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António Lobo Antunes, uno de los más destacados escritores de la actual literatura portuguesa, nació en Lisboa el año1942. Al finalizar sus estudios de Medicina, se hallaba Portugal enfrascada en una guerra difícil, larga y cruel en defensa de su antigua colonia de Angola.

En 1 9 7 1 , a los 28 años y recién casado, Lobo Antunes recibe la orden de incorporarse al ejército y, en calidad de médico militar, cumplir las misiones que le fueran encomendadas en los frentes de combate. De forma brusca e inesperada, aquel joven universitario con aficiones culturales y literarias tuvo que abandonar la recién fundada familia para servir a los intereses de su país.

Después de un largo y penoso viaje, por mar y aire, llega a tierras africanas y contempla el horror de una guerra de emboscadas y golpes de mano, que ocasiona numerosas bajas y desmoraliza a los soldados de reemplazo.

Sumergido en el deprimido clima de tensiones y miedos, Antunes vuelca en las cartas a su mujer los sentimientos de dolor, nostalgia de la patria e impotencia, en relación a un conflicto que siente como extraño y carente de sentido. El volumen recoge la extensa correspondencia remitida por el autor a su mujer durante los años 1971-1973 , en los que desempeña las funcionesde médico en los distintos puestos militares a los que fue destinado por el mando.

En las cartas, que llevan en la cabecera el dato de la fecha y el lugar desde donde las escribe, refleja con fidelidad y realismo las impresiones suscitadas por el paisaje africano, el modo de ser de las gentes y los sufrimientos de los soldados. En este aspecto, resulta conmovedor el testimonio de aquellos hombres jóvenes y animosos, que arriesgan su vida en un largo conflicto cuyo sentido no aciertan a comprender. El propio Lobo Antunes participa de esos mismos sentimientos, a juzgar por la intensidad y franqueza con que expresa a su mujer la profunda ansiedad personal, derivada de la distancia, la soledad, el clima tropical, la muerte de subordinados y amigos. Se añade, además, la amargura por laseparación del matrimonio, que se le antoja insoportable y angustiosa.

Sensaciones que se agudizan a partir  del nacimiento de su primera hija a la que escribe conmovedoras cartas, a sabiendas de que no podrá leerlas. Con frecuencia pide a su mujer noticias y fotografías de la recién nacida, que, una vez recibidas, le ayudan a mantener vivo el ánimo y la esperanza.

Lobo Antunes se refiere también a las inquietudes poéticas y literarias de la época, atento sobre todo a los nuevos escritores hispanoamericanos, a los que sigue con interés: Julio Cortázar, Lezama Lima, Guillermo Cabrera Infante se convierten en puntos de referencia válidos para orientar su incipiente vocación novelística.

En este sentido, parece evidente que el esfuerzo volcado a través de las «cartas»fuedecisivo y contribuyó a fomentar la actividad creadora desarrollada años más tarde.

Abundan también los comentarios y recuerdos de los felices tiempos vividos en Portugal, junto a padres, hermanos y tíos, a los que dedica frases de entrañable afecto. Con frecuencia encarga a su mujer que traslade sus sentimientos a los interesados, con la esperanza de un pronto regreso.

En todo momento destaca el amor hacia su mujer, a la que ensalza con los más encendidos elogios y considera como el principal recurso para superar las duras condiciones de esos años. Por entonces,Lobo Antunes no era escritor famoso y pretendía tan sólo establecer un puente de unión con la realidad que consideraba parte esencial de su propia vida. Cumplidas sus obligaciones militares, nunca olvidará los años transcurridos en Angola,donde, para bien o para mal, fue testigo presencial de unos hechos que suscitaron unas vivencias que le acompañarán a lolargo de su trayectoria humana y literaria.