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El camino de Shéjtel —un formidable artista— es la historia de la transformación de un patito feo en un hermoso cisne. Su vida es el reflejo de la historia y la cultura de Rusia en el siglo XX. La familia de Shéjtel era de procedencia alemana: sus antepasados llegaron a Rusia en la mitad del siglo XVIII, se establecieron en Sarátov, donde montaron un negocio y también se ocuparon de actividades culturales. Así, el tío del futuro arquitecto, que también se llamaban Fiódor, creó en Sarátov el primer club literario- musical, al que posteriormente se añadió el parque de entretenimiento y teatro de verano Tívoli. Desgraciadamente, en la madurez de Fiódor Shéjtel murieron su tío y su padre, y la familia se encontró en la ruina. Fiódor Shéjtel, junto con su madre y hermanos, se trasladaron a Moscú bajo el cuidado de amigos y conocidos. Vivían en la pobreza, y a partir de los diecinueve años Shéjtel tuvo que trabajar para poder vivir independientemente. Pero, al parecer, estas duras condiciones de vida no hicieron sino avivar aún más su talento, que desarrolló simultáneamente en varios ámbitos: arquitecto, artista de teatro e ilustrador. En particular, tuvo amistad con los hermanos Nikolás y Antón Chéjov, colaboraba con ellos en las revistas humorísticas El Despertador y El Grillo, e hizo el diseño para el libro de Chéjov Cuentos estridentes.

El maestro empezaba a proyectar ansiosamente cualquier tipo de construcción: palacios, casas de alquiler, bancos, centros comerciales, oficinas e, incluso, estaciones de ferrocarril. La verdad es que sería muy difícil imaginar Moscú sin la arquitectura de Shéjtel: la estación de trenes Yaroslávsky, los palacios de Morózova, Ryabushinsky, Derozhínskaya, sus propias mansiones en el callejón de Ermoláyevsky y Bolshaya Sadóvaya, la casa de alquiler en la esquina de la calle Známenka y el callejón Starovagánkovsky, el centro comercial de la Compañía de Seguros de Moscú en la plaza Antigua y tantos otros. En el registro de edificios de Moscú figuran unos sesenta proyectos arquitectónicos, obras del célebre artista. Si se suprimieran del entorno urbano de la capital, inmediatamente desaparecerían los rasgos artísticos que dan un aspecto peculiar a la ciudad.

La cualidad principal de la obra de Shéjtel es la constante evolución. Eso explica la incesante búsqueda creativa y la diversidad de sus proyectos. En cada nueva obra se encuentra una nueva y experimental revelación.

Shéjtel fue autor de muchos proyectos arquitectónicos, pero todos ellos modernistas. A lo largo de toda su vida perteneció al modernismo, movimiento artístico que no duró mucho, pero que, al mismo tiempo, fue uno de los estilos más espléndidos y contradictorios en el arte mundial; un estilo con una ideología compleja, con su propia simbología, significado y con sus múltiples «peros»… Las dimensiones peculiares de sus construcciones, las hermosas y suaves líneas, la fluidez de los volúmenes, el ritmo musical de las plantas y ventanas, la atención a los detalles, la relación entre el interior y el exterior son características bien conocidas por los especialistas en el modernismo y en la obra de Shéjtel. Pero, entre todas, me gustaría señalar una característica peculiar de su genio: una percepción especial del color.

La visión especial del modernismo respecto del color ha cambiado considerablemente la perspectiva colorista del mundo. No es ningún secreto que cada periodo artístico tenga sus preferencias de color, su lenguaje y armonía colorista. Algunos colores y combinaciones de colores están admitidos y otros se ignoran.

Sin duda, el trabajo de Shéjtel en el mundo teatral influyó mucho en su percepción colorista. La concepción de la arquitectura ligada a los decorados escénicos siempre estaba presente en sus obras. Anteriormente, ninguno de los arquitectos había recurrido a tal cantidad de colores en sus obras. Habitualmente, durante el proceso de creación siempre predominaba la tectónica, la línea, la dimensión y el ritmo. Shéjtel, a su vez, introduce activamente en la construcción de los edificios el color, lo que se puede ver en sus proyectos. La sensación de magia, de algo teatral se traspasa a la arquitectura. Aparecen los tonos morados, violetas, azules y una amplia variedad de matices del verde. Para la decoración de las fachadas, el arquitecto introduce materiales de recubrimiento y fragmentos decorativos, que ayudaron a ampliar la paleta de colores: paneles y baldosas de cerámica y mosaicos, que dan a los edificios unas originales combinaciones de colores, de brillo, de imágenes de flores, peces y animales. Los colores de los mosaicos son llamativos, densos, brillantes; los colores de cerámica son resplandecientes, cambiantes, muy a menudo se entremezclan los unos con los otros. Para la ornamentación, Shéjtel utilizaba no solo yeso liso y de relieve, sino que siempre experimentaba con una gran diversidad de materiales. El arquitecto, en sus proyectos, utilizaba con frecuencia la baldosa y el ladrillo de vidrio satinado. Estos materiales son muy resistentes al mal tiempo y pueden ser de las tonalidades más variadas: rosa, verde, violeta, beige, entre otras.

Siendo un verdadero maestro del modernismo, Shéjtel trabajaba no solo sobre el exterior de los edificios, sino que también proyectaba detalladamente sus interiores, sobre todo de los palacios. Sin embargo, en este artículo, en particular, se comentan unas peculiaridades de los tres proyectos arquitectónicos de Shéjtel.aleksandr_levenson.jpg

Edificio de la imprenta de Aleksander Levensón ( 1900), Moscú, callejón Trejprúdnyi, 9

Fiódor Shéjtel construyó su primer palacio (1896) en la corriente romántica del modernismo. La fachada del palacio está decorada con ladrillo de color naranja ocre. La transformación del cálido ocre —de un tono claro a uno más oscuro— crea un efecto de llama temblorosa en la chimenea. Los tejados de forma cónica hacen que el palacio tenga la imagen de un pequeño castillo. El portal principal está decorado con mosaicos: tres flores de iris sobre un fondo dorado, que simbolizan las tres etapas de la vida —la juventud, la madurez y la vejez—, y el nombre del artista y de su mujer escrito en latín. La simbología se ve incluso en las imágenes y en el color del mosaico. El color púrpura de los iris representa la sensualidad y la ternura. El fondo dorado del mosaico representa el tiempo infinito pero, al mismo tiempo, lo efímero de la vida terrenal.

La estación de trenes Yaroslávsky (1902-1904) es la puerta de la capital rusa, que une Moscú con la ciudad de Arjánguelsk. La estación es un claro exponente de la arquitectura nacional de Rusia y, sobre todo, del estilo arquitectónico propio del norte del país. Las paredes sólidas, las torres de vigilancia monolíticas y los tejados altos dotan al edificio de rasgos grotescos y de monumentalidad. A lo largo del perímetro de la fachada están colocadas tiras de baldosa cerámica de varios colores: marrón cálido, blanco y cian. Su imagen recuerda a la naturaleza del norte de Rusia: la nieve blanca, la tierra marrón, las piedras y el mar azul-verdoso. La impresión general la completan las reproducciones de bayas, peces y osos blancos. El color obtenido por la combinación de contrastes —del marrón cálido al frío verde-azulado—  genera un gran contraste con el resto de los colores, mientras que los elementos decorativos de cerámica provocan visualmente una sensación de tensión y agudeza.

La mansión del emprendedor y mecenas ruso Serguei Petróvich Ryabushinsky es una auténtica obra maestra, proyectada y construida por Shéjtel entre 1900 y 1902. Este edificio es un ejemplo de la corriente irracional del modernismo. El complejo volumen arquitectónico, las múltiples fachadas, las ventanas de diferentes formas y tamaños y varias entradas se completan con un peculiar toque colorista. Debido al ladrillo de beige claro con un brillo muy sutil, las paredes parecen estar libres de cualquier gravedad. Por tanto, el edificio, pese a que tiene la forma de un enorme cubo, parece muy leve. Uno de los frisos, construido en yeso de color melocotón, revela el ritmo irregular del edificio. El otro —de mosaico—, con una imagen de una orquídea y crisantemos, agrega tonos azules, lilas y rosados a la gama de colores de la mansión. Las orquídeas y crisantemos ubicados asimétricamente en el fondo azul celeste del cielo, confieren una peculiar atmósfera emocional y simbólica a la mansión y revela el refinado gusto estético de sus habitantes.moscu.jpg

Dibujo del edificio de la imprenta de Aleksander Levensón construido en 1900

El color desempeña un papel importante en el proceso de creación artística en la arquitectura. Frecuentemente lo podemos ver utilizado ingeniosamente en las fachadas: se «desliza», se «respira», se «derrama». El color de Shéjtel es muy simbólico y evoca la escenografía teatral; habla con el público y está pensado para contemplarlo. Crea una¡ atmósfera especial e invita al espectador a comprender las obras de arquitectura como una performance.

Shéjtel nunca ha sido un artista del lujo, ni tampoco de la corte; simplemente creaba su propia realidad. Dios le concedió un talento y, a diferencia de la mayoría de nosotros, sus sueños y fantasías se convirtieron en realidad en las calles de nuestra capital querida. Desde luego, ha sido un ilusionista incorregible, un buen mago, que escondía su fabulosa naturaleza tras un traje oficial. Porque si no, ¿cómo explicar la estación de trenes Yaroslávsky, que tiene el aspecto de un palacio de madera de los cuentos infantiles y dos frescos gigantes con la imagen de fresa silvestre en su fachada? ¿O el fresco de casi un metro de crisantemos y orquídeas, que envuelve todo el perímetro de la mansión de Ryabushinsky? Las fachadas mágicas de los edificios proyectados por Shéjtel adornan y enriquecen el aspecto urbano.

Shéjtel tuvo la suerte de conocer en vida el sabor de la fama, del reconocimiento y la prosperidad. Sin embargo, su talento y obras no significaron nada para el nuevo poder soviético. El hombre que proyectó decenas de edificios en el centro de Moscú, terminó su vida en la pobreza y el olvido. Ahora lo único que queda como agradecimiento a este genio del siglo XX es la memoria de los descendientes que conocen y aprecian su patrimonio. _

Coordinadora del Departamento de Exposiciones de la biblioteca estatal de Rusia ( Lenin Library). Moscú