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A Juan Pablo le faltaba un diario, un nuevo proyecto editorial. Se hacía presente en todas nuestras conversaciones. Juan Pablo tenía un periódico en su cabeza. Me hablaba de las partes y del todo del futuro diario. De las secciones, del diseño, de la línea editorial, de la estructura de sus páginas. Sería una apuesta por un diario de calidad, me insistía.

Un día de 1996 me comentó José María Cuevas que querían deshacerse de la participación que tenía la patronal en el Grupo Negocios, y me preguntó si conocía a alguien que pudiera estar interesado en comprarla. Le dije que creía que sí, pero que tenía que comprobarlo. A medida que el presidente de la CEOE me comentaba la importancia de mantener la presencia de La Gaceta de los Negocios en el mercado, yo estaba pensando en Juan Pablo de Villanueva porque desde hacía años me hablaba de emprender una nueva aventura periodística.

En uno de nuestros frecuentes encuentros, en los que durante diecisiete años cultivamos la amistad, el arte de la buena mesa y el ejercicio intelectual de reflexionar sobre la situación de nuestro país y los cambios que se estaban produciendo en el mundo, le comenté a Juan Pablo el interés de Cuevas por encontrar nuevos inversores para sacar adelante La Gaceta. Desconocía los detalles, la situación económica del diario parecía ser problemática, pero que lo estudiase porque también podía ser una oportunidad para el nuevo proyecto en el que pensaba. Le gustó la idea. Me preguntó sobre el diario, en el que vengo publicando mis artículos semanales desde 1994, y me dijo que lo estudiaría. Durante los meses siguientes me fue contando cómo iba progresando todo. Está en una situación difícil, pero creo que nos podemos arriesgar, me dijo. Y terminó cuajando lo que se convirtió en la nueva aventura periodística de Juan Pablo. Con un grupo de amigos, empresarios, y profesionales, compró la mayoría del Grupo Negocios, y durante diez años fue su presidente-editor.

El 3 de febrero de 2000 asistíamos en Cabo Cañaveral al lanzamiento del satélite de Hispasat 1C, recuerdo que se suscitó una conversación sobre la aventura espacial y del futuro científico y tecnológico que iba a marcar el nuevo siglo XXI que estaba naciendo. Inmersos en aquel ambiente, Juan Pablo me comentó: «Es un futuro en el que creo que podemos hacer muchas cosas desde el periódico». Emprender proyectos, tener iniciativas, hacer futuro, fue una de las pasiones de Juan Pablo hasta su fallecimiento. Lo seguirá haciendo.