A continuación, les ofrecemos una selección.
· ¿En la onda? Mejor en lo hondo.
· Nuestros despistes suponen un juicio de valor.
· Las agujas del reloj, cuando se cruzan, se dicen: “¿Qué, a dar una vuelta?”.
· Intentar que las cosas se atengan a nuestra idea como las dunas a un mapa del desierto.
· Mercaderes de ideas: su ideal de debate es la Bolsa.
· Nuestro canto no resuena en ninguna cúpula, ha de erigir la cúpula.
· Cuando sacan el insecticida, ¿qué se le pone a la mosca detrás de la oreja?
· El exceso puede ser de moderación.
El fin no justifica el tedio
· La obsesión por cuantificar esconde, en 87 de cada 100 casos, una forma de inseguridad.
· El nihilista ya no milita, constata.
· No se pierde la fe, se cambia de dioses.
· Fue a tomar un café con los amigos y acabó en una terapia de grupo.
· Los principios, como el maquillaje, se notan más cuando no están.
· El naufragio sólo es otra singladura.
· La vida es un juego cuyo objeto consiste en averiguar cuál es el objeto del juego.
· Se requiere mucha tinta para vencer la persistencia de la primera impresión.
· En la decepción hay una pedagogía.
· Obstáculo: (sust.) dícese del pretexto que concedemos a nuestra pereza.
Perder la cabeza, como las cerillas, por un simple cigarrillo
· Que nada te empañe la lucidez de verlo todo empañado.
· Todas las opiniones son respetables salvo ésta.
· Hace falta mucha astucia para conservar intacta la inocencia.
· Se escucha un consejo como se lee un libro subrayado por otro.
· El infiel compulsivo sólo tiene que pensar que cuando está con su mujer es infiel a todas las demás.
· Un nuevo rico es un tipo que no sabe gastar el dinero que tiene. Un aristócrata es un tipo que sabe gastar el dinero que no tiene.
· Lo increíble es que sea el periodismo el que tenga mala prensa.
· Siempre tememos que se formen de nosotros una opinión equivocada. Deberíamos temer que se formen la opinión correcta.
· En el mercado de la vida el fresco es el pescadero, no el pescado.
· En grandes dosis, el desencanto es un virus. En pequeñas, una vacuna.
· La diferencia entre el pesimista y el cretino estriba en que el segundo se alegra de tener razón.
· Todo el mundo cree en las estadísticas, pero nadie se siente incluido en ellas.
· Lo que realmente demuestra tanta teoría moderna es nuestra capacidad para equivocarnos del modo más brillante posible.
· A algunos les concederían la nulidad de inmediato. Aunque no estén casados.
· Mantener en pie el espejismo de la utopía sirve para no tener que cambiar nada en el desierto.
· Nada como una exhortación para desbaratar un buen ejemplo.
· Una renuncia sólo consiste en la sensatez de aceptar de antemano una pérdida.
· Los otros están ahí para recordarnos que los espejos mienten.
· A falta de luz propia no es poco, como la luna, reflejar la ajena.
· El buen maestro enseña a no necesitar maestros.
· ¿Conciencia tranquila? Una contradicción en los términos.
· Saber que el espejismo lo es no cambia al espejismo. Cambia nuestra relación con el espejismo.
· Un silencio a tiempo puede ser lo más elocuente.