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Brendan Case es director asociado de investigación del Human Flourishing Program de la Universidad de Harvard. Ha participado en las jornadas sobre la Educación del carácter en la universidad, celebradas en Madrid el 30 de septiembre y 1 de octubre de 2021, organizadas por UNIR y por el ICS (Instituto Cultura y Sociedad) de la Universidad de Navarra. Su ponencia versó sobre Love Builds Up: Positive Epidemiology on Education for Virtue («El amor edifica: epidemiología positiva para la educación en la virtud»). La reproducimos a continuación: en vídeo (primero doblado y luego con el sonido original inglés) y transcrita en las partes más significativas.


[Minuto 3:54] Los cristianos antiguos y medievales tenían un nombre para un tipo de desorden que caracterizaban con la palabra latina curiositas, una palabra asociada, en latín, al vicio. En el lenguaje moderno existen conceptos como la lujuria o la glotonería, pero no hay un término que haga referencia a este deseo perverso del conocimiento, sin embargo se sigue reflejando en este proverbio inglés: La curiosidad mató al gato (curiosity killed the cat). [Lo contrario de la curiositas es la studiositas, que regula el apetito de saber. La studiositas frena el deseo descontrolado de todo conocimiento, es decir, empuja al hombre a conocer lo que le conviene saber y a realizar el esfuerzo que eso lleva consigo].

[Minuto 4:55] No considero que sea particularmente controvertido afirmar que la curiosidad, el conocimiento separado del amor, es uno de los vicios de nuestra época y que uno de sus grandes templos de culto es la Universidad de Harvard. Esta institución destaca por la investigación y descubrimientos en casi todos los ámbitos del conocimiento y ha producido el mayor número de ganadores del Premios Nobel, más que cualquier otra universidad del mundo, sin embargo, como decía Flynn, hay un gran descontento, sobre todo entre el alumnado, que se pregunta constantemente preguntándose para qué sirven sus talentos y sus esfuerzos. [Minuto 5:35] A pesar de la mejora de la calidad de vida gracias a las revoluciones industrial y científica, la evidencia sugiere que, en el mundo actual, especialmente en todo el primer mundo, si lo comparamos con nuestros vecinos de países menos desarrollados, hay una menor satisfacción por la vida, menos sentido del propósito y relaciones menos profundas y duraderas. Todas estas tendencias han ido empeorando progresivamente y yo diría que las disrupciones de los últimos años no nos van a ayudar a cambiarlo.

[Minuto 6:09] El conocimiento hincha, decía San Pablo y el amor se va desarrollando progresivamente. Hoy en día nos encontramos en un experimento, de casi dos siglos de duración, radical y a veces aleatorio, para desafiar esa propuesta. Esto lo hacemos a través de una implacable campaña para impartir conocimiento a las nuevas generaciones sin tener en cuenta que necesitamos ayudarles también a desarrollar aquello que San Agustín identificaba con las virtudes. [Minuto 6:30] Este experimento se arraigó en Inglaterra mucho antes que en otros países y lo hizo bajo la influencia de la filosofía utilitarista de Jeremy Bentham, cuyas políticas consistían, por encima de todo, en una educación más amplia, y asignaturas más técnicas y científicas.

[Minuto 7:00] En su conjunto el utilitarismo aspiraba a conquistar no solo al que más sabe o al más letrado, sino a los más curiosos. Los utilitalistas eran un grupo de personas ariscas y vanidosas y naturalmente consiguieron llamar la atención de los escritores de sátiras más brillantes de toda Inglaterra entre los que podemos encontrar a autores como Charles Dickens y su novela Hard Times («Tiempos difíciles»). También encontraron las críticas de los escritores ingleses más perspicaces, entre los que destaca San John Henry Newman, que fue muy crítico con los problemas de la reforma educativa en Inglaterra. En una de sus primeras intervenciones sobre este tema, a través de una serie de conferencias sobre la fe y la razón, se quejaba de que mientras el siglo XVIII se enorgullecía de ser un tiempo de evidencias, realmente era una época en donde había mucha frialdad en el amor. [Minuto 8:16] Uno de los primeros ataques de Newman a la idea de transformación social a través de la acumulación y divulgación de información quedó plasmado en su ensayo The Tamworth Reading Room. Este texto es una respuesta a una ponencia de Robert Peel en la que Peel defendía que
[Minuto 8:40] el conocimiento útil es el gran instrumento de la educación, el padre de la virtud, el enfermero de la religión, el que exalta al hombre a su máxima perfección […].

[Minuto 8:56] Newman no estaba nada de acuerdo con esta idea y responde que el arte de la vida consiste en el cultivo del conocimiento (…). Decía: «Si la virtud domina la mente, si está en la acción, si es la perfección, el orden interior de armonía y paz debemos buscarlo en lugares más solemnes y sagrados que las bibliotecas y salas de lectura».

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[Minuto 10:40] La perspectiva de Newman era que un tipo de educación que actúa principalmente en la cabeza, pero no da forma al corazón, será inefectiva a la hora de cambiar el razonamiento de una persona, no digamos su vida.

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[Minuto 11:40] Newman […] pronunció nueve conferencias sobre la naturaleza de la educación en la universidad que más tarde fueron publicadas en un libro titulado La idea de la Universidad (1852). [Minuto 12:00] En la quinta ponencia, titulada «El conocimiento tiene su propio fin», se plantea […] si la educación es algo útil para los estudiantes. La respuesta de Newman es «no». El objetivo de educación liberal es simplemente la excelencia intelectual, que es un objeto tan intangible como el cultivo de la virtud, pero al mismo tiempo es completamente diferente.

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[Minuto 14:05] Con esto no quiere decir que las artes liberales no tengan una aplicación en la vida real. En su séptima conferencia describe la relevancia de las artes liberales en el curso del ámbito profesional e insiste que particularmente cuando son perseguidas como un fin en sí mismo, la educación liberal es algo profundamente útil.

[Minuto 15:00] Podemos pensar en varios ejemplos de personas intelectualmente cultivadas, pero moralmente monstruosas; Flynn Cratty nos lo ha explicado perfectamente en la figura de Nerón, pero a mí esto me hace pensar en un episodio de la vida del escritor Patrick Lee Fermor, publicado por uno de sus camaradas, W. Stanley Moss, en la obra I’ll Met by Moonlight: The Abduction of General Kreipe. Cuando Fermor se unió al Ejército lo introdujeron en una unidad clandestina de inteligencia en una isla griega ocupada por los nazis. Él y sus camaradas llevaron a cabo un plan para arrestar a este general, consiguieron capturarle, huir por las montañas y meterlo en un submarino inglés. Unos años más tarde de la publicación del libro de Moss, Fermor publica su famosa obra A Time of Gifts, en donde recuerda que mientras atravesaban las montañas, comenzó a amanecer y Kreipe se detuvo para recitar una oda Horacio de memoria y Patrick continúo recitando donde su enemigo había parado.

[Minuto 17:05] Por un lado, esta escena representa un momento precioso de reconciliación que se ha conseguido invirtiendo en los clásicos. Dos enemigos que tienen algo en común a pesar de todo el dolor y sufrimiento que están viviendo. Pero por otro lado Kreipe representa el fracaso de la educación liberal; una persona extremadamente cultivada que no le impidió convertirse en un general nazi al igual que tampoco lo consiguió con Heisenberg u otros generales alemanes, que recibieron la misma formación, pero eran devotos militantes de este partido. [Minuto 18:05] Newman mantiene la idea de que es un error pensar que este tipo de estudios, que permiten recitar clásicos como Horacio, o ser un experto en Aristóteles, te dan la fibra moral necesaria para sentir rechazo hacia la ideología nazi. Si se espera conseguir eso con Horacio, se busca en el lugar equivocado.

[Minuto 18:37] Newman no estaba convencido de que una educación amoldada a los principios del utilitarismo en el ámbito de la curiosidad pudiera conseguir mucho en lo que se refiere a transformación moral. Esto no quería decir para él que la universidad no tuviera ningún compromiso moral con los estudiantes, al contrario, él simplemente pensaba que debían ejercitar esa responsabilidad de formas diferentes al tipo de instrucción que te hace saber más sobre Horacio o Aristóteles.

[Minuto 19:00] Para Newman, el corazón de la universidad se basaba en el sistema de tutores. Su sobrina, Anne Moore, cuenta en sus memorias que a Newman le gustaba observar cómo un tutor no era un policía académico, sino un guardián moral y religioso de los jóvenes que le eran confiados. [Minuto 20:17]. Esta era la lógica que seguía la Universidad de Oxford cuando exigía que su profesorado fuesen miembros del clero no casados, y que viviesen dentro del campus con sus estudiantes; sus responsabilidades profesionales no terminaban con sus clases sino que debían asistir a misa con sus alumnos y también comer con ellos. [Minuto 21:26] Newman creía firmemente que una universidad podría forjar el carácter de los estudiantes en la medida en la que las instituciones se asocien o adopten formas de una comunidad religiosa. Pensaba que se debería invertir más a la hora de promover esta idea en el campus especialmente a través del culto.

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[Minuto 22:40] Se puede subdividir en el concepto de prosperidad en tres dominios […]. Una vida bien llevada. Esto es el equivalente a una vida virtuosa. Una vida que va bien. Es decir, la persona tiene todas sus necesidades cubiertas: alimento, hogar, vestimenta, actividades lúdicas, etc. Una vida en la que uno se siente bien:  felicidad subjetiva […].

[Minuto 22:40] […] Hay evidencia de que la participación religiosa afecta a esos tres dominios [de forma positiva] […]. [Minuto 26:23] En todos los países, la creencia en una vida posterior está asociada a una mayor productividad económica y a una menor delincuencia […].

[Minuto 33:00] Hace un siglo, tras las universidades occidentales había una fundación religiosa que las marcaba de una forma profunda […] [Minuto 35:12] Sugiero que, si las universidades quieren producir universitarios más virtuosos, contentos y felices, la evidencia empírica es muy clara sobre la forma de hacerlo: promover la participación religiosa entre los estudiantes […].

[Minuto 40:19] Uno de los retos a los que nos enfrentamos con la tarea de la educación del carácter es volver a aprender estas lecciones que hemos olvidado. Para las universidades que quieran aprenderlas, les resultará difícil encontrar un mejor profesor para esto que una comunidad religiosa.


[Texto traducido del inglés por Ana Fernández Míguez. Edición y subrayados: José Manuel Grau Navarro].

Brendan Case es director asociado de Investigación del «Human Flourishing Program» de la Universidad de Harvard y trabaja tanto en el desarrollo de estrategias de investigación integradoras que reúnan las exploraciones del florecimiento humano desde las ciencias sociales y las humanidades, como en la difusión del trabajo del programa a través de asociaciones externas y eventos públicos. Antes de llegar a Harvard, completó su doctorado en la Duke Divinity School, y trabajó como investigador asociado postdoctoral en el Instituto de Estudios de la Religión de la Universidad de Baylor.