José T. Raga

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Catedrático de Economía Política y Hacienda de la Universidad Complutense.

El capitalismo en la Doctrina Social de la Iglesia

Juan Pablo II valoró de forma positiva el capitalismo si por él se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado y de la propiedad privada. Para ello es necesario la consiguiente responsabilidad de los medios de producción y la contribución de la libre creatividad humana en el sector de la economía.
Nueva Revista

Política energética, la gran ausente

No cabe esperar del orden espontáneo la solución de problemas económicos de mercado, en ausencia de un mercado en libertad. Es decir, que aquella entropía, aquella fuerza interior que era perceptible en el sistema de economía libre, y que Adam Smith la representara en la imagen de la «mano invisible», como instrumento capaz y más eficaz, para gobernar el mundo económico, se desvanece ante un mercado regulado, ante un mercado intervenido, cualquiera que sea el campo en el que se produzca la intervención. En estos casos, es el artífice de la regulación, el que debe de arbitrar los instrumentos para que la regulación quede sin efecto (es decir, desregular) o bien asumir que la regulación sea capaz, al menos, de producir los efectos deseados, con tanta eficacia como lo habría hecho la libertad de mercado.Una regulación que prefiera vivir de espaldas a la realidad, o que permanezca en estado letárgico cuando las condiciones del mercado en el que interviene se alteran con extraordinaria rapidez, está lejos de poderse considerar parte de una política económica, convirtiéndose, por el contrario, en una rémora para los objetivos económicos de una comunidad. Esto, que es siempre grave, se acentúa de manera extraordinaria, cuando el mercado sujeto a intervención, lo es, de un bien o de un recurso de notable importancia, por su dimensión o por su influencia en la configuración de otros bienes finales o intermedios, de los que mayoritariamente se abastece la población.La energía es un recurso que cumple con creces estas dos características de manera simultánea. Pues, resultaría difícil, cuando no imposible, vislumbrar hoy un bien o una mercancía de las que están presentes en el mercado que no lleve incorporada una parte, quizá sustantiva, del recurso energético. En general, las actividades de las economías de consumo, así como las que se desarrollan en las economías de producción o en la propia economía del sector público, se ven acompañadas de la participación de la energía, en sus diversas formas y aplicaciones.En este sentido, merecería la consideración de «recurso estratégico». Denominación que uso para la mejor comprensión de su importancia, pero a la que presento todas mis reservas, pues, al abrigo de lo estratégico, se han producido las intervenciones más delirantes en el mundo económico. Apelando a esta justificación dogmática para encubrir la irracionalidad de una medida reguladora o interventora, se han podido producir daños al sistema económico de muy difícil reparación.El sector energético en España se desenvuelve en un marco de regulación torpe, anquilosada y contradictoria con los intereses de la economía española y de los españoles. Ello, evidentemente, si es que podemos cifrar como interés de ambos el disponer de energía abundante, segura, de calidad y a precio competitivo. En ello, y en ausencia de mercado, juega un papel de suma importancia la administración de los precios, las autorizaciones requeridas para la suficiencia de las instalaciones productivas y la capacidad y seguridad de las infraestructuras de transporte en todos los casos de modalidades energéticas.En cuanto a seguridad, hay hechos recientes...
Nueva Revista

La cooperación sin restricciones, una exigencia

El autor hace referencia a los programas de movilidad estudiantil y profesoral en el seno de la Unión Europea, sobretodo entre países iberoamericanos y Europa.

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Las fusiones bancarias, medio o fin

La progresiva globalización de los fenómenos económicos significa no sólo la universalización de los parámetros que intervienen en toda decisión empresarial, sino también la «politización» de la dirección de estas instituciones económicas. La fusión de dos entidades financieras tiene dimensiones y perfiles políticos. José T. Raga analiza estas implicaciones en el primero de los panoramas de esta sección. La creación del «espacio euro», por otra parle, ha privado a los Estados nacionales soberanos de un elemento que fue clave en las políticas económicas: la política monetaria. Francisco Cabrillo explica cómo proceden ahora los Estados europeos que han transferido a la institución europea el dominio sobre sus respectivas monedas nacionales. Para terminar, la última Ley de Presupuestos de esta Legislatura pone —así lo señala Pablo Vázquez— el punto final a una política económica que ha logrado importantes avances laborales y sociales.

Nueva Revista

Los Presupuestos Generales del Estado para 1999

Desde que los Presupuestos del sector público dejaron de ser considerados como una simple cuenta en la que anotar ingresos y gastos de las Administraciones Públicas, para convertirse en un plan de acción económica a través del cual conseguir los objetivos prioritarios para una sociedad, la presentación, contenido y discusión de éstos constituye, si se me permite, el acto estelar de definición de política económica que un gobierno en su formulación, y el poder legislativo en su aprobación, pueden realizar a lo largo de un año.