voto. Veremos también variables sociodemográficas y terminaré presentando las encuestas que aparecieron ayer en prensa, que desde luego son las más actuales y las más relevantes para el análisis en este momento, a la espera del preelectoral del CIS, que espero que pueda salir en los próximos días. Finalmente reflexionaré sobre la importancia de la ley D’Hont en nuestro sistema electoral.


Situación política general de España en la actualidad

El primer cuadro, referido a la situación política general de España, está hecho en perspectiva longitudinal. Si en mayo de 2018 (justo unos días antes de la moción de censura) en torno al 77 por ciento calificaban la situación como mala o muy mala, eso bajó a raíz de la moción de censura, en el preelectoral del CIS de marzo de 2019 por ejemplo en 10 puntos. Sin embargo, en estos momentos vuelve a estar en los mismos niveles (mala o muy mala) que en mayo de 2018.  

Análisis del votante-1


Índice de confianza del consumidor

En septiembre de 2017, es decir hace ahora dos años, estaba en 103,2; va bajando un poco pero significativamente, como 6 o 7 puntos en mayo de 2018. Luego vemos el impacto que tiene el cambio de Gobierno tras la moción de censura: sube 10 puntos. A partir de ahí vuelve a bajar también ligeramente, y en mayo de 2019 tiene prácticamente el mismo registro que un año antes, en mayo de 2018, antes de la moción de censura. El índice de confianza del consumidor es estacional: en verano siempre sube ligeramente. En estos momentos está en 80,7, muy por debajo del dato de septiembre de 2017. Una cifra así no se registraba desde los primeros meses de 2014. El índice de confianza del consumidor es una media entre el índice de situación actual y el índice de expectativas. 


Principales problemas actuales de España

La mayor parte de los indicadores se mantienen estables. Estos datos están referidos, los últimos, a septiembre de 2019. Sobre el barómetro del CIS de septiembre de 2019: a las 3.000 entrevistas normales de todos los meses, en septiembre, intuyendo lo que iba a pasar (convocatoria de elecciones), doblaron la muestra y realizaron 6.000 entrevistas, aproximadamente como se hace con las encuestas postelectorales del CIS, que se realizan después de las elecciones, una vez conocidos los resultados, para validar y contrastar los datos obtenidos antes. Sobre la valoración de los políticos en general, los partidos y la política (véase la tabla de este apartado): si en el preelectoral de marzo estaba en el 29,1 por ciento, en el barómetro de septiembre, los datos más recientes, está en un 45,3 por ciento, ha subido 16 puntos, cuando el resto de elementos se mantiene estable, incluso a la baja, como por ejemplo el problema de la corrupción y del fraude. Cambia aquí muy poco la independencia de Cataluña, obviamente porque el campo se hizo un mes antes de los disturbios de la semana pasada.


La robustez de la democracia

Estamos en los niveles más altos: se valora que la democracia es preferible a cualquier otra forma de Gobierno. Estamos en el 85,4%, que ya se registraba en abril del 2017 (85,1%), y que con un poquito de caída en torno a la crisis económica (en noviembre de 2012), se ha mantenido desde mediados de los años 90, precisamente cuando se consumó la primera alternancia del Gobierno democrático entre el PP y el PSOE, cuando estaba ya por encima del 80%. Es curioso, sin embargo, que en mayo de 1985 solamente estaba en el 69,8 por ciento. Se ha mejorado desde entonces 15 o 16 puntos.


Participación en las elecciones generales

Entramos en el análisis electoral de resultados. ¿Cuánta gente va a votar? Tenemos el dato del preelectoral de marzo de este año del CIS, que realmente clavó el nivel de participación real. Es censo sin  CERA (censo electoral de los residentes ausentes). El CERA son 2 millones de electores de los cuales votan 100.000 personas, es decir un 5%, sobre todo desde la reforma del voto rogado de 2011. El CIS mide este dato con una escala semántica («sí, con toda seguridad»), y con una escala numérica (de 1 a 10). La participación, con la primera era un 76,3%. La participación con la segunda, aplicando la regla de los que dicen 10 (voy a votar con toda seguridad) más 9, más dos terceras partes de 8, sale del 75,7 por ciento. Los datos son muy buenos. El postelectoral que se hizo en mayo casi clava el dato (76,7%); un puntito arriba, normal.

Sin embargo ahí tenemos los datos del barómetro de septiembre de 2019 y vemos que no preguntan directamente. Eso es una cuestión técnica novedosa en un cuestionario, pero así con todo, a través de las escalas, nos iríamos a un 66,7% de participación (diez más nueve más dos terceras partes del 8). Si nos quedamos en el diez más nueve estaríamos hablando de un 61,9 por ciento. Eso sería una significativa bajada entre 10 y 14 puntos.

¿Qué bajó en la repetición de elecciones (diciembre de 2015 y junio de 2016), que es el escenario que tenemos muy cercano y que nos puede servir muy bien de modelo? Pues bajó 3,5 puntos, del 73,2 por ciento de participación en diciembre de 2015, siempre sin CERA, a un 69,83 por ciento en junio de 2016. Lo cual nos dice que este indicador que tiene el CIS sobre participación en las elecciones generales a mi modo de ver es muy robusto y bastante fiable.


Comparativa: estimaciones del CIS-generales de abril de 2019

Ahí tenemos lo que solemos llamar “la cocina del CIS”, que existe, que está en la tercera planta, pequeñita pero existe, de lo que puedo dar fe. El preelectoral de marzo se ajustó bastante en el caso del PP y en el caso de Unidas Podemos; fue muy aproximado también en el caso del PSOE. Donde más se desvió fue en Ciudadanos, que lo infravaloró, y lo subestimó en el caso de Vox. Es sabido que una de las claves del triunfo del PSOE en las pasadas elecciones fue sin duda el aumento de la participación: un alto porcentaje de electores que se abstenían y que decidieron involucrarse en las elecciones de abril de 2019.

 


Comparativa: datos directos del CIS-generales de abril de 2019

El porcentaje de ciudadanos que se abstienen o al que el CIS no atribuye voto es un 26% en el preelectoral de marzo de 2019, es decir está realmente justo en el 24-25 de abstención que tuvimos en las elecciones de abril de 2019. Sin embargo, si nos vamos a la columna del barómetro de septiembre de 2019 de intención más empatía, vemos que en este caso el CIS ha dejado solamente sin atribuir voto a un 18,4 por ciento de ciudadanos, lo cual contrasta con ese otro indicador que hemos visto: que estamos hablando de una participación en torno al 65, por tanto de una abstención en torno al 30-35 por ciento, incluso podría ser un poquito más del 35 por ciento. Eso claramente tiene que ver con la metodología de la que hablaba antes en la que se ha preguntado por el voto, que no es un filtro semántico. Los sumatorios de intención más simpatía siempre son más altos y por tanto disminuye el porcentaje de ciudadanos a los que no se les atribuye voto.


Comparativa: recuerdo de voto-generales de abril de 2019

Este problema de afinamiento técnico aparece muy claramente cuando vemos el recuerdo de voto y la deseabilidad social. El recuerdo de voto del PSOE en el postelectoral del CIS de mayo es del 27,2%; y en el CIS de septiembre de 30,8%. Hay ahí una diferencia para tener en cuenta.


Fidelidad electoral según el recuerdo del voto de abril de 2019

La volatilidad en la fidelidad a Ciudadanos está en un 70,7% y a Vox en un 67,2. Pero lo que nos están diciendo las encuestas es que mientras que en el caso de Vox esa volatilidad no aumenta, en el caso de Ciudadanos va camino de ser máxima.


Momento de decisión de voto según el recuerdo de las elecciones de abril de 2019

El PSOE, PP, ERC y Bildu, entre otros, son partidos con el voto ya decidido incluso mucho antes de iniciarse la campaña electoral, todo lo contrario que ocurre claramente en el caso de Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox.


Tabla de retención de voto (septiembre de 2019)

Los que votaron en abril de 2019, ¿qué partido piensan votar en noviembre de 2019? Aquí ofrecemos datos de la encuesta del CIS de septiembre de 2019. PSOE, PP, Unidas Podemos y Vox tenían ya en ese momento porcentajes de fidelidad muy altos, mientras que en el caso de Ciudadanos estaba en torno a la mitad de esa fidelidad. Lo que apuntan las encuestas que salieron ayer en la prensa claramente aparece en esta tabla de retención de voto.


Rechazo a votar a partidos. Septiembre de 2019

El PSOE es el que menos rechazo tiene porque con toda seguridad no lo votaría solo un tercio, mientras que en el caso del Partido Popular, Ciudadanos y Unidas Podemos el rechazo sube a la mitad y en el caso de Vox prácticamente a las tres cuartas partes.  


Relevancia de los debates y de las encuestas

El 4 por ciento para el total de los entrevistados en torno a los votantes de las elecciones pasadas cambió la intención de voto tras los debates de candidatos en televisión. Así pues: a un 5 por ciento sí que le afecta el tema de los debates y también en torno a un 5-6 por ciento las encuestas. No es baladí. Un 6 por ciento. Es un juego de suma cero, suma alguien y resta a otro partido.


Valoración del debate de investidura

Una idea muy interesante también, que puede explicar por qué los datos para el PSOE no sean tan halagüeños como los que obtenía al principio, es el resultado del debate de investidura de julio de 2019. Fíjense en la valoración de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias. Son prácticamente parejas positiva y negativamente. Lo que significa que no hay una atribución de culpa superior a Unidas Podemos que al PSOE por el fracaso de esa investidura, y eso es un elemento importante.


Influencia de los acontecimientos en Cataluña en el voto de abril de 2019

Me salto todo el tema de Cataluña porque ya no tiene sentido tras la “semana trágica pasada”.


Principales variaciones sociodemográficas

En general no hay grandes diferencias entre los votantes en función de sus rasgos sociodemográficos. No obstante sí pueden indicarse algunos aspectos significativos:

-Las mujeres sobresalen por su voto al PSOE (2,7 puntos) y al PP (1 punto), mientras que los hombres destacan más en el voto a Unidas Podemos (1,8 puntos) y a Vox (2,9 puntos).

-Según la edad, los mayores de 65 sobresalen por su voto al PSOE (3,9 puntos) y al PP (8,1 puntos), mientras que los jóvenes de hasta 24 años se significan en Ciudadanos (3,5 puntos) y Unidas Podemos (6 puntos).

-Respecto del tamaño del municipio: el voto al PSOE es más probable en los municipios de 2.000 a 10.000 habitantes (2,3 puntos), el del PP en los de menos de 2.000 (7,7 puntos). El voto a Ciudadanos sobresale en las ciudades de 400.000 a 1 millón de habitantes (2,2 puntos), al igual que el de Vox (1,9 puntos), mientras que el de Unidas Podemos destaca en las de más de 1 millón (1,4 puntos).

-Según el nivel educativo: las personas sin estudios o con estudios primarios sobresalen por su voto al PSOE (entre 9,6 y 7,7 puntos, respectivamente) y al PP (4,8 y 5,2 puntos), mientras que los votantes con estudios superiores destacan ligeramente por su voto a Ciudadanos (1,1 puntos) y a Unidas Podemos (2,1 puntos).


Encuestas publicadas el 21 de octubre de 2019

Claramente vemos que el PSOE se estanca: no sube o, en el peor de los escenarios, cae ligeramente. La subida más relevante la tiene el PP, sobre todo por el derrumbe de Ciudadanos. Unidas Podemos no va a caer significativamente y Vox se asienta e incluso puede subir ligeramente, en un fenómeno similar al que estos años pasados ha venido experimentando Ciudadanos, e incluso puede subir ligeramente.


Escaños al Congreso por circunscripciones

Las provincias de dos a siete escaños suman un total de 178 escaños, es decir el 51% del Hemiciclo. En un escenario de fragmentación, de volatilidad, es decisiva la importancia que tiene la asignación de los últimos escaños, del último y del penúltimo escaño en provincias que reparten cinco, cuatro, tres, seis o siete diputados. Eso mismo claramente altera mucho cualquiera análisis previo que pretenda ser robusto y fiable. 


[Lo anterior es una transcripción de la conferencia de Cristóbal Torres, editada por Nueva Revista. La conferencia se puede seguir en el vídeo]

Véase también:

Fernando Vallespín: “Yo no me creo todavía las encuestas” 

Fernando Vallespín: “A pesar de todo estamos eligiendo la moderación” 

Pedro Arriola: “Solamente hay ‘el problema’. El de los territorios”

Cristóbal Torres: “Uno de cada diez votos es nacionalista» 

Pedro Arriola: “No hay solidez en los bloques” 

Catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ex presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).