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Ofrecemos a continuación la entrevista a Jon Juaristi, que había participado en la mesa redonda Identidad y globalización, del I Congreso Internacional Hispanoamericano.

 

[Transcritas, y ligeramente editadas, las respuestas de Jon Juaristi son las siguientes]:

He hablado de identidad y globalización y de la identidad en tiempos de globalización. Quería relacionar estos dos aspectos, porque a medida que avanza la globalización, las identidades son más frágiles y más transitorias, más fugaces. Entre otras cosas, porque la globalización supone una nivelación general. Esto es especialmente importante respecto a Hispanoamérica, a España, al español, porque lo que era antes un venero de identidad indiscutible, como era la lengua, en estos momentos, ya es mucho más difícil. Es más difícil que las lenguas mas extendidas, las que tienen un carácter internacional, se conviertan en productoras de identidad. Esto que estamos viendo con el ascenso de los indigenismos, al socaire de los nuevos populismos en Latinoamérica (en Bolivia, Perú, etcétera), viene precisamente de la imposibilidad de que el español le sirva en estos momentos para construir identidades.


En gran parte del Continente hispano, de Sudamérica y Centroamérica, el indigenismo se está utilizando como un elemento anti-español y contra el elemento cultural común, cultural común. (Jon Juaristi)


Voy a contar una brevísima anécdota: hace veinte años yo era director del Instituto Cervantes, y teníamos un pequeño centro en Nuevo México, que tenía muy poca actividad porque allí todo el mundo sabe español. Entonces se presentaron en Madrid representantes de los pueblos indígenas de Nuevo México, los llamados indios pueblo, que eran navajos, zuni, comas y hopis de cuatro etnias diferentes, vivían muy juntos y con una población muy pequeña. Pero curiosamente los cuatro pueblos hablaban lenguas muy distintas entre sí y no podían comunicarse unos con otros. Lo que nos pidieron es que formásemos profesores de español para las comunidades indígenas, porque solamente a través del español podían tener una cierta identidad común como indios. Como digo, eran una población muy pequeña, unos 35.000 individuos dispersos por el territorio de Nuevo México y de Arizona, pero tenían clarísimo que ellos comienzan a ser algo, a tener una identidad propia, cuando son evangelizados por los misioneros franciscanos que llegan desde México y por Fray Junípero Serra y sus compañeros. Y en ese sentido su identidad era una identidad muy hispánica, muy española. Eso contrasta con la situación actual de gran parte del Continente hispano, de Sudamérica y Centroamérica, donde el indigenismo se está utilizando como un elemento anti-español y contra el elemento cultural común.


[El nacionalismo] utiliza la cultura, incluso en algunos casos la religión, como un pretexto para crear fundamentalmente comunidades nacionalistas, donde la religión y la cultura acaban desapareciendo rápidamente. (Jon Juaristi)


Creo que el nacionalismo rompe la comunidad. El nacionalismo quiere crear comunidades nacionalistas, no comunidades culturales. Todo lo demás, la cultura, incluso en algunos casos la religión, son utilizadas como un pretexto para crear fundamentalmente comunidades nacionalistas, donde la religión y la cultura acaban desapareciendo rápidamente. Porque lo que se produce es una transferencia de sacralidad de la religión al nacionalismo; ya en Europa sucedió y estamos al cabo de la calle con este tipo de procesos. Y está sucediendo ahora en Hispanoamérica con una nueva oleada de estos nuevos nacionalismos, o nuevos relatos que decía Tomás Pérez Vejo, al socaire del ascenso de los populismos, con este componente nacionalista que, por supuesto, lo primero que hace es romper las comunidades nacionales existentes hasta ahora.


A muchos de los líderes populistas actuales, no les interesa que la verdad se conozca. (Jon Juaristi)


Es muy difícil [contrarrestar la mentira de los populismos] con las minorías intelectuales, porque la historia, como decía Tomás Pérez Vejo y José Varela Ortega, no es precisamente un género muy leído y popular. El esfuerzo del intelectual, de luchar por la verdad y construir la verdad, no tiene un reflejo inmediato en la comunicación de masas, ni mucho menos. Se trata de un problema en general, el problema de educación y de un problema político fundamental. A muchos de los líderes populistas actuales, no les interesa que la verdad se conozca. Ponía Tomás Pérez Vejo el caso de López Obrador, que me parece evidente, que dedica tres de las veinticuatro horas todos los días para echar abajo todo el esfuerzo de los historiadores serios como el propio Pérez Vejo.


[Jon Juaristi es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alcalá de Henares, ensayista y escritor, y columnista en el diario ABC. Doctor en Filología, ha sido profesor en diversas universidades extranjeras. Dirigió la Biblioteca Nacional de España (1999-2001), cargo que abandonó para dirigir el Instituto Cervantes (2001-2004).

Está en posesión, entre otros galardones, del Premio Espasa de Ensayo, el Premio Nacional de Ensayo, el Premio Comillas de Historia y Biografía y el Mariano de Cavia de Periodismo.

Autor de poesía, novela, ensayo cultural y trabajos de investigación sobre el nacionalismo, entre sus obras destacan las siguientes: El bucle melancólico; Vestigios de Babel. Para una arqueología de los nacionalismos españoles; Espaciosa y triste. Ensayos sobre España; El canon español: el legado de la cultura española a la civilización (coescrito con Juan Ignacio Alonso) y la biografía Miguel de Unamuno.]