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“Rusia libra una guerra contra Occidente, con Ucrania como infantería, pero la superestructura tecnológica es de Estados Unidos” señaló Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, en un debate sobre el conflicto de Ucrania y los riesgos de una escalada nuclear. Argumentó que la UE y la OTAN están concernidas y que está siendo decisivo “el importante apoyo de EE.UU. a Ucrania con armamento, adiestramiento, y la actuación de la inteligencia”

Participaron en el debate Carme Colomina, investigadora principal especializada en Unión Europea, desinformación y política global de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs); y Jesús E. Núñez, codirector de IECAH (Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria). 

La sesión forma parte del ciclo de conferencias Pensar el siglo XXI organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y dirigido por el catedrático emérito de Sociología, Emilio Lamo de Espinosa, vicepresidente de UNIR.

Este introdujo a los ponentes recapitulando las consecuencias de la invasión de Ucrania: miles de muertos, más de 6 millones de refugiados, una importante crisis energética, alimentaria y económica, y una reconfiguración del escenario mundial, con el reforzamiento de la OTAN y del papel de EE.UU. en Europa, así como la debilidad de Rusia que la guerra ha dejado paradójicamente patente; y la incógnita sobre la figura expectante de la China de Xi Jinping.

Luis Simón.

Luis Simón repasó los factores que explican la guerra de Ucrania: el paso de Rusia de una posición defensiva a una ofensiva, tras la cumbre de la OTAN de 2008; la importancia geopolítica que Ucrania tiene para Putin, haciendo buena la frase de Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad del presidente Jimmy Carter “Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio”; la ventana de oportunidad de carácter militar que representa para el prestigio militar de Moscú; y la asimetría de intereses, expresada por Obama, “Ucrania tiene un interés central para Rusia y secundario para EE.UU.”

Pero no es lo mismo “su intervención en Siria, que el ataque a Ucrania, que ha puesto de manifiesto los problemas de su ejército (obsolescencia técnica, desorganización, corrupción)”. Aunque con elementos de “guerra vieja”, el conflicto “tiene un componente híbrido, debido al cambio tecnológico, operaciones psicológicas, ataques cibernéticos, acciones como el  sabotaje de Nordstream 2”. 

Luis Simón, sobre un desenlace nuclear: “Probablemente no lo sabe ni Biden, ni el director de la CIA ni siquiera el propio Putin”

Respecto a si es creíble “un desenlace nuclear”, Luis Simón afirmó que “probablemente no lo sabe ni Biden, ni el director de la CIA ni siquiera el propio Putin”.

Hay argumentos a favor de que el líder ruso recurra al arsenal nuclear: Aunque el uso de armas tácticas tendría costes elevados para Putin, “serían menos malos que la secuencia de una derrota militar y de la caída del gobernante ruso. Este no puede permitirse la humillación y el coste reputacional que supondría perder Ucrania”.  

Pero romper “la vieja norma de la disuasión, imperante desde la Guerra Fría, acarrearía importantes costes políticos internos y externos para Rusia” añadió el experto. Y aunque Putin “da por descontados los terribles costes” que tendría la guerra nuclear para Occidente, “el líder ruso perdería legitimidad” y militarmente sería contraproducente ya que expondría a la radiación a sus tropas y a su propia población. 

Por otro lado, las opciones que tiene el uso de armas tácticas presentan problemas. “Atacar grandes núcleos urbanos de Ucrania, daría la excusa perfecta a Zelenski para redoblar la guerra contra Rusia; y en el campo de batalla no hay objetivos atractivos debido a la dispersión de fuerzas del ejército ucraniano”. 

Carmen Colomina.

Carme Colomina, por su parte, señaló que con “la guerra se ha roto la seguridad con la que vivía Europa; ha cambiado  el paisaje geopolítico europeo y ha llevado a la UE a replantear sus límites geográficos, los límites políticos internos y los transatlánticos». Sin embargo, hay «una voluntad de entenderse por necesidad mutua y esto va más allá de la OTAN«

Carmen Colomina: “En cuanto a  la hegemonía global, se ha producido un cambio de narrativas. La alianza de Rusia y China es una alianza de narrativas”

El gran riesgo que corre la UE es la división ante el conflicto. “Tenemos, por un lado, a los que quieren la paz en Ucrania y, por otro, a quienes dicen que no puede haber un acuerdo injusto con Ucrania”.

“En cuanto a la hegemonía global, se ha producido un cambio de narrativas”, añadió Colomina. “La alianza de Rusia y China es una alianza de narrativas”, frente a la pérdida del relato por parte de EE.UU.

Jesús E. Núñez.

Jesús E. Núñez, por su parte, consideró que el conflicto “terminará con una fragmentación de Ucrania”, ya que ni Putin ni Zelenski quieren ceder. Para el líder ruso “mantener al menos Crimea sería la única opción para seguir jugando en primera división en la escena internacional”. Y  todo eso significa “una prolongación de la guerra”. 

Entre las bazas de Putin está la movilización, los referéndums para defender los territorios anexionados sin perder la legalidad, y la posibilidad de involucrar a Bielorrusia. 

EL RIESGO DE UNA GUERRA CORTA 

“Es preferible que la guerra continúe” señaló Núñez, porque “si es corta es porque, entonces es nuclear”.  Y -advirtió- “no hay armas nucleares pequeñas”, en alusión a las armas nucleares tácticas. Por ahora, tanto a Moscú como a Washington les interesa la prolongación. Putin está esperando que “el mal tiempo ralentice las operaciones, y que la Unión Europea se resquebraje, como consecuencia del efecto económico y energético”.  Y “a EE.UU. le interesa un conflicto largo para degradar y debilitar a Rusia, empantanada en Ucrania”.

Jesús E. Núñez: “Es Rusia quien se ve inferior a la OTAN y por eso recurre a la amenaza como disuasión”

El experto no considera probable que derive en guerra nuclear, “salvo como última opción de Putin”. Las armas nucleares eran un elemento de disuasión que usaba la OTAN frente al Pacto de Varsovia, pero ahora “es Rusia quien se ve inferior a la OTAN y por eso recurre a la amenaza como disuasión”. 

Por otro lado, China no le “aprieta las tuercas” a Putin, porque “tampoco le viene bien el colapso de Rusia, que podría ser muy peligroso”. Y a Occidente tampoco le interesa la inestabilidad de Moscú, porque “si o si tenemos que entendernos con Rusia”

Doctor en Comunicación, periodista y escritor.