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“El conocimiento es el gran recurso productivo del siglo XXI” aseguró José Antonio Herce, profesor titular de Economía en la Universidad Complutense de Madrid, en una sesión sobre pensiones y productividad del seminario “La economía española en los próximos cinco años” celebrada en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). El experto, que es socio fundador de LoRIS (Longevity and Retirement Income Solutions), explicó que ante los problemas de productividad de la economía española, es preciso cuidar el conocimiento y la formación: Distribuir el conocimiento es la forma más eficaz de generar equilibrio social”. 

El seminario está organizado por el Consejo Social de UNIR, y dirigido y moderado por Rafael Pampillón, catedrático emérito de la Universidad CEU-San Pablo.

Este último enmarcó la sesión destacando que “el empleo está creciendo a ritmos más rápidos de lo que crece la producción y eso significa que la productividad está cayendo”.

José Antonio Herce comenzó señalando que en España “la productividad total de los factores -aquella que queda después de repartir el producto de cada ejercicio entre el empleo y el capital-  lleva estancada desde 1995 o antes”. Y que está aquejada por “una anomalía” que no se da en la mayor parte de los países avanzados: “la productividad aparente del trabajo aumenta en las recesiones, porque el empleo cae más rápidamente de lo que cae el PIB, y cae en las expansiones económicas”.

España cuenta con “uno de los peores mercados de trabajo del mundo. En los mejores momentos del ciclo económico, hay una vacante por cada 20 candidatos”

Subrayó que tres son los eslabones principales de la cadena de la prosperidad: “Educación, actividad productiva y pensiones”. Y si descuidamos el primer eslabón, “todo irá mal”. 

En el ámbito productivo, España cuenta con “uno de los peores mercados de trabajo del mundo. En los mejores momentos del ciclo económico, hay una vacante por cada 20 candidatos, cuando en EE.UU, tienen más de una vacante por parado. Lo cual convierte el empleo en España en una rifa”.

Hay otro grave problema con los salarios. “El salario anual medio de los trabajadores más jóvenes ya es menor que la pensión media de jubilación de las nuevas altas del régimen general” indicó.  Y los salarios son pobres porque “la productividad es baja”. 

Respecto al ahorro, Herce señaló, que “en España no se ahorra para la jubilación. Se ahorra en el ladrillo y argamasa, pero el ahorro previsional es insignificante -el 27% del PIB-, frente a otros países como Holanda, que equivale a dos veces el PIB”.  

SOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES 

El sistema de pensiones, por su parte, tiene un problema de sostenibilidad explicó Herce. “Carece de fundamento la creencia de que el problema de las pensiones se resuelve con más productividad” advirtió. Si todo va bien, “mayor productividad significa mayores salarios, y a éstos corresponden mayor cotización, y a ésta, mayor pensión. Luego la productividad es la mejor vitamina para tener una buena pensión”. Pero si “la fórmula de cálculo de la pensión es desproporcionada y provoca la no sostenibilidad del conjunto de las cuentas individuales del sistema, entonces con la productividad tenemos un problema”.  En punto a “sostenibilidad del sistema de pensiones en su conjunto, las ganancias de productividad son una píldora envenenada”. 

“La mejor política estructural del mercado del trabajo es la defensa de la competencia”

Finalmente y refiriéndose a las fuentes de la productividad, apuntó Herce que la mejor política estructural del mercado del trabajo es la defensa de la competencia”. Porque tiene efectos beneficiosos sobre “los precios de bienes y servicios, la oferta de los mismos, la I+D+i,  el empleo, los salarios reales y los excedentes empresariales generales”. 

Mercedes Ciria.

También intervino Mercedes Ciria,  consultora estratégica y operacional en Gestión42 y MCB Consultora y profesora de Economía en la Universidad de Valladolid. Empresaria radicada en Soria, llamó la atención sobre el potencial que tiene la España vaciada, subrayando que es necesario “hacer una transformación estructural del sistema productivo, mediante la innovación tecnológica, para lograr un cambio de paradigma”. Para ello, es preciso “poner en valor el capital humano, la capacidad de actuar conjuntamente, y cambiar la actitud, pero de forma global”. 

Mercedes Ciria: «En España disponemos de la oportunidad del sector primario con una gran capacidad productiva»

El Estado de bienestar se enfrenta a retos demográficos, económicos y políticos. Comenzando por la “pirámide de población”, que pone en riesgo el mantenimiento de todo el sistema. “La escasez de capital humano” se agrava “con la fuga de talento”.

Pese a todo, matizó Ciria, “existen oportunidades”. «En España disponemos del sector primario, con la cadena agroalimentaria, con una gran capacidad productiva; y la oportunidad que al sector terciario le ofrece la transformación tecnológica”. 

LA DESVENTAJA DEL TAMAÑO 

Finalmente intervino el economista Ramón Casilda, profesor del  Instituto de Estudios Bursátiles. Citó la idea de Paul Krugman: “la productividad no lo es todo, pero en el largo plazo lo es casi todo”. E indicó que el problema de España es el tamaño del tejido empresarial, que supone “una  desventaja competitiva que limita la productividad”. 

Ramón Casilda.

El tejido empresarial español está constituido mayoritariamente por “micro, pequeñas y medianas empresas (micropymes) siendo las pequeñas y medianas (pymes) en promedio de menor tamaño que las europeas. En ese tejido sobresale el sector servicios, que tiene el mayor peso en el PIB. En 2020 supuso el 74,31%, la industria el 14%, la construcción el 6,5% y la agricultura el 3,8%».

La baja productividad de la economía española se concentra en las micropymes de menos de 6 trabajadores que suponen casi el 90% del total. 

Ramón Casilda: «Los pobres resultados alcanzados ayudan a explicar que España tenga un PIB por habitante un 18,5% inferior al de la eurozona»

“El problema de la baja productividad condiciona el potencial de crecimiento de la economía” añade el experto. La prueba es que “los pobres resultados alcanzados ayudan a explicar que España tenga un PIB por habitante un 18,5% inferior al de la eurozona”.

El tejido empresarial español, por lo tanto, “debe modificar su sistema productivo”. Para lograrlo, hay que “priorizar la caja negra de la productividad” indica Ramón Casilda. Esto, a su vez, “requiere mayor inversión en investigación y desarrollo e innovación (I+D+i), íntimamente relacionada con la disponibilidad del conocimiento necesario para generarlo”.

No obstante, es preciso ser conscientes de que “el sistema productivo de un país, no se reestructura de la noche a la mañana, pues forma parte de la esencia misma de su economía”, como apunta el profesor Julio Sequeiros.  Ello supone, apostilló Casilda, “establecer amplios consensos entre las políticas públicas y los agentes económicos privados, dado que se corresponde con un proceso, que requiere ante todo, continuidad en la colaboración a largo plazo».