Hay mucho que ganar (y que perder) en las elecciones presidenciales del 4 de diciembre del 2005 en la República de Kazajistán. La mayoría de los analistas políticos son cada vez más conscientes de que el proceso de democratización tiene que dar cabida también al pragmatismo y a la modernización del país.
Este año las elecciones en Kazajistán van a tener lugar en un contexto complicado tanto interno como internacional. Por un lado, la campaña electoral no está al margen de los recientes hechos que han tenido lugar en el área postsoviética, conocidos comúnmente como las «Revoluciones de colores»: Revolución rosa en Georgia, naranja en Ucrania y amarilla en Kirguizistán, símbolos adoptados por los grupos de oposición que querían instalar un régimen prooccidental en el poder. Por otro lado, la fecha de las elecciones tiene lugar, accidental o deliberadamente, justo con el momento en que se entra de lleno en un periodo de profundas reformas políticas.
Si bien la situación en torno a los «cataclismos de colores» no plantea dificultades, el panorama interno en el que se está desarrollando la campaña electoral es mucho más complicado. Una de las razones es la aparición de nuevas fuerzas políticas en esta campaña electoral que no existían en las precedentes. Diez personas son candidatas. Entre ellas, al menos tres de ellos tienen serias intenciones de hacerse con el cargo.
VARIOS CANDIDATOS , UN SOLO TITULAR
El principal candidato es el actual jefe de Estado, Nursultan Nazarbayev. Los expertos coinciden en que Nazarbayev tiene las mayores posibilidades de hacerse con un nuevo mandato. Su principal ventaja es que cuenta con la confianza incondicional de la población kazaja, que ha experimentado los beneficios socioeconómicos de las reformas comenzadas por Nazarbayev en 1999. Si tenemos en cuenta que los electores votarán sobre todo pensando en sus bolsillos, podemos suponer que la victoria del actual presidente en las elecciones está casi asegurada.
El competidor más importante de Nazarbayev es el único candidato de la oposición, Jarmakhan Tuyakbai, que fue portavoz de los Majilis (la cámara baja del Parlamento kazajo). Según encuestas recientes sobre las elecciones, Tuyakbai es la figura más prometedora en los círculos de la oposición y por ello es percibido como un oponente serio.
El tercer gran candidato es Alikhan Baimenov, que tiene gran experiencia de gobierno, ya que antiguamente fue jefe de la Administración del presidente. Tras abandonar la Administración, Baimenov se unió a la oposición, y durante los últimos tres o cuatro años ha trabajado a su lado. Su imagen de «oposición constructiva» se vio alterada cuando, a principios de este año, rompió oficialmente sus relaciones con la actual corriente de oposición.
En cuanto al resto de los candidatos al cargo presidencial, hay múltiples razones que hacen de ellos candidatos de segunda categoría. Algunos son «llaneros solitarios» y otros son completamente desconocidos para el electorado y no son sino candidatos supernumerarios. De manera general, este grupo depende de los votos protesta. Así, en un sondeo realizado en primavera cuya pregunta era: «¿Qué votaría usted si las elecciones fueran mañana?», el 70% de los encuestados respondió que darían su voto a Nazarbayev.
ALIANZAS POLÍTICAS CRÍTICAS
Sin duda la situación ha cambiado desde entonces. Ante la inminencia de las elecciones, los actores han estado muy activos. Como resultado, el esquema ha cambiado y la importancia de un segundo puesto en los comicios ha alcanzado una importancia inaudita. La razón principal de este esquema es que si el actual presidente es reelegido, éste sería el último mandato al que podría tener acceso, según la Constitución.
La alineación política se vuelve más compleja en cada proceso electoral debido a los cambios que sufre la elite política kazaja. Varios años de reformas liberales han propiciado una clase media fuerte, cuyo objetivo político es la defensa de sus intereses, y que ha sido capaz de crear una estructura bipolar que juega un rol primordial en el proceso político de la nación.
Las próximas elecciones van a dividir de nuevo el electorado kazajo entre aquellos que buscan reformas profundas y aquellos que se resisten con fuerza a ellas.
LA CONSIDERACIÓN DE LAS «REVOLUCIONES DE COLORES»
El hecho de que las elecciones de este año en Kazajistán coincidan con las revoluciones vividas por una serie de países exsoviéticos obliga a todas las fuerzas políticas del país a dar un aire fresco al proceso de democratización. Lo ocurrido recientemente en Ucrania y Kirguizistán muestra claramente que tales movimientos revolucionarios no sólo no aceleran el proceso democratizador, sino que además crean obstáculos en la modernización de la sociedad.
Es verdad que las posibilidades de que el escenario de Ucrania o Kirguizistán se repita en Kazajistán son remotas. Sin embargo, el proceso político interno de Kazajistán tiene características comunes con sus vecinos.
En Kazajistán, a causa de un desarrollo insuficiente de la sociedad civil, la participación en masa de la población en los procesos políticos está muy limitada en demasiadas ocasiones. Las decisiones políticas se toman exclusivamente en las elites.
COMITÉ DE ELITES
Como consecuencia, la única manera de evitar la desestabilización política vivida por Ucrania o Kirguizistán es la negociación de las elites, algo imprescindible para llevar a cabo las reformas políticas. La base de tales negociaciones se ha estructurado en torno al Comité Nacional para la Democratización y la Sociedad Civil, dirigida directamente por el presidente. El comité discute y elabora recomendaciones sobre el sistema político para llevar a cabo la democratización del país. El debate del comité está centrado en el desarrollo, la adopción e implementación de normas comunes que regularicen el juego político en Kazajistán —incluyendo las elecciones presidenciales—.
La velocidad con la que Kazajistán se democratice no es lo más importante. Considerando los intereses de todos los actores políticos, el progreso de Kazajstán hacia la democracia será pronto irreversible.
Historia esencial de la República Desde 1870: conquista rusa. Instalación libre de los agricultores rusos en 1889. 1936-1991: República Socialista Soviética plenamente integrada en la antigua URSS 1990: Declaración de Soberanía1991: Declaración de Independencia 1992: Miembro oficial del IMF, BERD, ADB 1993: Relaciones diplomáticas entre Kazajistán y la UE. Primera constitución kazaja. El tengue se declara moneda oficial del país. Miembro oficial de la OSCE. 1994: Nacimiento de la CEI (Comunidad de Estados Independientes). Kazajistán firma con Uzbekistán y Kirguizistán el Pacto de Unión de Asia Central. Primeras elecciones con representación de partidos. 1995: Segunda Constitución de Kazajistán. 1998: Se traslada la capital a Astaná. Congreso de las Fuerzas Democráticas en Kazajistán. 1999: Nursultan Nazarbayev es elegido presidente de la República. 2003: Congreso Mundial de las Religiones. Moratoria de la pena de muerte. |