José María Beneyto

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Abogado. Diputado del Partido Popular
Nueva Revista

Preámbulo

¿Cuál es la circunstancia con la que debemos contar en los próximos años, qué tendencias de futuro se vislumbran en el horizonte inmediato? Para analizar la realidad en la que nos estamos moviendo, es preciso verla en su perspectiva, en su kairós, y sentar las bases para obrar en consecuencia.

Oyo usted hablar alguna vez de Maastricht

La serpiente fuera del túnel: de Maastricht al post-Maastricht Como en las mejores películas de los hermanos Marx, el discurso sobre Maastricht se ha convertido en una incontenible verborrea, en la que todo cabe y cada vez se dice menos. ¿Qué no ha sido ya, y, sobre todo, qué puede ser todavía "Maastricht"? En un momento pareció que Maastricht se transformaba en el caballo de batalla de británicos y euroescépticos varios contra la creación de un formidable super-Estado bruselense, dominado por la batuta de esa perfecta encarnación de la conspiración gálica con la que se ha pretendido identificar a Jacques Delors. En otro momento, Maastricht aparecía como catalizador de nuevos frentes de opinión a lo largo y a lo ancho de la geografía europea. Han surgido, así, legitimistas del Estado soberano francés o del marco alemán; federalistas de nuevo cuño, tan audaces como para desenterrar del baúl de los olvidos el muy folclórico principio de subsidiaridad y convertirlo tácticamente en el eje de la reordenación de las relaciones entre las instituciones comunitarias y los Estados miembros; tecnocratas de salón deseosos de asegurar la sacrosanta función motriz de la Comisión o la no menos inviolable independencia del futuro Banco Central Europeo; en fin, políticos y funcionarios españoles dispuestos a reducir los objetivos de la construcción europea a un problema de cómo quedarse con un trozo más grande del pastel. Símbolo político Como todo buen símbolo político, Maastricht ha concertado fobias y filias, suspicacias frente a los vecinos (sobre todo, si el vecino se llama Alemania) y oportunidades de escoriar desagravios históricos o económicos. Y como todo buen precipitado de procesos políticos, Maastricht ha puesto en primer término cuestiones fundamentales sobre la unificación europea, sobre las competencias de las instituciones comunitarias y sus límites, y sobre las repercusiones de la futura Unión Económica. En realidad, la actual devaluación de Maastricht ha sido la contrapartida de su propio éxito inicial. Maastricht empezó cabalgando sobre la euforia de la realización del mercado único, acompañado por el ciclo alcista de la segunda mitad de los ochenta y el fin de la guerra fría. Ha acabado siendo víctima de la recesión económica, del nuevo (y quizás excesivo) peso político asumido por la Comisión, y del coste de la unificación alemana. El proceso asociado con Maastricht consigue en un principio fundamentalmente tres cosas: 1. Fijar como irreversible el proceso hacia la unidad económica y la creación de la moneda única en torno a un Banco Central Europeo, que podrá fijar independientemente la política monetaria y únicamente estará sometido a las directrices generales que en política económica emanen de los Estados miembros reunidos en Consejo Europeo. 2. Como doble corolario de la fijación de los objetivos y plazos de constitución de la unión monetaria, fundamentalmente ligados a la contención del déficit público y de la inflación, se alcanza: a) la determinación de programas de convergencia, propuestos por los Estados miembros y aprobados por las instituciones comunitarias, con lo que se comienza a trasladar a éstas esenciales competencias estatales en la planificación y coordinación económicas; y b) el compromiso...

Más transparencia, más eficiencia, mayor control democrático

El autor ha referencia a la exigencia de la reforma de la Unión Europea de volver a reflexionar sobre los fundamentos que dieron origen al proceso de integración y sobre la finalidad de construir una auténtica democracia europea.

La nueva forma politica de Europa

Desde el Tratado de Maastricht, la dinámica de la integración europea ha experimentado un cambio fundamental. Maastricht fue el primer intento de encontrar una solución para el fin de la guerra fría, la caída del muro de Berlín y la unificación alemana. La antigua Comunidad Europea se transformó así en un germen de unión política europea. Pero la reciente Cumbre de Niza ha vuelto a poner de manifiesto la insuficiencia de las soluciones parciales que se han intentado adoptar ante el problema de la reorganización política de la UE. Insuficiente se manifiesta también el método funcional de la integración progresiva, basada en la creación del mercado único y su extensión a la política monetaria común. Se trata ahora, según José María Beneyto, de lograr una integración supranacional de las soberanías estatales de la que éstas, por paradójico que pueda parecer, saldrán reforzadas.

La comisión y la crisis de supranacionalidad

LA DIMISIÓN EN BLOQUE de la Comisión Europea constituye una novedad política e institucional cuyo alcance va mucho más lejos que las primeras reacciones, entre sorprendidas y satisfechas, de los medios de comunicación europeos.

Auschwitz, Berlín, Europa

Sobre la tragedia alemana, considerada hoy como tragedia colectiva europea. De cómo afecta su difícil historia al resto del continente. 

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De Versalles a un mundo en busca de nuevos equilibrios

Antonio Truyol Serra nació en Alemania el 4 de noviembre de 1913. Sus padres, mallorquines, se dedicaban al comercio. Su infancia y adolescencia transcurrió en diversos países, regalándole un dominio envidiable de unos cuantos idiomas.
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Contra la globalización

El autor de este texto utiliza el concepto de gnosis para designar la Filosofía de la Historia entendida como un sistema completo y cerrado que asimila y neutraliza el problema del mal en el mundo. Desde este punto de vista, han existido tres gnosis: la primera se corresponde con el movimiento gnóstico de los siglos próximos al comienzo del cristianismo; la segunda es el idealismo alemán que culmina en Hegel; la tercera -y en ésta se centra en particular el artículo— la hallamos en la globalización promovida por el pragmatismo americano y la actual fase de desarrollo del capitalismo. El artículo exponesus características y advierte de sus peligros.