Marciano Escutia
Las razones de Steven Pinker (II)
Hemos comprobado tanto a lo largo de El mundo de las palabras (analizado en el número 119 de Nueva Revista), como de sus otros libros, que Steven Pinker es un defensor acérrimo de la existencia de una naturaleza humana estable detrás de una serie de propiedades cognitivas, en contra del modelo estándar de las Ciencias Sociales, el predominante en los ambientes académicos norteamericanos y que, básicamente, postula que, a diferencia de la animal, rígidamente controlada por la biología, la conducta humana viene determinada por las distintas culturas, sistemas autónomos de símbolos y valores que varían entre sí arbitrariamente y sin límite alguno y que se adquieren a través de modelos de comportamiento.
Las razones de Steven Pinker
Si hubiera que decir quién es el lingüista de mayor prestigio y nivel intelectual —en el sentido de lingüista científico, es decir, aquel que estudia y describe la capacidad humana del lenguaje, siguiendo la estela iniciada por Noam Chomsky, no el clásico «experto» al uso que nos corrige y amonesta sobre cómo hemos de hablar correctamente y que mejor sabe divulgar sobre el conocimiento científico del lenguaje, probablemente apostaría por Steven Pinker, quien lleva publicados tres auténticos best-sellers sobre el tema en los últimos catorce años.
Norteamérica dividida
De cómo los estadounidenses de dividirían no entre creyentes y no creyentes, una división quizá más europea, sino entre dos grupos que discrepan respecto al papel de la religión en la vida pública.
Teísmo y secularismo, una división política de la nación
Análisis de las comparaciones entre la sociedad americana y la europea, en temas políticos y religiosos, que se han hecho en The Public Interest