Cómo y por qué millones de personas han hecho de la IA su asistente personal

ChatGPT se usa sobre todo para apoyar la toma de decisiones y más del 70 % de los mensajes no están relacionados con el trabajo

Una de cada diez personas utilizan ya la IA como asistente personal. Imagen: ChatGPT
Una de cada diez personas utilizan ya la IA como asistente personal. Imagen: ChatGPT
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En el artículo How AI became our personal assistant, Dan Clark y Caroline Nevitt explican en el Financial Times el modo en que la inteligencia artificial se ha convertido en nuestra asistente personal. Millones de personas han dado ese paso casi al unísono, en unos pocos meses, a una velocidad de adopción que ha superado con creces la que vivimos cuando internet llegó a nuestras vidas. 

Más de 18.000 millones de mensajes se envían cada semana a ChatGPT. En solo tres años, el ingenio de OpenAI ha sido usado por más de una de cada diez personas, con un ritmo de adopción asombroso.

Para qué usamos la IA

El auge es evidente para todos, pero hasta ahora sabíamos muy poco sobre algo esencial, para qué utilizamos las nuevas herramientas y modelos de lenguaje. Tras analizar los datos de OpenAI y otras compañías, la primera conclusión del diario británico es que, desde profesores a desarrolladores web, medio mundo ha abrazado la IA como su asistente digital.

Los datos de uso de ChatGPT muestran también sobre qué conversan con los usuarios. La tutoría y la enseñanza representan el 10 % del total. Las tareas de escritura, como la edición y la traducción de textos, ocupan el segundo lugar. En tercer lugar, pero con la mayor tasa de crecimiento, se sitúan las búsquedas de información; ChatGPT se usa cada vez más para encontrar recetas, productos, personas y noticias. Esto último no es tan positivo, ya que supone una amenaza directa para los motores de búsqueda tradicionales y para las empresas que crean contenido editorial. Ya hemos contado por aquí de qué modo la IA está matando la web

Poco uso profesional

Hace muy poco tiempo de ello, pero es notorio que el uso multimedia también se disparó tras la incorporación de la generación de imágenes, en abril de 2025. En cambio, las consultas técnicas o de programación, uno de los primeros usos principales, se redujeron a la mitad. Los mensajes personales representan alrededor del 4 % y los de reflexión o consejo emocional, el 2 %, una faceta que también representa ciertos riesgos.

Según Ronnie Chatterji, economista jefe de OpenAI, los datos muestran que ChatGPT se usa sobre todo para apoyar la toma de decisiones y que más del 70 % de los mensajes no están relacionados con el trabajo. «La gente usa la IA para apoyar sus decisiones y para estar mejor informada sobre lo que hace», dijo, aunque añadió que su uso se ampliará a tareas que aún no imaginamos.

La mayoría dan por buenas las sugerencias de la IA

Claude, el modelo de Anthropic, presta servicio a más de 300.000 empresas, la mayoría en tareas informáticas o de programación. Google anunció en julio que sus resúmenes de búsqueda con IA tienen más de 2.000 millones de usuarios mensuales en más de 200 países y 40 idiomas. Otro dato muestra la confianza creciente de los usuarios en estas herramientas: el 70 % de quienes usan su función «ayúdame a escribir» en Docs o Gmail aceptan la sugerencia.

El aumento de la importancia de la inteligencia artificial está fuera de toda duda. En mayo, Mark Zuckerberg declaró que su asistente en Meta alcanza ya los 1.000 millones de usuarios mensuales. Microsoft asegura que Copilot supera los 100 millones. Las inversiones de las grandes tecnológicas no parecen tener fin. El gasto empresarial en este campo representa ya el 40 % del crecimiento del PIB estadounidense.

Uso oculto de la IA

Sin embargo, la revolución en las empresas no ha sido tan profunda como entre los usuarios individuales. Estos, de hecho, usan la inteligencia artificial en su entorno laboral de un modo casi clandestino. Según una investigación de MIT Media Lab, dirigida por Aditya Challapally, existe una «economía oculta», en la que los empleados usan herramientas para automatizar partes de su trabajo sin la aprobación de sus jefes.

Por el momento, los datos sugieren que la IA es sobre todo una herramienta individual de productividad, tanto en el trabajo como en la vida personal, más que el disruptor empresarial que muchas tecnológicas habían previsto.

Es curioso también otro dato publicado por Anthropic: el ámbito geográfico es determinante en el uso de la inteligencia artificial. Hay un ejemplo que permite entender la causa con facilidad: en Estados Unidos, las conversaciones sobre tecnología predominan en California, mientras que las consultas sobre servicios financieros son especialmente relevantes en Florida y la edición de documentos y la ayuda laboral son el último grito en Washington D. C.

En España, el 39,7% de los trabajadores usan la inteligencia artificial, según datos de Microsoft. En nuestro país, tres preguntas se plantean más que en otros lugares: las relacionadas con solicitudes sobre inmigración y ciudadanía, la creación de iconos e imágenes para sitios web y aplicaciones, y la ayudar para desarrollar sistemas de programación y gestión de calendarios.

La imagen de arriba ha sido elaborada con ayuda de ChatGPT. El artículo original de Financial Times puede leerse en este enlace.