José Jiménez Lozano

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Escritor. Premio Cervantes.

Cantata. «Las edades del hombre»

CANTO DE LA HILANDERA HILANDERA Cuando no había invierno, ni tempestad, ni viento, ni cristales de hielo sobre la rosa y el gorrión, entonces yo no hilaba junto al fuego mortajas ni pañuelos para el llanto; sólo manteles de festín, vestidos de desposada y púrpura para los majestuosos hombros del mendigo. Bien me acuerdo de las manzanas de oro que guardaba tan rojas y olorosas. ¡Y tengo tantos años! ¡Edad tan avanzada! Voy a morir, y era una niña entonces. CORO ¡Consuélate, mujer! El pan es negro en el exilio, pero pan. El árbol aún está enhiesto y no será cortado. II CANTO DEL LEÑADOR LEÑADOR Y a vosotros, desnudos chopos bajo el cendal de niebla que el sol levanta con un antiguo rito como el esposo el velo de la novia ¿quién os premiará por vuestros oros, vuestros tonos azules o rojizos, grises, verdosos y de color tabaco? ¿ Quién levantará acta de la sombra que disteis, del regazo, del nido que acogisteis en vuestros altos brazos? Vosotros sois, ahora, como lanzas de la rendición del tiempo en el otoño, y vuestras hojas por el viento son arrastradas como cadáveres de pájaros. El hacha ha sido puesta al nacimiento de vuestra construcción, y la madera gime. La pobre hierba seca nada puede, la liebrecilla aguza su mirada invernal, y el oscuro topo adormecido en su agujero recuerda lo que no vio en el mundo. Devastación y furia huracanada, abatimiento y cierzo caen desde lo alto. CORO ¡Agita el hacha y que fulgure, pero no cortes, ni destruyas! ¡Espera aún, espera! III CANTO DEL ASTROLOGO ASTRÓLOGO Sube a la torre, al teso, a la montaña, hazte una escala de esparto y mira cómo se alzan la bóveda y el muro de la noche como una morada de cristal para el gigante Orion, las Pléyades, Aldebarán y el dios azul y antiguo que se llamaba Shotis y traía las aguas. El gallo resquebraja los quicios del palacio nocturno con su grito de plata a la mañana, y la mañana llega en su rojizo carro, solemne y victoriosa. CORO ¡Mira hacia Oriente, mira! IV CANTO DEL PASTOR PASTOR Apenas quedan hojas en la zarza silvestre y están moteadas con puntitos negros: la artera mariposa de la muerte ha puesto allí sus huevos, y las cabras plantean interrogaciones con sus rostros de rabino o de doctor que se lamenta. El sol roza esas hojas y allí enciende las gotas de rocío como candiles. No me atrevo a mirar, no sea que muera. Otros han muerto. CORO ¡Descálzate y no mires, mientras la zarza arde!. Es un instante. CANTO DE LA POSADERA POSADERA Ni un pájaro vuela en la mañana, ni un gorjeo se oye: acíbar en la piedra del pozo y el ruido de la máquina que lava los platos. La mesa puesta y no hay nadie en la posada, el buey y el asno han sido desvelados por el hielo. Esperábamos que un peregrino se sentase al fuego, pero estamos solos, y el poderoso César quiere saber el nombre que nos pertenece. CORO ¡Acércate, no es César, sólo es un niño! ¿No le oyes llorar? ¿No tienes ropa? POSADERA ¡Hilandera! VI CANTO DE LA HILANDERA CORO Y luego fue creciendo, y creciendo, y creciendo hasta la edad del hombre. HILANDERA Y todos guardaron su memoria aunque algunos temían a los príncipes porque él ponía las manos sobre la cabeza de niños y mujeres leprosos. Y pasó, luego, mucho tiempo en el reloj de arena y sucedieron las mismas cosas en el mundo pero nuevas porque, cuando ya el hombre tenía su estatura, la sucia muerte huyó con sus harapos e insignias. Por primavera fue, cuando hacer la...
José Jiménez Lozano

La dignidad humana

Un relato del escritor y premio "Cervantes" José Jiménez Lozano.

Personas y lugares en San Manuel Bueno, mártir

El texto de don José Jiménez Lozano sobre la novela de Unamuno es una reescritura de la conferencia que pronunció en la Universidad Francisco de Vitoria el 10 de octubre de 2008: su aceptación de la investidura como doctor honoris causa de aquella. Nuestro agradecimiento es doble: al autor y a las autoridades de esta universidad. El texto va desde la primera línea in medio res; con un primer párrafo para valientes que nos descubre a un Unamuno y un mundo, quizá olvidados. El premio Cervantes concentra su intervención académica especialmente para Nueva Revista. Ya sabe cuánto se lo agradecemos.

Mantener en pie una memoria

Las cosas guardan memoria de hombre: toda esa realidad que llamamos "patrimonio histórico-artístico" no es primordialmente un "tesoro" o una "posesión" decorativa, sino el único suelo sobre el que podemos poseer una identidad y sentirnos parte de una herencia común con otros hombres.