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“No podemos pedir a los estudiantes lo que no seamos capaces de hacer nosotros” señaló el profesor Marvin Berkowitz, codirector del Centro de Educación del Carácter, de la Universidad de Missouri, en la segunda jornada del seminario internacional “Hacia una educación renovadora del carácter”, organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Universidad de Navarra.

Berkowitz, uno de los más destacados expertos en educación del carácter a nivel mundial, subrayó la responsabilidad de los profesores y educadores en general, y la importancia de que su perfil no solo sea académico, sino también ético, ya que “los alumnos aprenden más de lo que haces que de lo que dices”.

«La educación del carácter un modo de ser y, especialmente, un modo de ser con los demás»

Indicó en su exposición que “carácter en griego es dejar una marca”;  que el buen carácter “consiste en entendimiento (head), motivación (heart) y  acción (hands) conforme a los valores éticos fundamentales”. Y definió a la educación del carácter como «un modo de ser y, especialmente, un modo de ser con los demás».

Enfatizó, en este sentido, su aspecto medular en la formación de una persona: «no se puede no educar el carácter». La mera presencia de un adulto repercute en el carácter de los niños. Significativamente lo que más influye en la forma de ser a la que ha llegado una persona desde menor hasta adulto “no son las recompensas o los estudios, sino los padres, los profesores, o la pertenencia a una comunidad”.  

SEIS PRINCIPIOS PARA TRANSFORMAR LOS CENTROS EDUCATIVOS

Para lograr el desarrollo del carácter y transformar los centros educativos  en comunidades que cultivan virtudes morales y cívicas, Marvin Berkowitz ha creado la metodología PRIMED,  implantada con éxito en EE.UU., Singapur, Colombia, España o México, entre otros países 

El modelo PRIMED es el acrónimo (en inglés) de seis principios para transformar los centros educativos en comunidades que cultivan virtudes morales y cívicas. Son los siguientes: priorizar (P) la educación del carácter en el propósito y misión del aula;  promover relaciones (R) positivas entre todos los miembros de la comunidad educativa; utilizar estrategias de motivación intrínseca (I) -que no dependan de premios o castigos-; recurrir al modelamiento (M) por parte de los adultos, es decir que éstos sean modelos de virtud para el escolar; promover una educación que empodere (E) a la comunidad educativa (profesores, administradores, estudiantes, padres); adoptar un enfoque de pedagogía del desarrollo (D) impulsando estrategias en función del proceso de maduración de las personas.

Edward Brooks.

También intervino en el simposio Edward Brooks, director del Oxford Character Project, que subrayó la responsabilidad social de las universidades en “un mundo cambiante y necesitado de valores cívicos y morales, y liderazgo”. Recordó que las universidades son “la institución que educa a la población”, como apunta Derek Bok, antiguo presidente de la Universidad de Harvard, en su libro Higher expectations, Can colleges teach students what they need to know in the 21st century?

La necesidad de que la universidad se dedique “a la educación en valores y actitudes, y no solo a la transmisión de conocimientos y al fomento de la ciencia y la tecnología” entronca, afirmó Brooks, con la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo artículo 26.2 comienza señalando que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana”. 

El MIT incluye en su misión como centro educativo formar a los estudiantes “para ser excelentes en sus campos y tener respeto a valores morales”

Según un análisis que ha llevado a cabo el Oxford Character Project entre los objetivos de algunas de las universidades globales más destacadas figuran, “la investigación, el propósito social y desarrollar ciudadanos y líderes para la sociedad”. 

Brooks citó expresamente el caso del Massachusetts Institute of Thechnololgy (MIT)  que incluye en su misión como centro educativo formar a los estudiantes “para ser excelentes en sus campos y tener respeto a valores morales”.

No basta, por tanto, con adquirir conocimiento, competencias y habilidades, sino también valores.  “El carácter se convierte así en uno de los ejes de la educación universitaria. Algo que los estudiantes necesitarán para su trabajo y su vida adulta”.

Edward Brooks es junto con los profesores Brant y Lamb, el autor de las Siete estrategias para la educación del carácter en las universidades.

VALOR PEDAGÓGICO DE LAS EXPERIENCIAS DE GRATITUD

En la tercera jornada del simposio, la profesora Christina Hinton, de The Human Flourishing Program de la Universidad de Harvard, resaltó el valor pedagógico de “las experiencias de gratitud y amabilidad en el aula”. Refirió diversos casos en que los profesores plantean actos de amabilidad y gratitud a los alumnos; les hacen reflexionar e interiorizar el efecto que tiene sobre ellos mismos; y cómo todo ello contribuye a mejorar la calidad de las relaciones.

Christina Hinton.

Por su parte Kristen Pelster, miembro del equipo directivo de CharacterPlus, dedicó su ponencia, sobre La educación emocional y el carácter en la escuela, a exponer con ejemplos cómo esa formación puede convertir a los estudiantes en “líderes del colegio”. CharacterPlus es una entidad fundada en EE.UU. para  promover el desarrollo positivo del carácter en los jóvenes, mediante la colaboración con escuelas, familias y comunidades. 

Al fomentar en los escolares “las virtudes intelectuales, morales y cívicas, se consigue que mejore el rendimiento académico, que se supere el absentismo, y que ellos mismos aporten soluciones creativas” explicó Pelster.

Kristen Pelster.

CULTURA DE DOCENTES Y ALUMNOS

Para ello es necesario “crear una cultura de docentes y alumnos, al servicio de la comunidad”. Al devolver su sentido originario a la educación, la formación en carácter y en liderazgo tiene, además, un efecto estimulante sobre los docentes, “que llegan a sentir la misma ilusión que cuando comenzaron por primera vez a dar clase” apostilló la experta.

Por otro lado, los profesores José María Torralba, Emma Cohen y Vianney Domingo, presentaron en el simposio las actividades del nuevo Instituto de la Universidad de Navarra sobre Humanismo Cívico.

Los profesores Francisco Esteban Bara (Universidad de Barcelona) y Carmen Caro (UNIR) desarrollaron la ponencia Una nueva oportunidad para la tutoría universitaria tras la COVID-19, presentados por el profesor Josu Ahedo. El profesor Juan Luis Fuentes (Universidad Complutense de Madrid) dio otra titulada Investigar sobre educación del carácter: razones y prácticas para una iniciación rigurosa, presentado por el profesor Ibáñez-Martín.

Y Henry May, CEO de Coschool de Colombia, dedicó su intervención a la Educación del carácter en lo macro y lo micro: tres estrategias para transformar las prácticas docentes, presentado por el profesor Miguel Rumayor.

En la última jornada, la mesa redonda Seminarios sobre la educación del carácter contó con la participación de los profesores Adela López, Carmen Ávila (UNIR) y David Luque (Universidad Complutense), presentados por el profesor Josu Ahedo.

Finalmente Alfonso Sánchez y Cristina de Mayo aportaron sus experiencias en el programa The Mark, que propone un proyecto para ser persona, aplicable a alumnos de enseñanza secundaria.

El seminario internacional ha reunido en Madrid durante tres días a especialistas en educación del carácter procedentes, entre otras instituciones, de las universidades de Rochester, Oxford o Harvard, para reflexionar sobre los objetivos básicos de la educación, expresada durante los últimos años en la defensa de la educación del carácter.