José Javier Etayo

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De las porporciones y sus malos ejemplos

Ilustres filólogos dan, de cuando en cuando, toques de atención sobre el mal uso que se hace del idioma en los medios de comunicación ¿Por qué, pues, no atacar también con idénticas armas los errores de matemática elemental que tan a menudo se cometen? En cosa de diez días, y al hojear distintos periódicos, tres notas me saltan a los ojos. Era justamente un momento en el que andaba dubitativo buscando un tema que satisficiera los deseos de los compañeros que amablemente me solicitaban esta colaboración: Que sea algo asequible a todos; que a los matemáticos, cuando escribís de vuestras cosas, no hay quien os entienda. Pues difícilmente, pensé, encontraré algo más común que glosar o apostillar lo que leemos en la prensa; y hasta me parece demasiado ligero para una revista cultural. Estas eran las notas entresacadas: (A) Estoy ante unos libros muy bellos... Formato rectangular, de clásica proporción áurea (ancho, dos tercios de alto). . (B) El sector turístico sigue mostrándose extraordinariamente receloso: tan sólo un 9 por 100 de consultados entiende que va a mejor, un 35 por 100 entiende que anda igual y el 87 por 100 que se ve peor... . (C) El Gobierno ha aprobado, a solicitud del Consejo Superior de Deportes, una rebaja del 400 por ciento en el Impuesto de Actividades Económicas para federaciones y para clubes no profesionales. Esto supone que si antes se pagaban 100.000 pesetas de impuestos, ahora sólo habrá que pagar 5.000. . Comentar esto acabaría por dar la razón a Amando de Miguel, que decía no tener mucho respeto a los números, mentirosos como son. Muy en especial cuando los números se enjaretan en tos trabajos periodísticos, suceso cada vez más frecuente. La divina proporción Empezaremos por la noticia (A), sin duda la menos reprobable. El rectángulo de que se habla en ella es sólo aproximadamente áureo. Para que lo fuera, el cociente entre la altura y la anchura, que aquí es 1,5, debería haber sido un raro número, 1,61803..., o, si prefieren su valor exacto, (l+V3)/2. Parece aceptarse universalmente y se han llegado a hacer estadísticas de opinión, que el tal rectángulo áureo es el de más bellas proporciones: el rectángulo más perfecto, para un Luca Pacioli a caballo entre los siglos XV y XVI cuyo nombre y su obra sobre La Divina Proporción no pueden eludirse al hablar de estas cosas. Y, en efecto, pintores y arquitectos, desde los griegos o Leonardo a Mondrian y Le Corbusier, han sacado partido de las propiedades del rectángulo de oro; por ejemplo, de que al dividir este rectángulo en dos trozos, un cuadrado y otro rectángulo, también este último es un rectángulo áureo. Así encontramos sus proporciones en los templos dóricos singularmente en el Partenón y en su distribución en partes, o en capiteles corintios y compuestos,... Pero ¿por qué?, ¿de dónde sale ese número? Ya Euclides habla de la media y extrema razón, y la define. Dividir un segmento en media y extrema razón, lo que en el Renacimiento se vino a conocer por...

Del nueve al tres y me llevo una

La transformación de lo que a partir de ese momento te
rodeará es el símbolo de lo que te estoy diciendo, su prueba
del nueve, su regla del tres, la fehaciente demostración.

Fernando Sánchez Dragó

Con las cifras se llega a demostrar todo.
Thomas Carlyle

Nueva Revista

Entrevista a Sixto Ríos

«PRACTICO EL DEPORTE DIARIO DE INVENTARME PROBLEMAS Y RESOLVERLOS»


José Javier Etayo y Ángel Ramos